Comparecencia en el Congreso

Marlaska recibe un rapapolvo por su gestión en la migración

El ministro ha empezado reclamando una mirada positiva sobre la llegada de extraños: "Debemos estar orgullosos de la diversidad"

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, interviene durante la sesión de control al Gobierno.

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, interviene durante la sesión de control al Gobierno. / EP

Juan José Fernández

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, recibió ayer un fuerte rapapolvo de la oposición en el Congreso por su gestión ante la «peor crisis migratoria de la última década». Los diputados le afearon su «tono triunfal», mientras el ministro argumentó que están haciendo «un trabajo continuado, no de parcheo» y que lo que hacen es «salvar vidas». En su primera comparecencia en el Congreso de esta legislatura, cabía esperar que el ministro del Interior tuviera su choque más duro con la derecha por los escraches contra el PSOE y la amnistía en la calle Ferraz, pero se impuso en las fricciones de la sesión de control al Gobierno la cuestión más de fondo para los interpelantes: la inmigración.

Fernando Grande-Marlaska recibió agrias imprecaciones del PP y de Vox por la oleada migratoria que rompe en los muelles de Canarias, y las diputadas canarias de CC y Podemos, Cristina Valido y Noemí Santana, respectivamente, ambas en el Grupo Mixto tras la ruptura de la formación morada con Sumar, profirieron duras advertencias: «Si las cosas siguen como siguen, todo va a empeorar. Nos vamos a enfrentar al mayor reto de este siglo, la inmigración, sin estar preparados. ¡Al hambre no lo para nadie!», espetó la diputada de CC.

Cristina Valido pidió a los diputados «menos hipocresía» y «menos quejarse» sobre el reparto de migrantes. «35.000 personas han llegado a Canarias en un año a nuestro pequeño territorio y lo lamento por las comunidades escandalizadas de que les llegan los inmigrantes sin avisar», subrayó Además, reclamó a Marlaska una «figura única» que ejerza como «interlocutora», como fue Teresa Fernández de la Vega, para no tener que «llamar a cinco ministerios» cada vez que hay un repunte de llegadas. 

Por su parte, Noemí Santana que se estrenaba como portavoz de Podemos en el Grupo Mixto en el área de migraciones, recriminó al ministro que «el pueblo canario no va a permitir que se nos convierta en una suerte de cárcel de Alcatraz para personas migrantes». Santana pidió el reparto «corresponsable» entre las comunidades de los menores migrantes no acompañados. Canarias tutela ya a 4.500 niños llegados por el mar.

El ministro del Interior compareció para informar sobre política migratoria (a petición propia) y sobre «la llegada masiva de inmigrantes irregulares», a petición de la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, y otros 125 diputados. Durante su primera intervención, Marlaska reconoció que en el último año, en España, se ha producido un aumento de las llegadas irregulares de inmigrantes del 73% (50.551 migrantes a fecha 3 de diciembre), especialmente por la subida «en la ruta atlántica hacia Canarias». No obstante, precisó que, en términos absolutos de llegadas, esta cifra es algo inferior a la de 2018, cuando, a 30 de noviembre de ese año, habían llegado unos 53.000 migrantes.

También destacó la disminución de «más de un 40%» de los migrantes que han llegado a través de las ciudades autónomas, especialmente de Melilla y puso en valor que, gracias al «incremento de los recursos», la «mayor coordinación para gestionar la llegada de migrantes» y «la cooperación con los países de origen y tránsito», han logrado «descensos importantes en momentos de crisis migratorias». Sobre la propuesta de crear una figura interlocutora con Canarias, respondió a Cristina Valido que «todo puede estudiarse» aunque consideró que «la coordinación es perfecta».

Además hizo un anuncio de calendario sobre el esperado -y muy retrasado- pacto europeo en materia de inmigración y asilo: «Estemos todos atentos a los días 18 y 19. Vamos a buen ritmo». El anuncio de este acuerdo europeo, y en general toda la intervención «triunfalista» de Marlaska, fue recibida muy críticamente por la oposición. Al igual que las diputadas isleñas de CC y Podemos, la parlamentaria Ana Belén Vázquez, del Grupo Parlamentario Popular, afeó a Marlaska que esté «satisfecho» con su gestión cuando «Canarias vive su peor crisis migratoria de la última década».

Además, apuntó que su política migratoria se resume «en bandazos y caos». En la misma línea, el diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro remarcó que Marlaska es «el peor ministro del Interior de la democracia española» y le acusó de llevar «casi clandestinamente» a la Península a las personas que llegan a Canarias, mientras la diputada de Junts per Catalunya, Marta Madrenas i Mir, consideraba «sorprendente» que Marlaska siga al frente de Interior con su «currículum», y el diputado del PNV Mikel Legarda Uriarte cuestionaba, como otros parlamentarios, los traslados de migrantes desde las Islas a las comunidades autónomas y la falta de canales permanentes de información sobre este reparto. 

Ante la rociada de críticas, Marlaska se defendió reivindicando el trabajo que están haciendo desde su ministerio, «un trabajo continuado, no de parcheo» para que las personas no se vean obligadas a migrar y luchando contra las mafias. «Nosotros, trabajando en Mauritania, Senegal, Marruecos, evitando la salida del 40%, salvamos vidas, por eso lo digo, y las fuerzas y cuerpos de seguridad salvan vidas», remarcó.

A lo largo de su intervención avanzó que prevén aumentar en 1.980 plazas la capacidad de acogida a los migrantes en situación irregular que llegan a Canarias, a través de la ampliación de dos Centros de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) en El Hierro y Fuerteventura, y de la creación de otros dos nuevos en Fuerteventura y Tenerife. En concreto, Marlaska expuso que el CATE móvil instalado en El Hierro, que actualmente tiene una capacidad para 320 personas, «en los próximos días podrá alcanzar las 800 plazas».

Asimismo, apuntó que se ha autorizado una inversión de tres millones de euros para ampliar la capacidad de acogida en Fuerteventura en la denominada nave del queso para poder pasar de 200 a 700 plazas. Por otro lado, afirmó que se prevé instalar un CATE móvil en El Matorral (también en Fuerteventura), con capacidad para unas 600 personas y que se están haciendo las gestiones oportunas para poder instalar un nuevo CATE móvil en Tenerife, con unas 400 plazas. 

Mientras tanto, la llegada de migrantes a las Islas no cesa. Una embarcación con nueve personas, de origen subsahariano, llegaba en aguas próximas a Maspalomas el pasado martes, y dos cayucos con 147 personas en total -72 en uno y 75 en otro- arribaron ayer a la isla de El Hierro.