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José Carlos Guerra
Ver galería >El clásico de Beaumarchais se transforma -gracias a la productora unahoramenos de Mario Vega- en Las bodas del Fígaro, una comedia ambientada en los años sesenta en la que el miedo a mostrar(se), aunque se diluye entre las carcajadas del público, está ahí, presente entre los artistas, parias y marginados a los que el régimen franquista reduce a terroristas, putas y maricones.
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El clásico de Beaumarchais se transforma -gracias a la productora unahoramenos de Mario Vega- en Las bodas del Fígaro, una comedia ambientada en los años sesenta en la que el miedo a mostrar(se), aunque se diluye entre las carcajadas del público, está ahí, presente entre los artistas, parias y marginados a los que el régimen franquista reduce a terroristas, putas y maricones.
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