Entrevista | Enrique Bethencourt Periodista y escritor especializado en nacionalismo canario

Enrique Bethencourt: «Las Islas deben estar en primer plano junto a las nacionalidades históricas»

Enrique Bethencourt (1959, Las Palmas de Gran Canaria) defiende que la nación canaria existe y encaja en el Estado plurinacional español; y a pesar de que el Archipiélago no sea un nacionalidad histórica, el periodista está convencido de que por sus singularidades culturales y lejanía merece estar al mismo nivel. 

El periodista Enrique Bethencourt el pasado viernes.

El periodista Enrique Bethencourt el pasado viernes.

La primera pregunta es obligatoria, ¿qué es una nación? 

Me imagino que se refiere a si hay algunas comunidades en el Estado español que se definen como nación o que parte de su población las definen como nación...

Exactamente.

Normalmente se suele hacer referencia a Euskadi, Cataluña y Galicia fundamentalmente, según la medida también Navarra, pero creo que podemos decir que Canarias no es ni más ni menos nación que estas. Lo único que tienen ellas es que ya lo eran de antes, y lo utilizan de forma muy habilidosa. 

¿A qué se refiere?

Los estatutos de autonomía de Euskadi, Cataluña y Galicia se aprobaron en la Segunda República. Canarias tenía su estatuto en marcha y no se aprobó porque hubo un golpe de estado fascista y una guerra civil. Si hubiésemos estado en el momento preciso más que una autonomía, seríamos hoy una nacionalidad histórica, como dicen recientemente los dirigentes del País Vasco.

¿Canarias puede considerarse territorio digno del reconocimiento de nacionalidad?

Tenemos un modelo económico y fiscal que no tienen ni Cataluña ni Galicia. Es verdad que los vascos y los navarros tienen un sistema foral, un sistema propio, pero el resto de autonomías tienen un formato dentro del marco común sin apenas diferencial. Nosotros tenemos un rasgo que no tienen ellos: la consideración de Región Ultraperiférica (RUP) en la Unión Europea, que reconoce nuestras singularidades, y por la que se nos aplican políticas concretas. 

Pero, ¿nuestro fuero y la lejanía es singularidad suficiente?

Si nos ponemos tiquismiquis, y como decía al principio, reconociendo que esto es un Estado plurinacional, donde hay realidades muy diferenciadas, comunidades con expresiones propias lingüísticas, históricas, culturales... En nuestro caso no tenemos la lengua, pero tenemos una forma muy particular de hablar el español. Si planteamos eso, desde luego yo defiendo que Canarias esté en el primer plano igual con las nacionalidades históricas. 

Es compatible ser nación con pertenecer a un Estado donde conviven diferentes naciones

Una cosa es nacionalidad y otra nación, entiendo entonces que usted considera a Canarias también es lo segundo.

La nación al final es el sentimiento. Es compatible ser una nación con pertenecer a un Estado donde conviven distintas naciones. España es muestra de ello y el hecho más fehaciente son los recientes comicios de julio. El hecho de que en determinadas comunidades existan partidos territoriales con un enorme apoyo, especialmente en el caso del País Vasco o Cataluña, rompe el esquema clásico izquierda - derecha y apunta a que en España funciona también el tema territorial. En País Vasco el voto a partidos españolista es absolutamente minoritario. 

En el Archipiélago, el 23-J el nacionalismo perdió un escaño. 

Hay que decir que, si bien en las elecciones autonómicas en torno al 30% del voto es para Coalición Canaria (CC) y Nueva Canaria (NC), más incluso en las locales, cuando llegan unas elecciones generales, como hemos visto recientemente, no ocurre le mismo. De los 15 escaños que se reparten en Canarias, 14 son ocupados por partidos estatalistas, y uno es de un partido autonomista, Coalición, que cada vez se parece más al regionalismo de la Unión del Pueblo Navarro (UPN). 

