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Ver galería >La bahía de Las Palmas de Gran Canaria ha acogido este miércoles un simulacro de vertido de combustible para comprobar la capacidad de organización y comunicación entre las distintas entidades y administraciones que intervienen en la gestión de estos riegos medioambientales. El ejercicio ha consistido en la simulación de un vertido de 1.000 litros de fuel durante el suministro a buque mediante gabarra (en fondeo) en la zona de entre diques. Se vertieron 15 kilos de “roscas” al mar en dos zonas. Una parte del vertido se desplazó hacia mar abierto, mientras que otra parte alcanzó la Playa de Alcaravaneras (el vertido en la arena simulado con sal), con lo que la emergencia se abordó desde dos subsistemas: el marítimo y el costero.
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La bahía de Las Palmas de Gran Canaria ha acogido este miércoles un simulacro de vertido de combustible para comprobar la capacidad de organización y comunicación entre las distintas entidades y administraciones que intervienen en la gestión de estos riegos medioambientales. El ejercicio ha consistido en la simulación de un vertido de 1.000 litros de fuel durante el suministro a buque mediante gabarra (en fondeo) en la zona de entre diques. Se vertieron 15 kilos de “roscas” al mar en dos zonas. Una parte del vertido se desplazó hacia mar abierto, mientras que otra parte alcanzó la Playa de Alcaravaneras (el vertido en la arena simulado con sal), con lo que la emergencia se abordó desde dos subsistemas: el marítimo y el costero.
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La bahía de Las Palmas de Gran Canaria ha acogido este miércoles un simulacro de vertido de combustible para comprobar la capacidad de organización y comunicación entre las distintas entidades y administraciones que intervienen en la gestión de estos riegos medioambientales. El ejercicio ha consistido en la simulación de un vertido de 1.000 litros de fuel durante el suministro a buque mediante gabarra (en fondeo) en la zona de entre diques. Se vertieron 15 kilos de “roscas” al mar en dos zonas. Una parte del vertido se desplazó hacia mar abierto, mientras que otra parte alcanzó la Playa de Alcaravaneras (el vertido en la arena simulado con sal), con lo que la emergencia se abordó desde dos subsistemas: el marítimo y el costero.
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La bahía de Las Palmas de Gran Canaria ha acogido este miércoles un simulacro de vertido de combustible para comprobar la capacidad de organización y comunicación entre las distintas entidades y administraciones que intervienen en la gestión de estos riegos medioambientales. El ejercicio ha consistido en la simulación de un vertido de 1.000 litros de fuel durante el suministro a buque mediante gabarra (en fondeo) en la zona de entre diques. Se vertieron 15 kilos de “roscas” al mar en dos zonas. Una parte del vertido se desplazó hacia mar abierto, mientras que otra parte alcanzó la Playa de Alcaravaneras (el vertido en la arena simulado con sal), con lo que la emergencia se abordó desde dos subsistemas: el marítimo y el costero.
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La bahía de Las Palmas de Gran Canaria ha acogido este miércoles un simulacro de vertido de combustible para comprobar la capacidad de organización y comunicación entre las distintas entidades y administraciones que intervienen en la gestión de estos riegos medioambientales. El ejercicio ha consistido en la simulación de un vertido de 1.000 litros de fuel durante el suministro a buque mediante gabarra (en fondeo) en la zona de entre diques. Se vertieron 15 kilos de “roscas” al mar en dos zonas. Una parte del vertido se desplazó hacia mar abierto, mientras que otra parte alcanzó la Playa de Alcaravaneras (el vertido en la arena simulado con sal), con lo que la emergencia se abordó desde dos subsistemas: el marítimo y el costero.
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La bahía de Las Palmas de Gran Canaria ha acogido este miércoles un simulacro de vertido de combustible para comprobar la capacidad de organización y comunicación entre las distintas entidades y administraciones que intervienen en la gestión de estos riegos medioambientales. El ejercicio ha consistido en la simulación de un vertido de 1.000 litros de fuel durante el suministro a buque mediante gabarra (en fondeo) en la zona de entre diques. Se vertieron 15 kilos de “roscas” al mar en dos zonas. Una parte del vertido se desplazó hacia mar abierto, mientras que otra parte alcanzó la Playa de Alcaravaneras (el vertido en la arena simulado con sal), con lo que la emergencia se abordó desde dos subsistemas: el marítimo y el costero.
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