BARRIOS

Las Mesas está de aniversario

La Asociación de Vecinos Yasmira cumple 46 años de vida

La ampliación del horario del transporte público continúa siendo una de sus reivindicaciones

Miembros de la junta directiva actual de la Asociación de Vecinos Yasmira de Las Mesas. De izquierda a derecha, Paqui Santana, Teresa Suárez, Juana Martell, Pilar Piñero, Mari Paz Calvo, Paco Acosta (ex miembro) Eduardo Yedra, Mari Carmen García y Domingo Jiménez.

Miembros de la junta directiva actual de la Asociación de Vecinos Yasmira de Las Mesas. De izquierda a derecha, Paqui Santana, Teresa Suárez, Juana Martell, Pilar Piñero, Mari Paz Calvo, Paco Acosta (ex miembro) Eduardo Yedra, Mari Carmen García y Domingo Jiménez. / L. SÁNCHEZ

Cuatro décadas de vida es para celebrarlo, más si cabe si se trata de una asociación vecinal. Eso es lo que ha hecho la Asociación de Vecinos Yasmira del barrio de Las Mesas hace unos días. La entidad nació en 1978 y a día de hoy sigue trabajando por mejorar la vecindad, que ha ido creciendo con el paso de los años. La ampliación del transporte público municipal continúa siendo una de sus principales demandas.

El 13 de abril de 1978 se constituía la Asociación de Vecinos Yasmira del barrio de Las Mesas, en el distrito Tenoya-Tamaraceite-San Lorenzo. El barrio estaba formado por medio centenar de viviendas dispersas entre fincas de cultivo y terrenos baldíos sin ninguna infraestructura y servicios, ya que la mayoría de las casas se habían ido levantando con la autoconstrucción. Ya había algunas asociaciones vecinales constituidas bajo la ley de Asociacionismo de 1964 del Franquismo en la ciudad en los barrios de Los Riscos, San José, San Juan, Lomo Blanco, Tres Palmas y al amparo de su experiencia se constituyó la entidad.

Comienzos

Paco Acosta fue miembro de la segunda junta directiva y recuerda que entonces ni el propio Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria "estaba funcionando" a causa del convulso resultado de las primeras elecciones democráticas en el Consistorio, que alzaron a Manuel Bermejo a la alcaldía por Unión del Pueblo Canario con el apoyo del Psoe y Asamblea de Vecinos lo que provocó su dimisión al año siguiente antes de que le llegara una moción de censura. En 1980 se alzó con el cargo Francisco Zumaquero y, un año después, Juan Rodríguez Doreste.

La lucha vecinal por el agua y la luz, alcantarillado, el asfaltado, la recogida de la basura, la apertura de una farmacia y de un colegio empezaría realmente a partir de la década de los 80, cuando la realidad se impuso a los ciudadanos. La democracia había llegado al gobierno del país y a los ayuntamientos, pero la mejora en los barrios no fue inmediata, tuvieron que luchar. Especialmente, en aquellas zonas que estaban en la periferia de Las Palmas de Gran Canaria.

Un punto de inflexión para la constitución de Las Mesas como barrio de la ciudad fue el Plan General de Ordenación Urbana que se inició bajo la presidencia de Juan Rodríguez Doreste.

Un punto de inflexión para la constitución de Las Mesas como barrio de la ciudad fue el Plan General de Ordenación Urbana que se inició bajo la presidencia de Juan Rodríguez Doreste. "Con Juan Rodríguez Doreste se hizo una corporación con fundamento. Junto con Domingo González Chaparro y el arquitecto Joaquín Casariego puso en marcha la redacción del Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad y se reunió con las asociaciones de vecinos para la planificación de los barrios. Nos dijeron que era la oportunidad para legalizarnos y conseguir la financiación necesaria para contar con infraestructuras y servicios", recordaba Paco Acosta, quien apostilló que "luego vendrían los Planes especiales de Reforma Interior de los Barrios (Peri) y se empezó a urbanizar desde las profundidades hasta arriba, aunque no terminó hasta 1989".