¿Cuál es el estado de salud del nacionalismo canario?

Pues yo creo que de debilidad. Es tremendo que en las nacionales el 50% de los votantes que escogieron a NC o a CC en las autonómicas decidan escoger a PP, PSOE o alguna otra formación. Es motivo de preocupación porque implica que no hay una solidez, pese a que Coalición ha estado gobernando Canarias desde el 93 hasta ahora, salvando el periodo del pacto progresista, en el que también había una formación nacionalista, pero era minoritaria en el Ejecutivo. En mi libro insisto en que lo que ha habido en Canarias en los últimos 40 años no es nacionalismo, es un autonomismo mejor o peor ejercido. Por eso prefiero utilizar la expresión canarista para integrar a todas las formaciones que tienen su sede de decisión y análisis en Canarias, que defienden alcanzar mayores cuotas de autogobierno y en algunos casos, no siempre, avanzar hacia una determinada soberanía. 

He leído que en alguna conferencia ha llegado a asegurar que parte de la militancia de los partidos nacionalistas no creen en el proyecto político.

Dentro de las formaciones que existen, en el centro derecha, Coalición Canaria, y el centro izquierda, Nueva Canarias, el nivel de conocimiento interno de lo que es el hecho nacional se nota hasta en el uso del lenguaje, poca gente se cree que somos nacionalidad desde hace más de 30 años, a pesar de que lo ponga en el Estatuto de Autonomía, y por eso seguimos utilizando otros términos. En el seno de estas formaciones existe una mezcla, y algunos de los militantes sí son profundamente nacionalistas y aspiran a que, en algún momento, Canarias se constituya como un Estado o a que se instaure un Estado federal en España, pero la mayoría de ellos son autonomistas. 

Lo que ha habido en el Archipiélago en los últimos 40 años es autonomismo, no nacionalismo

¿Por qué bajo su punto de vista la mayoría son autonomistas?

En mi primer libro analicé a la Unión del Pueblo Canario (UPC), un partido de los años 70 que era nacionalista y autodeterminista, que aspiraba a que Canarias tuviera capacidad de decisión sobre qué modelo de relación quería mantener con España. El partido logró la Alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria y llegó a tener un diputado por la circunscripción de Las Palmas, Fernando Sagaseta. En ese proyecto político cabían desde personas que entendían que la relación podía ser federal, a otros que apostaban por la independencia. Esta parte, la más soberanista, era absolutamente minoritaria, ahora mismo no creo que tenga más allá del 1% de apoyos entre la ciudadanía.

Entonces, a diferencia de en Cataluña o País Vasco, ¿el soberanismo aquí no tiene base? 

Los niveles de reivindicación que se pueden plantear al Estado dependen de lo que la ciudadanía quiera, y actualmente creo que la ciudadanía canaria no quiere aventuras de ningún tipo. Tras la disolución de la UPC, que fue el último partido que levantó la bandera del autodeterminismo, el soberanismo tiene escaso peso. No significa que no haya personas de ese ámbito que sigan sintiéndose, digamos, soberanistas, que apuestan por la autodeterminación, pero son minoritarias. 

Da la sensación de que mientras en otros territorios los nacionalistas prestan mucha atención al encaje en España, en las Islas las reivindicaciones tienen más que ver con el fuero económico. ¿Está de acuerdo?

Es que si no lo hacen ellos no lo haría nadie. Quiero decir, yo siempre hago una prueba cuando doy alguna charla por ahí. Pregunto cuando hay entre el público gente de partidos estatalistas qué han conseguido esas formaciones para Canarias en los últimos 15 o 20 años, y se produce un enorme silencio en el foro. El 75% de bonificación para la movilidad, separar los recursos del REF de la financiación autonómica... todo es gracias a los partidos de aquí. Es un fracaso que los partidos de obediencia canaria solo tengan un escaño en el Congreso. 

