Que no estaban tan locos, sino que buscaban una vida mejor después de aquella catástrofe volcánica que asoló la mitad de la isla de Lanzarote, o las malas condiciones de vida que había en otras islas del Archipiélago, que además mostraban indicios de superpoblación. Empujados por el llamado Tributo de Sangre, que se estableció según el Reglamento Real de 1718. Era un derecho de familia que obligaba a enviar cinco de ellas a América por cada cien toneladas de mercancías que transportaban los barcos que tocaban en la isla de Gran Canaria, rompiendo así el monopolio comercial con América que mantenía la Casa de Contratación de Indias, cuya sede estaba en Sevilla.

Al margen de lo anterior, la primera expedición de familias canarias a América se produjo en 1684. Se dirigieron a Cuba, a Puerto Rico o a Santo Domingo. Concretamente, en 1697, más de 90 familias isleñas se establecieron en la actual República Dominicana. Otras emigraciones canarias se produjeron en el siglo XVIII, y entre otros asentamientos, dieron lugar a la fundación de Montevideo, así como San Antonio de Texas, y diversas poblaciones en el Delta del Misisipi, como Barataria, pero entre ellas sobresalió la Parroquia de San Bernardo (Saint Bernard Parish, cerca de Nueva Orleans). Por cierto, esta población de origen canario fue casi arrasada por el huracán Katrina. Muchos de sus habitantes fueron acogidos por familiares y amigos establecidos en otros estados y localidades americanas.

En el Archivo del Condado de Béxar, al que pertenece San Antonio de Texas, figuran los nombres de las personas que en 1730 desde Canarias, haciendo escala en La Habana, se dirigieron hacia el norte de México, que necesitaba población española ante el empuje de colonos franceses e ingleses. Entre los apellidos que destacan en esta expedición figuran Leal, Curbelo, Santos, Padrón, Nis, o Deniz, Rodríguez, Cabrera, Granado, Delgado, Alvares, Travieso, Arocha, Armas y Pérez.

Juan Leal había nacido en Lanzarote, en 1676, y estaba casado con Lucía Catarina Hernández, también de la isla conejera, nacida en 1685. Un hijo de Juan Leal, con el mismo nombre de su padre y llamado el Mozo, nació en 1700. Estaba casado con María García de Acosta, nacida el mismo año que su esposo, en Tenerife. Hubo otros descendientes de Juan Leal nacidos en Lanzarote, entre 1708 y 1728 Fuerteventura y La Palma. El primer Juan Leal, por su edad y experiencia, fue el primer alcalde que tuvo San Antonio de Texas. Un descendiente de Juan Leal fue archivero del condado de Béxar al final del siglo pasado.

Entre esos colonos establecidos en la ciudad tejana figuran también Juan Curbelo, nacido en Lanzarote en 1680. Su esposa se llamaba Gracia Perdomo (derivación del apellido francés Proud'Homme) Umpiérrez. Tuvieron cinco hijos. Antonio Santos nació en Lanzarote en 1680. Estaba casado con Isabel Rodríguez, nacida en 1696. Este matrimonio lanzaroteño engendró cinco hijos. José Padrón (en el registro, escrito Joseph), nació en La Palma (probablemente en 1708). Se casó con María Francisca Sanabria, de Lanzarote, en 1710. En 1731 nació su primera hija en San Antonio de Texas. Manuel de Niz (o Déniz), nació en Gran Canaria en 1680.

Vicente Álvarez Travieso nació en Tenerife en 1705. Se casó con María Ana Curbelo. Salvador Rodríguez nació en Tenerife en 1688. Se casó con María Pérez Cabrera, nacida en Lanzarote el mismo año que su marido. Su hijo Patricio Rodríguez nació en Lanzarote en 1715. Hay un Antonio Rodríguez, que nació en Gran Canaria en 1712, casado con Josefa de Niz. Francisco de Arocha, hijo de Simón de Arocha y de Ángela Francisca, nació en La Palma en 1703. Se casó en México con Juana Curbelo, en 1730. Lucas Delgado, cuya fecha de nacimiento se desconoce, se casó con María Melián (o Meleano).

Juan Rodríguez Granado, cuyo lugar de nacimiento se desconoce, falleció cuando se encontraba en Veracruz. Contrajo matrimonio con María Rodríguez Robaina de Bethencourt, nacida en Lanzarote en 1703, hija de Manuel de Bethencourt y Paula Umpiérrez. Tuvieron seis hijos. Uno de sus hijos, Juan, nació en México. José Antonio Pérez Casanova (hijo de Domingo Pérez y María Granado) nació en Tenerife en 1712. Su hermano Felipe Pérez, nacido en 1711, era también de dicha isla.

En los siglos XIX y XX se produjeron oleadas de emigrantes a diversos lugares de América, pero principalmente a Cuba, Venezuela y Argentina. Pero la emigración canaria no se ha detenido. De hecho, médicos, ingenieros, físicos, investigadores y especialistas en diversas materias han cogido ya su maleta y se encuentran en diversos lugares del mundo. Generalmente, ya no emigran analfabetos, sino gente bien preparada.