Ajodar: la fortaleza perdida de los antiguos canarios | Segunda Parte

La ofensiva militar de Pedro de Vera en la Caldera de Tejeda

Los castellanos decidieron jugárselo en una campaña militar sin precedentes movilizando todos los recursos y prácticamente a la totalidad de su ejercito

La ofensiva militar de Pedro de Vera en la Caldera de Tejeda

La ofensiva militar de Pedro de Vera en la Caldera de Tejeda / Julio Cuenca

En el otoño de 1482 se llevaría a cabo una gran operación militar para ganarles a los canarios las tierras altas del centro de Gran Canaria. Con ello pretendía Pedro de Vera acabar definitivamente con el principal foco de resistencia, organizado como ya hemos dicho en el centro montañoso de la Isla donde los canarios, liderados por Tazarte, Bentejuy y los faycanes de los dos guanartematos disponían de fortalezas inaccesibles, con abastecimientos de todo tipo almacenados desde hacia tiempo en sus graneros colectivos, repartidos estratégicamente por todo el interior de la Gran Caldera.

Pedro de Vera decidió jugárselo todo a una campaña militar sin precedentes movilizando todos los recursos y prácticamente a la totalidad de su ejercito, acantonado en los campamentos del Real de Las Palmas y El Puerto de Agaete.

Además, contaba con tropas de refresco traídas por Miguel de Muxica, entre las cuales venían entre 200 y 300 ballesteros procedentes de Vizcaya y de las montañas de Burgos, que se alistaron para la guerra de conquista de Gran Canaria bajo la promesa de recibir tierras por los servicios prestados.

Pero Miguel de Muxica no regresó solo con Fernando Guanarteme y los 200 ballesteros vascos, ya que se le uniría un contingente militar enviado por los Reyes Católicos. Eran hombres y abastecimientos para acabar con la Guerra de Gran Canaria cuanto antes, porque duraba ya casi cinco años.

De nuevo Abreu Galindo nos da detalles del refuerzo militar enviado a Gran Canaria para doblegar a los canarios: «Dos compañías de jinetes una de ballesteros -además de los 200 que había reclutado Muxica-, de las cuales venían como Esteban de Junqueras, con ciento cincuenta ballesteros y el capitán Pedro de Santiesteban con treinta jinetes y el capitán Cristobal de Medina con veinticinco jinetes, los cuales embarcaron en San Lucas de Barrameda en cinco navíos».

La ofensiva militar de Pedro
 de Vera en la Caldera de Tejeda

La ofensiva militar de Pedro de Vera en la Caldera de Tejeda / Julio Cuenca Sanabria

Sin embargo, si algo resultó además determinante en su toma de decisión, sería contar con la participación de Tenesor Semidán, el Guanarteme regente de Gáldar, que un año antes había sido capturado o se había entregado de forma pactada al alcaide de la Torre de Agaete, Alonso de Lugo. Enviado a la Corte de Castilla por Pedro de Vera, fue bautizado como Fernando Guanarteme y regresó de la corte de los Reyes Católicos después de haber comprometido su participación con sus guerreros canarios en la Conquista de la Isla, a cambio del Redondo de Guayedra y otras mercedes para él y sus parientes.

Fernando Guanarteme aportaría a la conquista no solo su presencia sino 400 canarios leales, que se sumaron a las tropas castellanas.

La ofensiva militar se llevaría a cabo en una fecha no determinada entre el otoño y el invierno de 1482.

Pedro de Vera, aunque tenia vagas noticias, sobre todo por las incursiones que Alonso Fernández de Lugo había realizado desde la Torre de Agaete, en realidad no conocía el territorio donde se habían hecho fuertes los canarios y envía por delante a Fernando Guanarteme para localizar el foco de resistencia, averiguar con qué fuerzas contaban, cómo estaban posicionados y, de paso, intentar convencerles para que se entregaran.

«… Y el dicho Guadarteme rey acordándose de la promesa que había hecho a sus altezas y a la mucha merced que de sus reales manos había recibido, llevándo consigo a el dicho alguacil mayor Juan Mayor y fue en busca de los canarios sus vasallos que andaban por la sierra amontados, tristes y temerosos con su prisión y ausencia, y los halló en un lugar que hacen la fuerza de Bentagaire…» (Crónica Ovetense. Cap. XXI)

Fernando Guanarteme y Juan Mayor trasladan a Pedro de Vera todos los detalles de lo sucedido y dan cuenta también de cómo era la fortaleza del Bentayga y de la gente que allí estaba, y con esa valiosa información deciden entonces sitiar la Fortaleza. «…Y teniendo noticias de todo esto, el gobernador Vera y el alféres Jaimes de Sotomayor apercibieron toda su gente y fueron sobre ellos y los tuvieron quince días cercados, y aunque hicieron todos sus poderíos, no fue posible rendirlos». (Crónica Ovetense. Cap. XXI).

