Binter tiene músculo para asumir más rutas de Air Europa de las solicitadas

IAG se ve obligada a ceder el 52% de los trayectos de la aerolínea de Globalia para que Bruselas permita su integración en el ‘holding’

Un avión de Binter alza el vuelo.

Un avión de Binter alza el vuelo.

La integración de Air Europa en el holding hispanobritánico IAG, que tiene a Iberia y a British Airways como principales enseñas, va a exigir que la multinacional le transfiera a la competencia más rutas de las previstas. En sentido contrario, las compañías receptoras de los vuelos hasta ahora gestionados por la aerolínea del grupo Globalia tendrán la oportunidad de quedarse con un trozo más grande del pastel. Entre esas compañías está la canaria Binter, que confía en que la compraventa de Air Europa le sirva para consolidar e incrementar las conexiones entre Madrid y las Islas –inauguradas el pasado febrero– y le abra las puertas de la ruta Madrid-Baleares. Y no solo eso: llegado el caso, Binter estaría dispuesta a heredar de la firma de Globalia más rutas de las previstas o solicitadas. Es decir, que la aerolínea presidida por Rodolfo Núñez, inmersa en un proceso de franco crecimiento y llamada a ser pieza clave en la reorganización del mapa nacional de vuelos a la que obliga la incorporación de Air Europa al gigante IAG –aún pendiente del plácet de las autoridades europeas–, no piensa desaprovechar la ocasión para crecer cuanto le sea posible.

International Airlines Group (IAG) había presentado un plan ante las instituciones comunitarias en virtud del cual cedería un 40% de las rutas gestionadas por la compañía de Globalia a un grupo de seis empresas: a la colombiana Avianca y las españolas World2Fly e Iberojet, en el caso de los vuelos de larga distancia, y a la irlandesa Ryanair y las también españolas Volotea y Binter, para los trayectos más cortos. Esta cesión de parte del negocio de Air Europa a la competencia es condición sine qua non para que Bruselas autorice su integración en el holding hispanobritánico. Es el remedio –a este tipo de medida se lo conoce en el argot jurídico como remedies– para evitar que el mercado, en este caso el mercado de la aviación comercial, se vea abocado al monopolio, que es lo que ocurriría en determinadas rutas si IAG comprase la compañía de Globalia y, sin más, asumiese todo su negocio. Los vuelos entre la Península y el Archipiélago son, en general, uno de los segmentos de mercado que caería en situación de cuasimonopolio de no imponerse una serie de remedies. Sin embargo, ocurre que el plan inicial de IAG no ha sido suficiente para despejar todas las dudas de las autoridades comunitarias de competencia, de ahí que el holding multinacional elevase el lunes de la semana pasada, 10 de junio, una nueva propuesta de remedies a la Comisión Europea (CE). En esta, la matriz de Iberia y British Airways se compromete a ceder a la competencia hasta un 52% de las rutas gestionadas por Air Europa en 2023, más de la mitad del negocio de la firma de Globalia. Y es aquí donde surgen nuevas oportunidades para Binter.

Cero problemas: la aerolínea isleña puede asumir un ‘pack’ extra de vuelos

La inauguración en febrero de los vuelos entre la región y el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas ha sido uno de los pasos de mayor trascendencia en la historia de la compañía isleña, un hito incluso comparable con el que en su día supuso su conversión en empresa cien por cien canaria –todo el capital de Binter está bajo control local–. Si la compra de Air Europa por IAG sale adelante, es casi seguro que la aerolínea presidida por Núñez recibirá el encargo de gestionar parte de las rutas entre Madrid y los aeropuertos de Tenerife y Gran Canaria que ahora gestiona la marca de Globalia. Binter ganaría así peso y pasajeros en un segmento de mercado en el que solo lleva meses pero en el que ya tiene una oferta más que considerable: 112 vuelos semanales –16 diarios– entre Barajas y los aeródromos de las dos islas capitalinas. Además, y desde antes de que IAG se viera obligada a elevar a la CE su nueva y última oferta de remedies, la compañía canaria también aspira a ganar peso en el mercado balear, donde hace ya tiempo que dejó de ser una desconocida –de hecho es la que ha permitido que los dos archipiélagos españoles estén más conectados que nunca gracias a su oferta de vuelos desde y hacia Mallorca e incluso Menorca e Ibiza–, si se dan las condiciones tras la incorporación de la filial de Globalia a IAG. La idea de Binter es operar la ruta Madrid-Baleares. Esto, cabe insistir, antes de que el holding hispanobritánico anunciase que está dispuesto a dejar en manos de la competencia hasta un 52% del negocio de Air Europa. En el nuevo escenario, la aerolínea canaria está en condiciones y en disposición de asumir y gestionar aún más rutas de las que en principio se calcularon.

De hecho no habría mayores problemas. Binter tiene músculo suficiente para heredar un eventual pack extra de vuelos, con lo que, por un lado, contribuiría a destrabar la compraventa de Air Europa y, por otro –y lo que en verdad es importante para la compañía isleña–, aprovecharía la coyuntura que se ha abierto con la gigantesca operación entre IAG y Globalia para ganar más volumen de negocio del esperado. Así que a falta del dictamen de la CE, que no se producirá hasta después de agosto, en la aerolínea canaria son «optimistas» respecto de la posibilidad de recibir algún que otro regalo inesperado.

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