Saltos de trampolín

García Boissier, medallista en el Europeo de saltos de trampolín: «Esta plata es importante para encarar los Juegos»

El saltador del Metropole señala que el resultado de Serbia le ayuda a mirar a París «con confianza, pero con los pies en el suelo»

Nico Garcia Boissier –derecha– junto a Juan Pablo Cortés, en uno de sus saltos en el Europeo de Belgrado, el pasado domingo.

Nico Garcia Boissier –derecha– junto a Juan Pablo Cortés, en uno de sus saltos en el Europeo de Belgrado, el pasado domingo. / EFE

Manuel Ojeda

Manuel Ojeda

«Con confianza pero con los pies en el suelo». Solo un paso más en su objetivo de hacer realidad el sueño de firmar un triplete celestial que se vería culminado si logra un podio olímpico en París, nada más y nada menos, en apenas un mes. El grancanario Nicolás García Boissier conquistó en febrero en Doha (Catar) la primera medalla de España en un Mundial en la disciplina de saltos de trampolín. Aquella presea de bronce en la prueba de tres metros sincronizados junto al mallorquín Adrián Abadía les abrían de par en par las puertas de los Juegos Olímpicos que se celebran en la capital francesa, que era su meta principal en esa competición.

Cuatro meses después, el saltador del CN Metropole volvía a exhibirse en la segunda cita marcada en rojo en su calendario, el Campeonato de Europa de Belgrado (Serbia). El deportista isleño, el pasado domingo, se subía de nuevo al cajón para colgarse la plata en la misma prueba, eso sí, con un compañero inhabitual, Juan Pablo Cortés, pues unos asuntos personales impidieron a Adrián tomar parte en la cita continental.

«Fue sin duda una agradable sorpresa, porque esta medalla no entraba en los planes del equipo», señala Nicolás García Boissier después del éxito cosechado en la cita continental. «Quizás por eso saltamos los dos bastantes sueltos, confiados, tranquilos, sin la presión de estar al tanto de lo que hacían el resto de competidores. Nos centramos más en realizar nuestros saltos lo mejor posible en cuanto a ejecución, y no centrarnos tanto en la notas de sincronía», explicaba el saltador del CN Metropole.

Nicolás García Boissier (derecha) y Peña, durante uno de sus tres saltos en la final de Belgrado.

Nicolás García Boissier (derecha) y Peña, durante uno de sus tres saltos en la final de Belgrado. / Marko Drobn

A pesar de entrar a la vez los dos en el agua, «en el aire había diferencias por la manera de saltar de cada uno y por los pocos días de adaptación que hemos tenido», añadía en su análisis el grancanario.

«Creo que la clave fue no tener el peso de ser favoritos que sí tenían los franceses –los ganadores–, Italia o Polonia, que eran candidatas al podio. Esa falta de expectativas nos ayudó a saltar como nosotros sabemos», manifiesta el olímpico en los Juegos de Pekín.

Reconocía García Boissier su felicidad por este logro continental, «aunque el equipo técnico estaba más contento aún por sumar una medalla inesperada». Señalaba el deportista isleño que, por volver a entrar en competición y por recuperar sensaciones, «este resultado en lo personal es importante para encarar con confianza los Juegos en apenas un mes».

«Pero también con tranquilidad y con los pies en la tierra, porque sabíamos que en este Europeo había ausencias importantes pues gran parte de los equipos olímpicos se quedaron en casa trabajando y participaron los equipos B. Ahora a casa y a seguir trabajando duro para intentar llegar a París en la mejor forma posible», añadía.

En cuanto a su compañero accidental en la cita de Belgrado, García Boissier reconocía que para Juan Pablo Cortés no resultó una situación fácil: «Tenía que sustituir a Adrián, que es tercero del mundo y está clasificado para los Juegos. Es muy joven y a lo mejor para él sí había presión por estar en el punto de mira y saber que lo tenía que hacer bien. Y más sabiendo que te estás jugando una medalla. Le puso valor e hizo el mejor salto que había hecho durante toda la semana en la última y decisiva ronda».