Las crónicas Oventense, Matritense y Lacunense, variantes de una misma relación, no mencionan cómo Pedro de Vera traslada sus tropas hasta el interior de la Caldera de Tejeda para poner sitio a la Fortaleza del Bentayga, lo que más adelante trataremos.

Desplazamiento por mar

No pensamos que lo hubiera hecho solo por tierra, aunque parte del contingente militar sí lo hiciera, sobre todo, el formado por canarios, gomeros y puede que gran parte del tercio viejo, pero el resto del ejército tuvo que acceder a la Caldera viniendo por mar desde Agaete y desembarcando seguramente en la actual Playa de La Aldea, aunque las crónicas refieren que el desembarco de las tropas y pertrechos de guerra se realizó más hacia el sur, por las desembocaduras de los barrancos de Tazarte o Tazartico, los cuales no eran puertos naturales como el de La Aldea, que contaba con una ensenada recogida que la protegía de los temporales, y con suficiente profundidad cerca de la orilla para facilitar el desembarco de tropas, caballos y pertrechos de guerra.

Además había agua dulce permanente y era el lugar por donde se podía penetrar en la Caldera de Tejeda, siguiendo el cauce del Barranco Grande.

Tal vez sea el historiador Marín y Cubas quien aporte datos más detallados de cómo se produjo el traslado de las tropas castellanas al interior de la Caldera de Tejeda, y quien da al mismo tiempo las claves sobre el significado de los topónimos/antropónimos de Tazarte y Tazartico, cuando refiere dónde se produce el desembarco de las tropas castellanas: «Volviose don Fernando guadartheme a el Fuerte del Gaete donde se dio aviso de todo a Pedro de Vera, que luego envió en una barca unas compañías, y a su hijo Rodrigo de Vera capitán de infantería con otros para lo necesario, de allí salieron en la barca por la costa hacia el sur a el poniente de la isla , y desembarcaron en una playa llamada Tazartico a el pie de un risco así llamado junto a otro muy alto que los divide un barranco llamado Tazarte, porque fue donde don Fernando, Juan Mayor y Rodrigo de Vera hablaron a Taxarte y Tazartico».

Información clave

Conviene analizar este texto porque aporta información clave para entender dónde se produjo el desembarco de Rodrigo de Vera, Fernando Guanarteme, Juan Mayor y las tropas embarcadas en Agaete. Dice el texto que desembarcaron en una playa llamada Tazartico porque fue allí donde se produjo el encuentro entre Fernando Guanarteme con los lideres de la resistencia, Taxarte y Taxartico (este último, diminutivo despectivo dado por los castellanos, al joven Guanarteme de Telde, que con su gente se había unido a la guerra de resistencia junto con Taxarte, guayre de Gáldar, elegido entre los canarios como Guanarteme regente, tras la detención o entrega de Tenesor Semidán, en 1482.

Pero el desembarco y parlamento con los líderes canarios, pudo producirse también en lo que hoy es la playa de La Aldea, un puerto natural protegido de los vientos, con suficiente profundidad como para permitir fondear los barcos lo más cerca de la playa. Además en la orilla había agua dulce en abundancia y al ser la desembocadura del Barranco Grande, era el lugar idóneo para iniciar la penetración hacia el interior de la Caldera de Tejeda, donde estaban los canarios al amparo de sus fortalezas.

También es probable que los canarios, para alejarles del acceso natural hacia el interior de la Caldera, prefirieran encontrarse para parlamentar con la avanzadilla de las tropas castellanas en un lugar más remoto, agreste y de difícil desembarco como lo eran las desembocaduras de los barrancos de Tazarte y Tazartico. En cualquier caso, si al final optaron por desembarcar el grueso de las tropas y pertrechos de guerra que iban a asaltar la Caldera en algunos de estos lugares no tendrían mas opción, debido a la presencia del Macizo de Inagua en la cabecera de dichos barrancos, que desplazarse barranco arriba y luego girar hacia el Oeste, hasta lograr alcanzar el cauce del Barranco Grande, único acceso natural hacia el interior de la mítica Caldera de Tejeda, donde estaba organizada la resistencia canaria.

