La tragedia del avión de Spanair que se estrelló el 20 de agosto de 2008 en el aeropuerto de Barajas fue culpa de la actuación "errónea" de los pilotos en la configuración de la nave para el despegue. Así consta en uno de los dos autos dictados ayer por la Sección 15 de la Audiencia Provincial de Madrid, que ha archivado la causa penal por el siniestro y exculpa a los dos mecánicos de la aerolínea -Felipe García y José Antonio Viñuelas-, únicos acusados hasta ahora de 154 delitos de homicidio imprudente -uno por cada uno de los fallecidos en la tragedia-, y 18 de lesiones por el número de supervivientes heridos.

El avión se disponía a emprender el vuelo JK5022, desde Madrid hasta Gran Canaria, pero apenas se elevó doce metros antes de caer a tierra en una zona abrupta y produciéndose su explosión e incendio.

El tribunal dictó ayer dos autos -cada uno de cerca de 50 páginas- en los que resuelve los recursos presentados por las partes a la instrucción judicial en el peor accidente de aviación de España en 25 años. Una vez sobreseída la causa por la vía penal, los familiares de las víctimas podrán acudir a la jurisdicción civil para obtener las indemnizaciones. En todo caso, también cabe la posibilidad de interponer recursos al fallo judicial ante el Tribunal Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, aunque es un camino "difícil" y que concita "pocas esperanzas" de éxito para los afectados, según fuentes jurídicas del proceso.

Los autos de la Audiencia madrileña, en los que han sido ponentes los magistrados Pilar de Prada y Carlos Fraile, rechazan los recursos interpuestos por algunas de las partes, entre ellos la asociación de afectados, que solicitaba imputar a directivos de Spanair y Aviación Civil.

Según el tribunal, "se inició la maniobra sin que los pilotos [Antonio García y Francisco Mulet], accionasen la palanca de control de flaps y slats (alerones y estabilizadores) para colocarlos en posición de despegue y tras un repaso de forma descuidada y torpe de las tres listas de comprobación que contenían diversos apartados esenciales para el despegue".

"A esta actuación pudo contribuir la presencia, consentida por los tripulantes, de una tercera persona en la cabina, que pudo distraer" a los pilotos, agrega.

Además, no se han podido determinar las causas de la avería del TOWS, alarma que debía haber advertido a la tripulación de la configuración indebida del avión para el despegue.

Para el tribunal, la tripulación "incurrió en varias actuaciones anómalas, que condujeron a un intento de despegue en circunstancias que no podían hacerlo prosperar". Los peritos exponen que sus actuaciones fueron "negligentes y contribuyeron de forma decisiva" al suceso; aunque, obviamente, no sea exigible la responsabilidad penal de los tripulantes, al extinguirse con su muerte.

Igualmente, la Audiencia considera que "no hay prueba alguna" de que la actuación de los técnicos de mantenimiento del avión hubiera provocado el fatal desenlace. "No hay causalidad relevante entre la acción de mantenimiento y el resultado producido. La acción de mantenimiento no genera un riesgo o peligro no permitido", detalla, al tiempo que remarca que la labor de los técnicos fue "correcta, ajustada a los procedimientos del operador y a las prácticas del sector". En este sentido, apunta que aislaron la avería de calentamiento indebido en tierra de la calefacción de la sonda RAT (mide temperatura exterior), pero este problema "no guarda relación con el fallo del TOWS, el dispositivo de alerta sonora, fundamentan los autos, que señalan que el TOWS y la calefacción de la sonda RAT son funciones alimentadas por un mismo relé. Sin embargo, no puede determinarse si este falló el día del siniestro.

Los magistrados descartan imputar a directivos de Spanair y Boeing, pues el defecto en la sonda RAT era "extremadamente raro". También declinan imputar a los directores generales de Aviación Civil y los responsables de certificar la aeronavegabilidad.

Otros recursos exigían inculpar al director del aeropuerto y al ejecutivo en servicio por la muerte de siete personas y el agravamiento de cinco heridos debido a la "defectuosa" ejecución del Plan de Emergencias del aeródromo, pero el tribunal apunta que el juez instructor comprobó, tras visionar imágenes de radar, que "dentro del primer minuto siguiente al accidente, numerosos vehículos se desplazaron" hasta el lugar. Señala que los directivos no ocasionaron "omisión de asistencia".

Por otro lado, el fiscal jefe de la Audiencia de Madrid, Eduardo Esteban, reconoció que le hubiera gustado ir a juicio por el siniestro. La Fiscalía estuvo de acuerdo en la imputación de los mecánicos por el Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid tras cerrar la investigación en diciembre.

Mientras, el Colegio de Pilotos tilda de "nuevo fracaso para la seguridad aérea" el archivo de la causa y lamentó que quedan abiertas "muchas grietas".