- ¿Qué idea suele tener la población sobre los riscos?

- Todo el mundo los conoce, pero nadie los ha visto. Están muy presentes, pero son muy desconocidos. Yo planteo que la arquitectura de los riscos, que es siempre similar, puede tener otras alternativas. La arquitectura de los riscos puede ser más interesante, si se cuenta con un buen proyecto, que cualquier otra que se haga en medio de la ciudad, porque la posibilidad de trabajar en inclinado permite soluciones que, en horizontal, no se pueden llevar a cabo. La idea es abrir una forma de entender las posibilidades de potenciar el risco. Utilicemos nuestra inteligencia del siglo XXI para convertirlo en un atractivo para otros siglos, porque, además, es de la mejor arquitectura que se puede hacer.

- ¿Y cómo definiría los riscos que se han hecho en Las Palmas?

- Están bien, pero es una arquitectura que, en su origen, era de autoconstrucción y no tienen mucho atractivo. Tienen el pintoresquismo. Están en su sitio y todos somos conscientes de él. Empezaron a construirse en el siglo XV y han estado ahí. La ciudad nunca los ha rechazado, pero tampoco los ha tenido muy presentes. Hasta finales del siglo XIX los riscos no aparecen en ningún plano, ni en ninguna cartografía. Sólo aparecían unos puntitos como si allí hubiese cuevas, pero no aparecían urbanísticamente.

- ¿Es diferente la imagen que se tiene del risco según la ciudad?

- Tú vas a Los Ángeles y si eres millonario vives en los riscos, y esas casas son las más fabulosas porque son las que tienen las parcelas más grandes, un jardín en el que no te tapa nadie y una vegetación propia. Pero vas a Ciudad Jardín, en Las Palmas, y el jardín pega a tres metros con el vecino y la ventana de la cocina conecta con el salón del vecino. Pues depende de cómo nosotros nos enfrentemos al risco la solución es ésta que tenemos u otra. Nosotros tenemos en la retina sólo el componente pictórico, su plasticidad, el hecho paisajístico, pero la solución arquitectónica igual no es la apropiada. A lo mejor queda bonito, pero ¿se debe continuar de este modo? No es cuestión de demoler nada porque cada barrio es como es, pero ahora hay una escuela de arquitectura distinta, una sociedad turística, una nueva economía, y al igual que afecta al puerto, al aeropuerto o al turismo, ¿por qué no le afecta a los riscos?

- ¿A qué asociamos el risco en Las Palmas?

- Lo asociamos a lo pintoresco y a clase económica, al de San Nicolás habitualmente. Pero en el de San Juan y San José hay otro tipo de solución arquitectónica y económica. Y si vas al de San Antonio también hay otra economía, otro tratamiento y otro diseño. Ha llegado el momento de que se rompan esas tensiones de unas zonas a otras y se intervenga en el risco como en cualquier otra parte de la ciudad. Yo no entiendo cómo el Ayuntamiento ha arreglado unas cosas y no se ha metido en el risco a resolver plazas y calles y la posibilidad de llegar con el coche por tantos sitios.

- ¿Cree que falta voluntad política para ello?

- Desde luego, no hay voluntad. Lo primero que debe hacerse es acabar con la diferenciación de clases sociales, porque no puede ser que una parcela sea para una gente y otra para otra. Y si yo quiero vivir en el risco y tener Vegueta y Triana desde mi ventana, no me lo permite la planificación urbanística del Ayuntamiento, y también debe normalizarse el acceso. Si hay una población amplia histórica que lleva viendo generaciones, ¿por qué no se trata igual? Yo creo que se debería incorporar activamente a la ciudad y al urbanismo.