La bestia de Gévaudan

La bestia de Gévaudan

La bestia de Gévaudan

Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

Gévaudan, una región del sur de Francia poblada de lobos, despertó el horror de sus habitantes el 30 de junio de 1764 cuando apareció el cadáver degollado de una joven de 14 años llamada Jeanne Boulet. A los que la encontraron les sorprendió sobre todo el estado del cuerpo parcialmente devorado y las ropas que aparecieron totalmente desgarradas. Los que recordaban ataques de lobos en la zona no habían visto nunca un cadáver destrozado de aquella forma, al menos no con esa violencia desmedida. Esto hizo que se plantearan que el ataque no había sido obra de este tipo de animal, sino de algo más grande y temible.

Los vecinos fueron olvidando lo vivido hasta que el 8 de agosto apareció otra niña en el bosque, esta vez desnuda y degollada. El cadáver presentaba daños similares al de Boulet, así que los vecinos no tardaron en atar cabos y comenzaron a pensar que había una bestia suelta merodeando por el bosque. Ya a principios de septiembre se contabilizaban seis víctimas más, todos niños y todos con heridas similares.

Comenzó a hablarse entonces de una criatura infernal y sobrenatural que prefería devorar a niños en vez de al ganado. Poco después comenzaron a salir a la luz testimonios de algunos supervivientes que hablaban de hombres lobo, otros decían que se trataba de lobos de gran tamaño y fauces de desmedida proporción.

El pánico se extendió de tal modo por la región que su gobernador y el conde de Montcan tuvieron que intervenir y enviar cazadores que fueron fracasando en su cometido uno a uno. Con esta ineficiencia tuvieron que enterrar a tres miembros de una familia que fueron atacados en diferentes momentos, primero un niño de ocho años, después su padre y más tarde su hermano de 16. Al ver que no se podía dar caza a la bestia los habitantes decidieron confinar a los niños en las casas.

Tal fue el terror que el conde terminó pidiéndole al responsable de la caballería del ejército francés, el capitán Duhamel, que rastreara la zona. Desafortunadamente, sus pesquisas resultaron inútiles y solo consiguieron encontrar el cuerpo decapitado de un niño cuya cabeza no se encontró hasta ocho días después.

Al llegar a 25 víctimas, las autoridades anunciaron que darían una recompensa de 2.700 francos a quien consiguiera dar caza a la bestia. Poco después Duhamel escribió en su diario que se encontró con el asesino de niños y lo describió así: «Tiene el pecho de la anchura del de un caballo, el cuerpo como el de un leopardo y el pelaje rojo con una línea negra. Al verlo llegarás, como yo, a la conclusión de que el monstruo es un híbrido. Su padre es claramente un león. Lo que es su madre aún está por ver». Por esta declaración hay quien piensa que la bestia pudo ser un león escapado de alguna feria.

Gracias a la prensa, la historia de la bestia de Gévaudan corrió como la pólvora por toda Francia y también por el extranjero, así el país se convirtió el hazmerreír de Alemania, Inglaterra y España. El consejero de Luis XV, ante la humillación que le había traído Duhamel, decidió contratar al mejor cazador de Francia, Martin Denneval, que contaba con 1.200 lobos muertos a sus espaldas. Sin embargo, el cazador no mostró mejores habilidades que Duhamel y terminaron encargando la tarea al arcabucero real François Antoine que con la ayuda de 40 soldados consiguió embestir por fin al terror de Francia, o eso creían. La realidad es que el lobo no era más que un gran espécimen de 60 kg con un gran hocico y enormes patas, pero un lobo, al fin y al cabo. La alegría y los festejos duraron bien poco. Al cabo de un mes surgieron nuevos asesinatos que confirmaban que la bestia no era aquel animal al que habían dado caza.

Se cree que el asesino real de la bestia fue Jean Chastel, un vecino de La Besseyre-Saint-Mary ya que, a partir de su detención del 19 de junio de 1767, no se certificaron más víctimas en la zona.

Con todo estoy hay quienes afirman que, por el estado de los cadáveres y el hecho de que la gran mayoría de las víctimas fueran niños, cabe la posibilidad de que la bestia fuese, en realidad, un asesino en serie.