En aquellos años, miembros de la junta directiva de la Asociación Vecinal Yasmira, cuyo nombre hace referencia a los aborígenes sin ninguna otra connotación, tuvieron que negociar con los dueños de los terrenos para que vendieran parcelas al ayuntamiento y de este modo el barrio pudiera tener espacios comunes, un colegio y un centro de salud; entre otros equipamientos, aunque no todo se consiguió. El centro de salud sigue siendo aún un sueño para los vecinos de Las Mesas, que deben bajar a Tamaraceite.

Éxitos para el barrio

Mari Paz Calvo, secretaría de la asociación, recordaba el sábado a los vecinos en un acto público alguna de las batallas que han llevado a cabo los residentes junto a la asociación en estos años como la cacerolada que hicieron con velas y linternas desde La Calzada hasta Tamaraceite para solicitar mejoras en el barrio o la entrega de cestas de piñones en el Ayuntamiento para que mantuvieran los pinares de la avenida de la Democracia. También las fiestas por los logros obtenidos, como el recibimiento con tambor que hicieron a la primera guagua que llegó a Las Mesas. Una demanda que consiguió Pino Guerra, una de las líderes vecinales más importantes que ha tenido el barrio y a quien el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria le dedicó una plaza hace unos años.

Hasta 1999, que se abrió el local social, la junta de vecinos se reunía en los garajes de algunas casas

Durante su mandato se inauguró la salida vial a Teror, el campo de fútbol, el colegio y la llegada de la guagua de Global, ya que las municipales siguen sin subir al barrio por el acuerdo de las dos compañías de transporte público hasta 2026.

Las primeras reuniones se celebraban en los garajes de los vecinos hasta que en 1999 se inauguró el local social del que disfrutan hoy, aunque tienen un solar habilitado para la construcción de una sede de dos plantas lo que permitiría incrementar el número de actividades y la participación de más vecinos. El proyecto está diseñado, pero falta la inversión de las administraciones públicas.

La junta de vecinos no solo ha tenido que pelear con la administración municipal, sino también hacer comprender a los vecinos algunas decisiones difíciles, como fue la construcción de viviendas sociales para albergar a los chabolistas de La Punta sin haber terminado las infraestructuras y los equipamientos que necesitaba el barrio a principios de los 90. O las conversaciones puerta a puerta para que dejasen pasar los cables de la fibra óptica por las fachadas para que se pudieran beneficiar de dicha tecnología con celeridad hace unos años.

"Lo que todavía nos queda por batallar es la ampliación del transporte público", señala Mari Carmen García, tesorera de la asociación. Las guaguas municipales no entran en Las Mesas por el pacto con la compañía de Global de cubrir ese sector. Y las de Global lo hacen cada hora lo que significa un viaje de larga duración hasta llegar a San Telmo; sin obviar que la pérdida de una guagua obliga al pasajero a esperar una hora hasta la siguiente. "Para una gestión debes tirarte toda la mañana o la tarde", apostilla Mari Paz.

Reivindicaciones

Pese a la mejora que ha experimentado el barrio en todos estos años, las reivindicaciones no cesan. El incremento de población ha promovido nuevas necesidades como más espacios de esparcimiento para jóvenes y mayores, aparte del campo de fútbol. La lista abarca también otras cuestiones como una salida peatonal del barrio hacia La Cazuela o hacia Piletas por un camino seguro o un parque para perros al final de la calle La Aldea, entre otras demandas.

En estas décadas también han tenido algún bache como asociación. En el 2003 estuvieron a punto de entregar las llaves del local al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria por cansancio de sus miembros y porque que nadie quería presidir la junta directiva. Fue Manuel, el marido de Juana Martell, una de las vocales, el que tuvo el coraje de reunir a sus miembros y empujarles para seguir adelante pese a que él no era miembro. "Sin asociación de vecinos no se logrará nada", les dijo. Y se pusieron de nuevo en marcha.

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