Canarias registra la temperatura mínima más alta de la historia reciente de España: 34,7 grados en el verano del 2023

El Informe sobre el Estado del Clima en España 2023 pone de manifiesto lo extraordinario que ha sido el año

La temperatura media del mar superó su valor normal en más de 1 grado en Canarias

Una mujer toma agua para refrescarse y mitigar el calor durante la ola de calor de octubre en Canarias.

Una mujer toma agua para refrescarse y mitigar el calor durante la ola de calor de octubre en Canarias. / Andrés Gutiérrez

Verónica Pavés

Verónica Pavés

2023 fue un año histórico. El calentamiento global alimentado por presencia del fenómeno natural de El Niño en el Pacífico elevó los termómetros hasta máximos históricos, tanto en mar como en la atmósfera, convirtiéndolo en un año extraordinariamente cálido en todo el globo. Canarias no fue ajena al descalabro climático global.

Los termómetros marcaron más de 40 grados en diversos puntos del Archipiélago, en parte debido a las tres olas de calor que sufrió a lo largo del año. Sin embargo, el impacto del calor fue mucho más notable durante las noches, que se volvieron, en más de una ocasión, en infernales. Y ahí es donde Canarias destaca, pues durante 2023 consiguió batir todos los récords nacionales en lo que a temperaturas mínimas más altas se refiere. La noche del 12 de agosto Guía de Isora se convirtió en un hervidero, y así lo muestra un inusual registro térmico de 34,7 grados, el más alto de la historia de España.

Es una de las conclusiones que se sustraen del Informe sobre el estado del clima de España 2023, publicado este viernes por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en el que la administración hace hincapié en las diversas características que hicieron del 2023 un año extraordinario.

Lo fue a nivel mundial, pues los termómetros globales registraron unas temperaturas medias 1,45 grados superiores a los niveles industriales; en Europa, que vivió su segundo año más cálido además de sufrir graves olas de calor e inundaciones generalizadas; y en España, que saldó el año con una temperatura 15,2 grados, es decir, 1,2 grados por encima de los valores normales, con algunas de las olas de calor más largas e intensas desde que hay registros y entrando de lleno en una sequía de larga duración con efectos en el abastecimiento de agua de la población.

En Canarias la temperatura media fue de 20,1 grados, lo que supone un incremento de grado y medio con respecto al valor normal y tres décimas más que a nivel nacional. El Archipiélago, además, vivió la ola de calor más larga e intensa desde 2005 –y lo hizo fuera del verano– y se enfrentó a uno de los incendios más voraces que ha vivido el Archipiélago en su historia reciente, en un fuego que calcinó cerca de 15.000 hectáreas en Tenerife.

Una tendencia que se afianza

Sin embargo, tal y como insiste la Aemet a lo largo del documento, el incesante calor que ha sufrido el país durante 2023 no responde únicamente a lo que podría ser año extraordinario, sino que es el resultado de una tendencia que se afianza y recrudece. "La temperatura media en España ha ascendido en más de 1,57 grados desde 1961", revelan desde la Aemet, que indican que se trata de un "ascenso estadísticamente significativo".

Archivo - Un termómetro de una farmacia marca 39ºC durante una ola de calor en Santa Cruz de Tenerife

Archivo - Un termómetro de una farmacia marca 39ºC durante una ola de calor en Santa Cruz de Tenerife / EUROPA PRESS - Archivo

Y así también lo deja entrever la predominancia de episodios de calor en el conjunto del Estado frente a los de frío. "Una de las consecuencias más evidentes del cambio climático es el incremento de días cálidos y la disminución de los días fríos", insisten desde la Aemet. Durante 2023 se constataron siete olas de calor (cuatro en la Península y tres en Canarias, algunas de ellas consecutivas), además de dos episodios "muy significativos" de altas temperaturas para la época en abril y en octubre. Por contra solo se produjeron dos olas de frío.

Pero si algo demuestra esa prevalencia del calor frente al frío son los récords de temperatura. Según los datos recopilados por la Aemet se batieron un total de 45 récords de días cálidos pero ninguno de días fríos. "En un clima no alterado serían esperables cinco récords de cada tipo", indican desde la Aemet. Estos récords no son aislados, se llevan produciendo año tras año desde hace una década. "Entre 2014 y 2023 se registraron 196 récords de días cálidos, pero solo 7 de días fríos", insiste la Agencia.

