Final de la Eurocopa

Nico Williams Wallace y Oyarzabal dan la libertad

La selección vence a Inglaterra con dos goles que definen a la España integradora: uno de un pamplonica de padres originarios de Ghana y otro de un chico de Eibar

Nico Williams –17–, autor del primer gol de la selección en la final de ayer contra Inglaterra, celebra con Oyarzabal el suyo, el segundo y que supuso el definitivo triunfo español.

Nico Williams –17–, autor del primer gol de la selección en la final de ayer contra Inglaterra, celebra con Oyarzabal el suyo, el segundo y que supuso el definitivo triunfo español. / EFE

David Rodríguez

David Rodríguez

¡Gora España! Nueve jugadores vinculados a Euskadi integraron la selección española. En la final, Nico Williams y Mikel Oyarzabal, delanteros del Athletic y de la Real Sociedad, dieron la felicidad a un país que bien se puede definir la España de la txapela. Con Unai Simón salvando la portería junto a un Dani Olmo que emigró con 16 años a Croacia.

Luchen, y puede que mueran. Huyan y vivirán... un tiempo al menos. Y cuando estén en su lecho de muerte, dentro de muchos años, ¡querrán cambiar todos los días de su vida desde hoy hasta entonces por una oportunidad, ¡sólo una oportunidad!, de volver aquí y decir a nuestros enemigos que podrán quitarnos la vida, pero jamás nos quitarán... ¡Nuestra libertad!». Estas fueron las palabras del archifamoso discurso que pronunció el personaje de William Wallace interpretado por Mel Gibson en la película Braveheart. Unas palabras que bien pudieron escucharse en la arenga de la selección española antes de que se iniciara la final de la Eurocopa contra Inglaterra y que finalmente se resolvió con la libertad que otorgaron los insurrecto Mikel Oyarzabal y Nico Williams, que se ganó el apellido Wallace con el que venció al conjunto británico.

Estos dos chicos representan a la España integradora. La dispar y homogénea que últimamente se intenta imponer en este país.

Nico nació en Pamplona y es hijo de unos padres que atravesaron medio continente africano, desde Ghana, para saltar la valla en Melilla y darles junto a su hermano Iñaki un futuro próspero. Futuro que ahora ha devuelto con creces a los que les incomoda ver a una persona de raza negra triunfar.

Más aun siendo el MVP de la final después de que golpeara con la izquierda la pelota directa a la red de Pickford en el primer minuto de la segunda parte.

Ahora, una vez concluida la Eurocopa, el delantero del Athletic Club tendrá que resolver su futuro con el Barça tentando su fichaje mientras que el presidente del club rojiblanco pretende que los azulgranas paguen los 58 millones de euros de su cláusula o no habrá libertad para él la próxima temporada desde San Mamés.

Mikel, por su parte, enarboló de alguna forma la Ikurriña que recuerda que España sigue siendo una nación de naciones. Su nombre arroja pocas dudas de su procedencia y se recordará con el paso de los años junto a los del coruñés Marcelino que dio la primera Eurocopa en 1964, el del madrileño Fernando Torres en 2008, además del suyo en la Euro de 2012 junto al asturiano Juan Mata, el catalán Jordi Alba y el grancanario David Silva.

Nico Williams y Oyarzabal celebran el 2-1 definitivo.

Nico Williams y Oyarzabal celebran el 2-1 definitivo. / La Presse / AP

Faltaba el sello del País Vasco en los cuatro títulos continentales que acumula ahora España y Oyarzabal, nacido en Eibar, se convirtió en el máximo referente de la tropa de nueve jugadores ligados a Euskadi que han defendido a España en el torneo.

La Real Sociedad estuvo representada con Álex Remiro; Martín Zubimendi, que sustituyó ayer a las mil maravillas al MVP del torneo, Rodri; Mikel Merino, que metió a España en la semifinal con un cabezazo ante Alemania; y el triunfador Mikel Oyarzabal. El Athletic cedió a Unai Simón, Dani Vivian y Nico Williams.

Mientras que la zaga estuvo solidificada con el armazón de dos franceses nacionalizados a través de su vínculo con el Athletic y la Real. Aymeric Laporte y Robin Le Normand, que a ver quién duda de su compromiso por la Roja.

Sin olvidarse, claro, de la acción milagrosa en labores defensivas que combinaron Unai Simón con una primera parada a Declan Rice a la salida de un córner y Dani Olmo con su cabeza en la línea de gol al posterior remate de Marc Guéhi. Todo ello en el minuto 89. Cuando a la Armada Invencible le vino un oleaje que 436 años después de que zozobrara en el Canal de la Mancha supo sortear.

Inclusión de ida y vuelta que también tuvo que experimentar el pichichi de la Euro Dani Olmo en sus carnes para encontrar el camino al éxito cuando decidió emigrar a Croacia con 16 años y fue acogido como uno más en el Dinamo de Zagreb. Al final la receta de la felicidad está en integrar a todos en todos los territorios...

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