¿Es compatible que Canarias sea una nación con que, según el Sociobarómetro de la UNED, el 56% de la población se sienta canaria y española por igual?

Si bueno, la encuesta también señala que los que se sienten españoles o más españoles que canarios no son más del 4%. Siempre he visto esa compatibilidad. Es más, si analiza los datos del Sociobarómetro de manera más fina, y se presta atención a los votantes de Coalición Canaria o Nuevo Canarias, la mayoría también hacen compatible ese doble sentimiento. Somos así, se da esa circunstancia. El 37,7% de los ciudadanos se sienten solo canarios o más canarios que españoles, eso nos acerca a las comunidades históricas. Esa misma pregunta la hace en Murcia, Madrid, las Castillas o Valencia y no pasa del 10%. 

Para modificar la Constitución hace falta un gran consenso, y eso no existe ahora mismo

Respecto al nuevo pacto territorial que propone el lehendakari Iñigo Urkullu, ¿las Islas necesitan otro encaje en España?

Canarias no puede dejarse colocar en un segundo o tercer plano, porque la propuesta de Urkullu excluye explícitamente a territorios que no son nacionalismos históricos. Yo soy favorable personalmente a un modelo de tipo más federal. Canarias debe ser incluida porque tiene características propias, diferenciales, como decía en principio. Somos nosotros los que estamos a 1.500 kilómetros del continente europeo del que formamos parte políticamente y tenemos un habla diferente. 

¿Cree que se debe cambiar la Constitución?

Las constituciones no son una cosa inamovible para toda la vida. Los tiempos avanzan y se pueden modificar, pero para modificar la Constitución hace falta un enorme consenso, y eso no existe ahora mismo. Llevar a cabo una reforma en profundidad en la articulación del Congreso y el Senado para avanzar hacia un mayor desarrollo autonómico, hacia un mayor federalismo, sería imposible con este marco político.

¿Y qué se puede hacer en este momento?

Pequeños cambios y reformas, sobre todo respecto al funcionamiento de los gobiernos autonómicos. Más allá me temo que es inviable. A mí me gustaría que Canarias tuviera más capacidades, y que sea su ciudadanía quien lo decida. Una de las cosas interesantes del Estatuto de Autonomía del año 2018 es que cualquier cambio significativo del texto en el próximo periodo debe someterse a referéndum ciudadano. Hasta ahora los estatutos han sido aprobados desgraciadamente sin el voto ciudadano. En la Transición solo se votaron en las comunidades históricas y Andalucía. A Canarias la dejaron fuera al aplicarse la vía del artículo 143 de la Constitución en vez de la del 151. 

En ese hipotético referéndum, ¿los isleños respaldarían contar con mayor grado de autonomía?

Si no recuerdo mal, un año después de la aprobación del Estatuto de Autonomía de 2018 se realizó un sondeo a nivel nacional que reveló que en torno al 30% de los canarios quería que las Islas tuvieran más autogobierno, cifra que en otros lados no se daba. Así que parece que los ciudadanos entienden que por nuestras circunstancias tiene mucho sentido que seamos nosotros los que dirijamos nuestras políticas sanitarias, educativas, de vivienda o movilidad, y no un ente a miles de kilómetros en Madrid.  

Durante la Transición el independentismo de Antonio Cubillo defendía que las Islas eran una colonia africana para justificar la nación canaria. ¿Qué queda de todo ese ideario?

Tenía poco de real. Vamos a ver, el primer nacionalismo canario del siglo XIX fue americanista, es decir, intentó copiar los movimientos que se estaban produciendo en América Latina y que dieron lugar a la independencia de naciones como Cuba, donde se fundó el Partido Nacionalista Canario (PNC). El segundo nacionalismo, el de los años 60 de Antonio Cubillo, es bastante irreal porque una cosa es que estemos al lado de África y otra que nuestras condiciones sean parecidas. Es muy poco realista forzar un discurso africanista en el Archipiélago, de la misma forma que es poco realista forzar el discurso europeísta. Cuando se dice que el mejor café de Europa se produce en Agaete... me hace mucha gracia porque si se plantea así pienso... ¿Las islas británicas de las Malvinas son el lugar con más abundancia de pingüinos de Europa? No hay que confundir lo geográfico con lo político. 