Pedro de Vera organizó una operación de tenaza, enviando por mar, a «la otra parte de la isla», un contingente de soldados experimentados formado por varias compañías al mando de Rodrigo de Vera, su hijo, con Fernando Guanarteme y parte de sus guerreros canarios. Moviendo al grueso del ejército por tierra, siguiendo el camino de Gáldar, lo cual nos da una pista de la ruta que tomaron para adentrase en el interior de la Gran Caldera, por el norte. «Prevínose la gente, que había de ir contra los canarios a buscarlos, a sus fortalezas, y la previsión de guarnecer el Real que no fuese acometido, y salió con brevedad camino de Gáldar, guardando el paso del risco, no lo cogiese el enemigo, llegamos a Bentaiga, a poner sitio a el risco...» (Marin y Cubas )

Razias en los asentamientos

Si es cierta esta información, el ejército de Pedro de Vera tuvo que dirigirse desde Gáldar al Valle de Agaete, un territorio bien conocido por Alonso de Lugo, alcaide de la Torre de Agaete, quien desde esa cabeza de playa llevó a cabo numerosas incursiones depredadoras hacia los poblados canarios cercanos de Gáldar, Guayedra, Agaete, Artevigua, Artenara y probablemente también hasta Acusa. El territorio por donde pasaron estaría muy despoblado, precisamente por las razias que había hecho Alonso de Lugo en los asentamientos canarios antes señalados.

En la crónica atribuida a Gómez Escudero nada se dice de esta expedición militar por tierra, al contrario, se relata que Pedro de Vera y su ejército llegaron por mar desde Agaete, desembarcando en la desembocadura del barranco de Tazartico. Si las referencias de Gómez Escudero fueran ciertas, entonces deberíamos considerar que la marcha por tierra acabaría en Agaete y de allí embarcarían hacia el sur de la isla, tomando tierra en una de las playas de piedra entre lo que hoy es La Aldea y Tazarte. «Avisósele a el General Pedro de Vera la reveldía de los canarios, con que dio orden de ir allá. Dispuso la jente el alférez Jaimes y a la suia Miguel de Moxica, y marchó la vuelta de este Risco por mar. Saltaron en la playa de Tazartico y pusieronle sitio muchos días, y no era posible el darse» ( Gomez Escudero, P. Cap. XV. Pag. 416).

¿Cerca de Tazartico?

Aquí el texto de Escudero es muy poco preciso. De su lectura literal parece desprenderse que desembarcan en Tazartico y ponen cerco a los canarios allí mismo, en el referido barranco o las montañas próximas. Por eso hay quienes piensan que la fortaleza de Ajodar pudiera estar cerca de Tazartico.

Así Alejandro Cioranescu en su notas a la edición de 1977 de la Historia de la Conquista de las Siete islas de Canaria de Fray José Abreu Galindo señala que: «Ajodar, que hoy parece llaman Aljoba y Aljobal, es un monte en el término de La Aldea, entre los barrancos de Tazarte y Tazartico, de difícil acceso y pendiente sobre el mar, según resulta del mencionado Diccionario Geográfico manuscrito de Pedro Matiano Ramírez».

Cioranescu que nunca estuvo en el lugar, habla por referencias. Por eso siguiendo la toponimia cree identificar Ajodar con Las Loas o Las Lobas, una montaña de forma piramidal situada entre los barrancos de Tazarte y Tazartico, que en cualquier caso no reúne condiciones para que fuera un sitio donde pudieran refugiarse los canarios, no hay espacio suficiente, ni cuevas de habitación, ni graneros, es decir ninguna de las evidencias arqueológicas que caracterizan a una fortificación de los antiguos canarios. Tampoco puede ser Hogarzales como pretenden otros autores, por la misma razón, no hay evidencias arqueológicas que demuestren que aquello pudiera haber sido una fortaleza equipada como refugio.

Además sabemos por las crónicas que los canarios se refugian y les esperan en el interior de la Caldera de Tejeda, donde disponían de un sistema de fortalezas estratégicamente situadas y comunicadas entre si, dotadas de todo lo necesario para resistir un asedio prolongado, lo que no podría haberse hecho en los lugares antes mencionados.

Próximo domingo:

El asalto a la Fortaleza ’del Bentayga