Cine

La cotidianidad del cine japonés aterriza en la Casa de Colón

La Semana de Cine Japonés arranca el próximo 22 de julio en la capital grancanaria con el foco puesto en «el cine de gente corriente»

El ciclo, que va por su 22ª edición, cuenta con la ponencia del historiador y crítico de cine Aythami Ramos Hernández

Se proyectan películas como 'Almas en el camino' o 'Noche y niebla en Japón' del estudio Shôchiku 

Una secuencia de la película 'Noche y niebla en Japón'.

Una secuencia de la película 'Noche y niebla en Japón'. / LP/DLP

Martina Andrés

Martina Andrés

La 22ª edición de la ya tradicional Semana de Cine Japonés en la Casa de Colón, que arranca el próximo 22 de julio, pone el foco en el denominado como «cine de gente corriente» (shôshimin-eiga) y se centra en los trabajos de la productora de cine japonés Shôchiku, promotora de este género desde su consolidación en los años 20.

«El cine japonés -como su narrativa en general- es un cine que se recrea situaciones triviales en las que casi nunca pasa nada. Sus historias son sencillas y casi nunca ocurren grandes acontecimientos, ni hay grandes protagonismos. A veces incluso se plantea una situación que ni siquiera concluye, porque lo que se quiere mostrar es la situación en sí: un padre que quiere casar a su hija, una madre soltera que se esfuerza por sacar a su hijo adelante, etc.», explica el historiador, arquitecto y crítico de cine Aythami Ramos Hernández, que será el encargado de inaugurar este ciclo con su conferencia Nieve de primavera. El modelo Shochiku, o cómo Japón inventó el cine moderno.

La invención del cine moderno

«Esta falta de densidad dramática es la que en Occidente se consideró moderna, pero en realidad era lo común en Japón. Respondía al gusto del público y eran películas más baratas de hacer», puntualiza el crítico haciendo alusión a la perspectiva occidental que considera que Japón inventó el cine moderno antes que los europeos. «Esto es algo que se ha repetido mucho en la historia del arte, los alemanes también dijeron que los japoneses inventaron la arquitectura moderna antes, esto pasa cada cierto tiempo. Y no es que los japoneses inventasen el cine moderno, ellos hacían un cine industrial como nosotros, tenían un sistema de estudios y hacían cosas diferentes porque se adaptaban a las peculiaridades del público japonés. El tipo de historia que les gustaban ver eran diferentes a las que nos gustaban a nosotros, eran historias cotidianas, de cómo vivía la gente», puntualiza.

En esta línea e influenciada por Hollywood, la productora Shôchiku, en la que se centra esta Semana de Cine Japonés, «busca mostrar un cine con historias y técnicas novedosas, que incluya todo lo nuevo. Siempre vendían que eran una productora de cine moderno, no en un sentido de arte moderno, sino en el sentido de que mostraban cosas de la vida moderna, representada esencialmente por Hollywood: coches, moda, música jazz, radio... Todo este imaginario que nos vendió Hollywood era lo que se mostraba como la vida moderna», describe Ramos.

«El cine japonés se había quedado bastante atrás, porque lo que habían hecho era mostrar teatro filmado, mientras que en EE.UU. y Europa se había avanzado mucho con las teorías del montaje. Shôchiku es una de las primeras que intenta decir: 'vamos a usar las mismas reglas de montaje que utilizan los americanos y los europeos', pero lo hacen de una forma más libre. Lo que les interesaba era, no utilizar el montaje tal cual, sino la parte novedosa, montar muchas imágenes diferentes, que la gente entrase, saliese, que la cosa fuese cambiando», añade el historiador.

Las películas

El programa incluye la proyección de películas que fueron producidas por el mencionado estudio japonés, títulos como Almas en el camino (1921), de Minoru Murata, que se proyecta el día 22, Historia de una hierba errante (1934), de Yasujiro Ozu el día 23, Ella era como un crisantemo salvaje (1955), de Keisuke Kinoshita el día 24, Noche y niebla en Japón (1960) de Nagisa Oshima el día 25 y Tora-san, nuestro querido vagabundo (1969) de Yoji Yamada, a modo de cierre, el día 26 de julio.

Este ciclo de cine japonés tiene lugar cada año en la Isla desde el año 2002. En sus primeras ediciones contó con la colaboración del Consulado de Japón y ahora funciona como cierre de la temporada de actividades organizadas por la Asociación de Cine Vértigo. Durante estos años, la Semana de Cine Japonés ha puesto el foco sobre algunos de los cineastas más legendarios del país -nombres como Kurosawa, Ozu, Naruse, Kitano o Mizoguchi- y ha revisado la aportación de generaciones, temas y estilos, como el Chámbara, la generación de los 60, o el teatro.