- ¿Cómo ve el mapa de la infidelidad en los últimos tiempos?

- Yo creo que bastante repartido entre hombres y mujeres. Me atrevería a decir, aunque no tengo pruebas, que a lo mejor un poco más volcada hacia el lado femenino.

- Eso a los hombres les puede asustar...

- No veo por qué si ustedes han sido infieles toda la vida.

- Digamos que no se le supone tanto a su sexo...

- Los hombres heterosexuales han sido siempre infieles y no vamos a decir que siempre con solteras, viudas o separadas. ¿También con casadas, no? Siempre hubo mujeres infieles y muchas más de las que parecen.

- Pues ha sido con mucha discreción.

- Bueno, las mujeres saben engañar mejor que los hombres por lo difícil que lo han tenido a lo largo de la historia. Decía mi mamá que en su tiempo una mujer casada podía ser tumba o pedestal de un hombre, aunque siempre por debajo. Pero también por debajo podía serle infiel.

- A ver si es cierto eso de los fontaneros y las señoras con bata sobre los ligueros...

- Cuando yo era muy joven mi curiosidad me llevó a preguntarle en Argentina al padre de una amiga, que hacía reparaciones caseras, si era cierto que las amas de casa tiraban los tejos...

- ¿Y?

- Y me juró que sí. Contaban historias de insatisfacción con su marido como las que cuentan los maridos de sus mujeres cuando ligan o van a las barras.

- Aclarémonos, ¿de qué hablamos cuando hablamos de infidelidad?

- Creemos que la pareja es cosa de propiedad privada. Mi mujer, mi marido... La verdad es que no somos propiedad privada de nadie. Puedes querer mucho a tu marido pero vas por la calle y se te pueden ir los ojos detrás de otro. Si ese alguien te responde la mirada, ¿por qué no?

- Desde luego, cuando uno se casa es porque tiene la esperanza de un amor duradero y tiene la intención de hacer posible que lo sea...

- Sí, sobre todo la primera vez (risas).

- Le hago una propuesta. ¿Podría defender la fidelidad?

- Yo no hago apología de la infidelidad, la constato. Ser infiel puede ser un grave riesgo y hay que medirlo. Y hay muchas parejas que son fieles desde la primera vez y sienten felicidad. Una relación de pareja es algo muy complejo y el bienestar puede estar en un lado o en el otro.

- Permítame que la defienda yo. La fidelidad da estabilidad a la pareja, que es necesaria para la construcción del orden social...

- Y para el mantenimiento de la reproducción, podría añadir. Y ahí el papel de la mujer es fundamental. Por eso se rechaza que seamos libres respecto a la sexualidad. Recuerde aquel estudio de hace unos seis años en el Hospital Clínico de Madrid según el cual un 23% de los niños que nacieron en un periodo de tiempo estudiado no era de los papás oficiales.

- ¿No será la infidelidad algo más profundo que la simple irrupción de una tercera persona?

- Claro. Las causas son muy diversas y no simplemente que alguien aparezca en tu vida. Lo que sí creo es que no es premeditada. No creo que la gente diga "voy a ser infiel" como si dijera "voy a cambiar el ordenador". Aunque una cierta predisposición a que suceda es necesaria.

- Si a las personas que tienen amante se les añaden las que quisieran tenerlo, ¿serían muchas?

- Hablaríamos de cifras muy significativas, desde luego. El porcentaje de mujeres que afirman que han sido infieles o han tenido la fantasía de serlo es muy elevado según la última encuesta, y en este tipo de encuestas sobre sexo se miente por debajo.

- Por mucha libertad que se predique, no dirá usted que no duele profundamente enterarse de que quien tienes al lado ha sido apropiada por otro...

- Duele si se sabe y duele más el miedo a perderlo, la sensación de engaño afectivo si hay continuidad. Que alguien se pegue un día un revolcón es más fácil de digerir por las mujeres. No por los hombres.

- ¿Es un mito eso de que la mujer solo es infiel por amor?

- Si les tranquiliza a ustedes los hombres seguir creyendo eso, es cosa de ustedes, pero no se fíe de la literatura romántica.

- ¿Y es otro mito que los hombres son genéticamente infieles?

- No nos vengan a estas alturas con esas vainas. Existe una influencia del medio ambiente, eso sí. Si el hombre ha tenido un papá infiel y un abuelo infiel incluso parece un desdoro familiar no serlo.

- Las mujeres no tienen esa disculpa...

- Es cierto, una se imagina difícilmente la infidelidad de su madre aunque, si se pone a pensar, a lo mejor se acuerda de que se arreglaba mucho precisamente cuando venía aquel amigo de tu padre al que casi llamabas tío.

- ¿Vivir apresados el uno al otro es la única solución para que sobreviva una pareja?

- Sea usted más optimista, hombre. Yo tengo esperanza de que en algún momento se va a producir un cambio de modelo por el que puedas querer y respetar a una persona sin que ingreses forzosamente en prisión sexual.

- ¿Quiénes van más a la consulta? ¿Los que tienen problemas por tener un amante o los que van porque lo han perdido?

- Seguro que van más los que lo han perdido y no se consuelan (risas).