Las calles de Schamann se retrotrayeron este sábado, 10 de septiembre, varias décadas en el tiempo debido a la celebración de la ‘Exposición y Pasacalles de coches de época Raquel Montero’. En la jornada posterior al comienzo de las Fiestas Patronales en Honor a Nuestra Señora de Los Dolores, tras el pregón a cargo del humorista y presentador televisivo Daniel Calero, más de una veintena de coches y motocicletas de múltiples décadas del siglo XX se congregaron a media mañana en la calle Núñez de Balboa para realizar un recorrido llamativo y ameno por el barrio schamannero.

Este acto rindió homenaje, además, a la figura de Raquel Montero, fallecida el pasado 2021 a los solo 51 años de edad. Montero era una persona muy querida en Schamann debido a su gran implicación en la organización de los actos festivos del barrio y su actividad dinamizadora en la zona comercial de la calle Pedro Infinito. «Raquel era muy reconocida en el barrio, tanto por su papel como dinamizadora del área comercial como por su colaboración incondicional con la comisión de fiestas, fuera miembro o no. De hecho, este evento siempre estuvo organizado por ella y por esto decidimos ponerle su nombre», reconoce Emmanuel Cozar, presidente de la comisión de fiestas de Schamann, añadiendo que la intención es continuar celebrando este evento automovilístico que lleva organizándose de forma intermitente durante la última década.

Coloreando un mañana gris

Una mañana gris y plomiza con algún amago de llovizna recibió a los primeros vehículos clásicos, tanto coches como motocicletas, que se fueron reuniendo desde las 10.00 horas en la vía que discurre entre el imponente Edificio España y el lateral oeste del parque que recuerda a una de las figuras más relevantes de la historia de Canarias, Don Benito Pérez Galdós. Los primeros en llegar fueron un Volkswagen Beetle —conocido comúnmente en España como ‘Escarabajo’—, un Mini Cooper 1.300 y un Seat 600, todos de la década de los setenta, acompañados por un singular modelo de Jaguar de los años cincuenta del que, según su propietario, solo existen dos unidades en todo el territorio nacional. «Fue matriculado en Toledo en el 75, pero es mucho anterior, ya que se trajo de Inglaterra» comenta Antonio Romero, dueño de esta reliquia de cuatro ruedas. 

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Exposición de coches históricos en las fiestas de Schamann José Carlos Guerra

Conforme avanzaba el reloj, hacia las 11 de la mañana se fueron congregando más y más coches entre los que se podía observar varios Fiat Panda, un Seat 131 Supermirafiori CLX o un Simca 1.000, así como dos Mercedes, un 180 y un 280, de la década de los sesenta. Tampoco faltaron los representantes de las dos ruedas, con varias unidades de Vespa, Vespino,Derbi Variant o una imponente Honda 550 Super Sport. Pero, sin duda, el vehículo que hizo las delicias del público fue un modelo casi único perteneciente a una exclusiva serie de 300 unidades fabricadas en Mallorca, Gran Canaria y Bélgica. «Este coche es un CBA Condesa y está construido de forma artesanal a partir de una carrocería de fibra de vidrio basada en un modelo francés de 1906 y el chasis y la mecánica de un Citroën 2CV», explica su propietario, José Medina, que acudía al evento desde Arucas. 

Amantes de los clásicos de diferentes puntos de la Isla como Gáldar, Arucas, Telde o Ingenio se dieron cita en este pintoresco evento para mostrar sus vehículos y circular haciendo sonar sus vetustos pero todavía funcionales motores. «Vengo desde Gáldar porque me encantan las concentraciones de clásicos», reconoce Sebastián Benítez, dueño del Escarabajo anteriormente mencionado y miembro del club Nublo Classic Cars Gran Canaria.  

Finalmente, una vez reunidos los más de veinte coches y motos, se procedió a formar una fila para iniciar un recorrido que comenzó por las conocidas comúnmente como ‘Casas Chicas’, ubicadas en la zona posterior a la parroquia de los Dolores, continuó por Cuatro Cañones y finalizó realizando un trayecto en zigzag por las estrechas calles de la zona de Cuatro Pisos. A su paso por las distintas áreas del barrio, los vehículos hacían sonar sus pitas para anunciar a los vecinos que los ‘autos locos’ habían tomado las calles para hacer recordar a más de uno aquel coche que se compró con sus ‘perrillas’ ahorradas, cuando apenas cumplía las 25 primaveras y deseaba embriagarse con el olor a gasolina con plomo y aceite mineral. Otros rememoraron esas frías y húmedas mañanas de invierno, en las que tenían que bajar a la calle con diez minutos de antelación para arrancar el rudimentario motor diésel de su fiel e incansable compañero de rutas.