Sequía e inundaciones

Si bien las altas temperaturas fueron uno de los aspectos más relevantes de este 2023, no menos lo fueron los fenómenos extremos de otra índole, como las inundaciones o la sequía. El año además de llevarse la etiqueta de "extremadamente cálido", también fue calificado como muy seco. En todo el año apenas llovió 531 litros por metro cuadrado (mm), es decir, un 84% del valor normal en el periodo de referencia actual (1991-2020). Las lluvias fueron inferiores a lo habitual en casi todo el país, salvo en la cuenca del norte y el noroeste.

La peor parte se la llevó el sur y el pirineo oriental, que apenas alcanzaron un 42% y un 55% de lo esperado. Canarias se quedó también por debajo de la media, con una precipitación media de 160,1 litros por metro cuadrado, lo que supone un 76% de la precipitación normal. La falta de lluvia ahondó en la sequía que lleva sufriendo España desde 2012 que desde marzo evolucionó hacia una "sequía de larga duración". Como advierte la Aemet, cuando esto ocurre, la sequía adquiere un carácter socioeconómico que puede llegar a comprometer el abastecimiento de la población.

De hecho, en septiembre de 2023, los ministerios para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), presentaron el Informe sobre la Gestión de la Sequía en 2023, en el que advertían que el 14,6% del territorio nacional está en emergencia por escasez de agua y el 27,4% en alerta. La reserva hídrica española se encuentra al 37% con 20.734 hectómetros cúbicos acumulados, siendo las cuencas del Guadalquivir (19,1%) y las internas de Cataluña (23,3%) las que atravesaban una situación más grave. 

Embalse de Barrios de Luna, en León, sin agua por la sequía

Embalse de Barrios de Luna, en León, sin agua por la sequía / Shutterstock/Pablox

Según el informe de Miteco publicado sobre este mes de mayo, las lluvias que han descargado en el país en los últimos meses han permitido mejorar en parte la situación. El 7,2% del territorio se encuentra ahora en emergencia, incluidas las cuencas internas de Cataluña, el Seguro, las cuencas mediterráneas andaluzas y la unidad territorial de Guadaleta y Barbate. El 18,4% del territorio se encuentra en alerta. Por otro lado, los embalses se encuentran ahora al 66,3% de su capacidad. Sin embargo, gran parte de la población se enfrenta a nuevas restricciones de agua este verano.

En Canarias la situación no es mucho mejor. La sequía y la escasez de agua en presas y en embalses preocupa a las Islas. Fuerteventura y Lanzarote se han llevado la peor parte, pues es en ellas donde se han tenido que tomar medidas más restrictivas para poder garantizar el abastecimiento a toda la población. De no mostrar signos de mejora, algunas administraciones ya han advertido que se tendrán que tomar medidas de restricción del agua en algunos municipios.

Por contra, lo poco que llovió durante el año pasado lo hizo con una torrencialidad inusitada. Ejemplo de ello fue la borrasca Juliette, que a finales de febrero provocó una extraordinaria nevada en Baleares, o la DANA que, a comienzos de septiembre, provocó lluvias torrenciales en diversos lugares de la Península, llegando a provocar incluso víctimas mortales.

El calor también está en el agua

El calor no solo ha impactado de lleno en la atmósfera, también lo ha hecho en el mar. Según el informe de la Aemet la temperatura promedio del mar de las zonas circundantes a España superó los 20 grados por primera vez desde, al menos, 1940. Todas las zonas marítimas tuvieron sus aguas por encima de su temperatura habitual y Canarias eso se tradujo en 1,2 grados más de temperatura con respecto al valor normal.

Las olas llegan con fuerza hasta la plaza de la Basílica, en Candelaria (Tenerife)

Las olas llegan con fuerza hasta la plaza de la Basílica, en Candelaria (Tenerife) / Efe

De hecho, el océano isleño más de un año sufriendo una ola de calor que ha elevado las temperaturas hasta casi 27 grados en algunos puntos y ha acelerado aún más el ritmo de acidificación que venía sufriendo el Archipiélago. 

Todos estos cambios abruptos también han tenido efectos en la biodiversidad. A finales de verano y comienzos del otoño se produjo un cambio de color de las especies caducifolias que se ralentizó después con la llegada de las borrascas. También se observaron irregularidades en los ciclos biológicos, como segundas brotaciones, floraciones de árboles frutales en pleno otoño y a la vez la maduración de sus frutos. La vendimia se adelantó entre una y dos semanas, mientras que la floración de los olivos se vio afectada por la escasez de lluvias de la primavera, lo que elevó los precios de algunos productos, como el aceite.