El Estado autoriza 30 pinchazos para buscar energía geotérmica

El Archipiélago recibe 106 millones del Estado

Pondrá en marcha diez proyectos en La Palma, Tenerife y Gran Canaria 

El Ministerio de Transición Ecológica ha autorizado un máximo de 30 pinchazos en distintos emplazamientos de La Palma, Tenerife y Gran Canaria para facilitar la búsqueda de energía geotérmica de alta entalpía (la que es capaz de integrarse en el mix eléctrico) a más de 1 kilómetro de profundidad. El objetivo es comprobar en qué lugares de las Islas se puede aprovechar el calor que emana de los volcanes dormidos para integrarlo en los sistemas eléctricos y contribuir así a cambiar el modelo energético de las Islas. 

El Archipiélago ha recibido 106 millones de euros -de los 120 destinados por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) a estos proyectos- para explorar su potencial de energía geotérmica profunda. Esta financiación permitirá a la comunidad autónoma retomar la búsqueda de este recurso energético, parada desde hace 30 años. 

Se trata de la inversión más importante que ha recibido Canarias en este ámbito y la mayor apuesta del Estado por explorar, de verdad, las posibilidades de explotar esta energía renovable en el Archipiélago. La energía calorífica del subsuelo, además de ser limpia, es una fuente gestionable. Es decir, a diferencia de la eólica, que depende de la presencia de viento, o la fotovoltaica, de que haya sol, el recurso está siempre presente.

Lo anunció el pasado jueves la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, en Las Palmas de Gran Canaria, tras entrevistarse con el presidente de Canarias, Fernando Clavijo. Posteriormente, la integrante del Gobierno de Pedro Sánchez participó en unas jornadas en las que se debatió sobre las posibilidades que abre la explotación de esta energía limpia. 

Los expertos prevén que serán escasos los sondeos que finalizarán sin el éxito buscado

En total, el Archipiélago ha logrado hacerse con diez de los once proyectos que el ministerio ha estimado susceptibles de ser subvencionados en la convocatoria gestionada por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

De los proyectos, seis tienen como escenario La Palma (por un valor de 45 millones de euros), otros tres en Tenerife (por un valor de 43 millones) y el restante, en Gran Canaria (por 15 millones). Cada iniciativa podrá hacer un máximo de tres pinchazos en busca del potencial geotérmico.

Al frente de todas ellas se sitúan consorcios (la mayoría público-privados) en los que también participan entes académicos. Los adjudicatarios tendrán que sumar a los fondos procedentes del Next Generation EU que reparte el IDAE una cantidad de, como mínimo, el mismo tamaño. 

El consorcio formado por ITER, Involcan y la mercantil limitada Energía Geotérmica de Canarias es el que alcanza una mayor presencia en la resolución definitiva del IDAE. Tres de sus proyectos, todos para la localización de fuentes de calor a gran profundidad en Tenerife, aparecen en el listado y suman 43.198.104 euros. Energía Geotérmica aparece también en solitario en La Palma con otra iniciativa subvencionada con 14.479.750 euros.

Hasta ahora solo se habían realizado dos perforaciones en las Islas y hace más de 30 años

La réplica palmera a este bloque de entes públicos y privados la conforman la Sociedad de Promoción y Desarrollo Económico y Social de La Isla de La Palma, el Consejo Insular de Aguas de La Palma, la Agrupación de Interés Económico llamada Comunidad para la Distribución para las Vertientes Norte y Oeste de La Palma y la cooperativa Energía Bonita. Dos de los proyectos que presentó, centrados en los campos geotérmicos Mazo y Punta Sur, merecieron la atención de los evaluadores; suman 25.568.156 euros.

Gran Canaria concurrió a la convocatoria con el Consejo Insular de la Energía (Cabildo) comandando la terna de compañías privadas formada por Canaluz, Ayagaures Medio Ambiente (Grupo Pérez Moreno) y Canary Islands Base. La comarca del Sureste es el área fijada para los trabajos en la Isla, que han recibido 15.000.000 de euros del PRTR.

En el capítulo privado destaca la presencia de la multinacional Repsol, con una propuesta subvencionada con 5.357.500 euros y centrada en La Palma. El vehículo de inversión denominado Sociedad para el Desarrollo de Canarias 2000 logra atención para dos de sus ideas, denominadas Electrolapalma y Benahoare, que en conjunto suman 2.639.700 euros. En este caso, el capital aportado se sitúa muy por encima del preceptivo 50%.

Consorcios de índole público-privada están al frente de los proyectos que obtienen subvención

«Esta convocatoria ayuda a disminuir la incertidumbre del inversor en esos primeros sondeos», revela Celestino García de la Noceda, investigador del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), que considera «muy positivo» el hecho de que el Gobierno estatal haya decidido apostar por Canarias en esta convocatoria.