¿A qué se refiere con no confundir geografía y política?

Somos un pueblo con identidad propia, con elementos culturales, folclóricos y lingüísticos diferentes; que tiene una relación económica y política con el Estado español y con Europa; y que debe que tener una relación con lo que tiene al lado, el continente africano, del que además sentimos sus problemas diariamente con el tema de los movimientos migratorios, que se multiplicarán en el tiempo debido a que las condiciones no parece que vayan a mejorar en ese lado del mundo. Por eso creo que forzar el americanismo o el africanismo o lo que sea no tiene ningún sentido, pero tampoco me preocupa mucho la cuestión. 

Toda nación necesita símbolos. ¿Uno canario es la bandera de las siete estrellas verdes? 

Lo primero, para mí es la más bonita y lo digo con total sinceridad, con siete o con ocho estrellas.

Es verdad, La Graciosa ahora también debe tener la suya. 

Creo que es un símbolo que es sentido por mucha gente; que se utiliza más allá del ámbito de la política en actividades festivas, deportivas, culturales... pero que no es la bandera que está aprobada por nuestro Parlamento. Por tanto, respeto a ambas. Yo sigo utilizando siempre que puedo, cuando acudo a alguna manifestación o acto, la bandera de las siete estrellas, que representa al espacio del mundo del canarismo, pero respeto la bandera que se aprobó en el marco estatutario. Me gustaría que la oficial fuera la otra, pero bueno, no pasa nada, podemos ir juntos un amigo y yo, él con la autonómica y yo con la de las siete estrellas. 

El soberanismo no creo que tenga más del 1% de apoyos entre la población

El significado de esa enseña ha cambiado mucho desde su creación. ¿Ya no representa al independentismo? ¿Es equiparable a la estelada catalana?

No. La estelada catalana la levanta el sector independentista, pero la bandera de las siete estrellas la levantan y la mantienen partidos de ámbito canarista que nada tienen que ver con la independencia y así se ve reflejado en sus estatutos. 

Se dice que el padre de la patria canaria es Secundino Delgado. Si volviera a la vida, ¿qué pensaría del Archipiélago?

Supongo que feliz al ver el desarrollo económico, social y cultural alcanzado por su pueblo; y, al tiempo, insatisfecho por no alcanzarse sus reivindicaciones nacionales. Pero es pura especulación, claro.

¿Qué se debe hacer para salvaguardar la identidad canaria ante la homogeneización cultural capitalista?

Lo propio debe ser compatible con lo global. Es muy interesante lo que recibimos de otras partes del mundo a nivel musical, cinematográfico y artístico. Creo que los canarios siempre hemos estado dispuestos a aprender. Por aquí han pasado muchos movimientos culturales antes de llegar a España, y eso debe ser compatible con defender lo que es nuestro, lo que es singular, propio y único. Si no defendemos al timple, el timple desaparece porque lo tocamos solamente aquí. Si no defendemos nuestras formas de expresión lingüística, también desaparecen porque las hablamos los canarios, que no son ni mejores ni peores que otras, merecen tanto respeto como el español de Castilla o el de Colombia. Podemos ser un pueblo con identidad y ser ciudadanos y ciudadanas del mundo. Lo que hay que hacer es trabajar más por el bienestar de nuestra gente. No es admisible tener los peores salarios, las pensiones más bajas o los niveles más altos de pobreza. Hemos avanzado en el ámbito educativo, pero aún nos queda mucho por superar para crear una sociedad mucho más equilibrada desde el punto de vista social, medioambiental, y también para avanzar en la igualdad entre hombres y mujeres; ahí está la clave.