Entrevista | René de Lamar Geriatra

René de Lamar: «El gran reto de la Geriatría es mejorar la calidad de vida de los mayores»

El doctor ha sido distinguido con la Medalla de Oro de Canarias por su brillante trayectoria médica y su labor divulgativa

El especialista en Geriatría René de Lamar.

El especialista en Geriatría René de Lamar. / LP/DLP

Ya hace más de tres décadas que llegó a Gran Canaria. ¿Qué le trajo hasta la Isla?

Vine por asuntos de trabajo, ya que en aquella época era médico de la Marina. Cuando conocí Canarias, me enamoré de esta Isla y supe que era el sitio en el que quería estar. Así ha sido. Esta es mi tierra, aquí tengo a mi gente y me siento canario de adopción y vocación. 

¿Cómo han cambiado las características poblacionales desde entonces?

Estamos asistiendo al envejecimiento del envejecimiento. El grupo de los mayores de 80 años es el que más crece. Además, estamos observando la manifestación de enfermedades crónicas, cuyas evoluciones no están descritas debido a la longevidad de las personas. A mi consulta, por ejemplo, acuden varios pacientes centenarios. Muchos de ellos vienen de forma autónoma y después se van a tomar un té o un café. Esto hasta hace solo unas décadas era algo impensable. Lo cierto es que estamos apreciando un envejecimiento de la sociedad cada vez mayor para el que no está preparado ni la ciudadanía, ni la sanidad, ni el entorno. Sin embargo, en el contexto del envejecimiento todo se mide en términos de función, y no de edad cronológica. 

¿Cuáles son las principales enfermedades que padecen las personas mayores en Canarias?

La patología más importante es la enfermedad de Alzheimer, sobre todo por el impacto que tiene sobre la sanidad, las familias y toda la sociedad. De hecho, esta es la demencia más frecuente. Se dice que el alzhéimer es la epidemia del siglo XXI, pero eso no quiere decir que todas las personas vayan a padecerlo en algún momento. Ahora bien, hay que tener claro que el primer factor de riesgo para sufrirlo es la demencia. Esta alteración es muy discapacitante, ya que desestructura la personalidad, lo que golpea el cerebro del paciente y el corazón de la familia. Por otro lado, se encuentran las enfermedades cardiovasculares como la insuficiencia cardíaca o la cardiopatía isquémica, y las patologías osteoarticulares como la artrosis o la artritis. A ellas se suman las enfermedades vasculares, que predisponen a la ateroesclerosis y al ictus. Más allá de todo esto, existen otras patologías que encuentran un terreno fértil en personas envejecidas. Algunos ejemplos los ponen las enfermedades endocrinas, el hipotiroidismo o el déficit vitamínico. No obstante, en Geriatría nada es lo que parece, pues las manifestaciones clínicas de las enfermedades difieren mucho entre un adulto mayor y una persona joven. Y es que muchas veces la manifestación de la dolencia se produce a través de sus consecuencias, y no de las causas. Otro dato importante es que a partir de los 60 años hay una enfermedad por década de vida. ¿Qué quiere decir esto? Pues que a los 60 habrá seis, a los 70 siete y a los 100 diez. En muchos casos son enfermedades desconocidas por el paciente y por el médico, y se manifiestan a través de sus consecuencias.

“Jamás he tenido la intención de que me reconozcan mi trabajo”

¿Ha aumentado la incidencia de estas patologías con el paso de los años?

Sí, sobre todo la incidencia de las enfermedades neurodegenerativas como el párkinson, el alzhéimer y otros tipos de demencias. Sin embargo, hay que tener claro que envejecer no es sinónimo de enfermar. Con esto quiero decir que no se puede estigmatizar a nadie por su edad.

¿Cuál es el mayor reto científico dentro de la Geriatría?

Hemos logrado aumentar la esperanza de vida, por lo que considero que el gran reto ahora es mejorar la calidad de vida de los mayores. Si conseguimos mantener la funcionalidad el mayor tiempo posible, le habremos ganado el combate al envejecimiento. 

¿Cómo surgió su pasión por esta especialidad?

Esta pregunta es muy interesante, ya que primero me especialicé en Medicina Interna. Ahora bien, Geriatría siempre me fascinó y me llamaba mucho la atención. Lo cierto es que me encanta tratar con personas mayores porque son encantadoras y muy agradecidas. Por eso, decidí especializarme en este campo de la Medicina y fue mi mejor decisión.

La pandemia de coronavirus puso en jaque al sistema sanitario. ¿Cómo vivió este período con sus pacientes?

Fue una época terrible y muy dolorosa. Además, generó un importante deterioro. Tanto es así, que muchos mayores que estaban sanos sufrieron distimia, se deprimieron o padecieron un trastorno de estrés postraumático por haber tenido que estar aislados y no poder ver a sus familiares. Los que ya sufrían un deterioro cognitivo leve se demenciaron y los que ya sufrían demencia empeoraron. Sin duda fue un período terrible y todavía estamos lidiando con las consecuencias de la pandemia.

Usted siempre se ha preocupado por divulgar contenidos sobre su especialidad. Además, ha escrito un libro. ¿Cree que este campo de la Medicina no es tan visible como otros?

Por desgracia, no es tan visible. De hecho, lo que me impulsó a empezar a divulgar fue el desconocimiento que tenía la sociedad  sobre la Geriatría. Muchas personas no sabían que era una especialidad y, a día de hoy, considero que es una especialidad de un presente demoledor. La población mayor está aumentando y todos los sanitarios deben tener unos conocimientos elementales para poder manejar a los pacientes y ofrecerles la atención que necesitan. Por otro lado, creo que es indispensable aumentar las plazas MIR de Geriatría para poder contar con más especialistas. 

A lo largo de su trayectoria, ha ejercido la profesión en centros privados y concertados. ¿Cree que la sanidad pública presta la suficiente atención a las necesidades que tiene este colectivo?

No. Además, creo que la sanidad pública y la privada deben ir de la mano para conseguir más beneficios. La unión hace la fuerza y, en realidad, somos prácticamente los mismos especialistas.

¿Cómo recibe este reconocimiento que le concede el Gobierno de Canarias?

Para mí es todo un honor. Estoy muy emocionado y muy feliz, pero jamás he tenido la intención de que me reconozcan mi trabajo. Creo que todos los médicos debemos preocuparnos por divulgar y por informar a los pacientes y a toda la población. Esta tarea es otra forma de cuidarlos.  

En 2019 fue nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. ¿Siempre se ha sentido bien acogido por esta tierra?

Siempre. Me siento muy canario y muy orgulloso.

¿Qué metas se marca a corto plazo?

Seguir atendiendo tan bien a mis pacientes y publicar otro libro. Se titulará Amanecer con edad, y explica por qué la sensación de temporalidad varía a medida que vamos cumpliendo años. En él también hago hincapié en qué podemos hacer para aprovechar nuestro tiempo y ganar calidad de vida.

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