«Siempre se había hablado del potencial de Canarias con respecto a esta energía, pero nunca se había explorado de esta manera», explica Joan Groizard, director del IDAE. Desde que Canarias fue consciente del potencial que había en su subsuelo para contar con una energía limpia, barata y de fácil control, se han realizado diversos estudios y búsquedas de este recurso natural. 

Las exploraciones científicas en Tenerife comenzaron en los años 50, aunque la primera exploración geofísica y geoquímica no se realizó hasta 1985. Desde entonces y hasta el momento, todos los estudios realizados en esa isla han corroborado su «gran potencial» para desarrollar la geotermia. Las zonas con mayor interés son Vilaflor, la zona de Arenas Negras y el entorno de Las Cañadas. También se han hecho estudios en La Palma y en Lanzarote.

Todos los proyectos de prospección deberán ejecutarse antes del 31 de enero de 2026

Sin embargo, solo se han realizado dos sondeos de investigación en busca de este Santo Grial de las renovables. Tenerife hizo uno en la zona de Santiago del Teide entre 1990 y 1993. Un pinchazo que alcanzó los 1.060 metros de profundidad, pero en el que los investigadores no encontraron lo que buscaban. En parte, porque perforaron en un lugar donde la roca circundante infiltraba demasiada agua de lluvia. En Lanzarote se hizo un único sondeo en 1977 que alcanzó los 2.700 metros de profundidad, pero que tampoco encontró lo que estaba buscando, ya que debajo de la isla no hay magma caliente, sino roca incandescente.

Por tanto, Canarias lleva más de 30 años sin perforar el suelo en busca de su calor. Y no ha sido por falta de interés, sino más bien por la de financiación. No en vano, el coste de hacer una única perforación es muy elevado. Según datos de Transición Ecológica, se requieren al menos 10 millones de euros para hacer un único sondeo en Tenerife o La Palma y 8 millones si es en Gran Canaria. 

«Es una inversión muy grande y sin apoyo público es muy difícil de llevar a cabo», admite Groizard, que asegura que esta convocatoria permite «avanzar» mediante un esfuerzo conjunto. En total está dotada con 120 millones de euros, la mitad de ellos reservados en exclusiva para Canarias. Sin embargo, los proyectos presentados en el Archipiélago, que también podían aspirar al otro tramo, el estatal, han logrado copar la mayor parte de los recursos. 

Aun sin sondeos, la comunidad autónoma no se ha mantenido ajena al calor que emana de sus entrañas. «Es difícil que estos sondeos fallen, porque las islas están bastante analizadas», explica Margarita de Gregorio, coordinadora de la Plataforma Española Tecnológica y de Innovación en Geotermia (Geoplat). Ella misma insiste en que en estos 30 años «se han realizado muchas prospecciones». En la misma línea, García de la Noceda está convencido de que solo «alguna» de las perforaciones terminen sin hallar el recurso buscado. 

«Esta la primera vez que contamos con una convocatoria de este tipo, nunca habíamos tenido tantos recursos para la geotermia», admite Groizard. De hecho, el director del IDAE asegura que esta iniciativa «ha suscitado mucho interés en todo tipo de agentes» y afirma que la seguirán de cerca. «Confiamos en que se hagan buenos sondeos y consigamos resultados interesantes», afirma Groizard.

Sin embargo, hasta el más optimista es consciente del mayor obstáculo al que se enfrenta Canarias para empezar a pinchar el subsuelo. Los fondos europeos deben estar ejecutados antes del 31 de enero de 2026, lo que supone que tanto los consorcios como el Gobierno autonómico tendrá que correr para aprovechar esta oportunidad única. La búsqueda de maquinaria de perforación -en España hace años que no se utiliza- y los permisos ambientales son ahora los dos mayores quebraderos de cabeza para los promotores. «La Administración debe ser ágil si queremos que esto salga adelante», advierte García de la Noceda. No obstante, la mayor parte de los implicados cuenta con que Europa autorice una prórroga de entre cinco y seis meses. 

La geotermia no es la única solución al reto de la transición energética de Canarias, pero quizás sí una de las más importantes. No en vano, la energía geotérmica es una de las pocas renovables que, por la estabilidad del recurso, permite al operador maniobras muy rápidas para cubrir picos de demanda. Y, como insiste Margarita de Gregorio, «lo bueno de haber empezado los últimos de Europa, es que podemos basarnos en experiencias previas mucho más maduras».

Durante la jornada, la ministra Ribera se entrevistó también con el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales. «A final de verano, es probable que haya comenzado el procedimiento administrativo que permita iniciar este mismo año la subasta pública que hará que Gran Canaria sea el primer territorio del Estado en el que se ponga en marcha la eólica marina offshore», afirmó Morales.

Además, el presidente insular comunicó a la ministra que se ha puesto sobre las mesas del ministerio y el IDAE un proyecto de hidrobombeo de agua salada que puede ser «un referente para otras islas, como ya lo está siendo el Salto de Chira». Se trata de una iniciativa con una inversión de 171 millones de euros y una potencia de 70 megavatios, que avanza en una propuesta innovadora para el almacenamiento de energía.