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Actualmente, los distintos tipos de industria presentan una gran demanda energética. El industrial es el principal sector a la hora de hablar de la generación de emisiones, seguido del transporte, el uso de energía en edificios comerciales, residenciales y en actividades de agricultura y pesca. En este contexto, el proceso de electrificación de la misma representa una importancia capital.

Foto: Shutterstock
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 Alberto Zamora 26 junio, 2024

La electrificación industrial es un proceso según el cual los sistemas y procesos industriales tradicionales son cambiados por soluciones alternativas, que se alimentan de electricidad en lugar de fuentes de energía tradicionales, como pueden ser el petróleo o el gas natural. De este modo, se pasa del uso de combustibles fósiles al consumo de energías obtenidas a partir de fuentes limpias. El nuevo enfoque tiene aplicaciones en el transporte, las edificaciones y la industria en su totalidad.

El nuevo sistema está produciendo una transformación de la industrial tal y como la conocíamos hasta el momento. Los pilares en los que se basa la electrificación son la eficiencia, la productividad y la sostenibilidad. Sus resultados permiten reducir la huella de carbono, al mismo tiempo que se promueve la sostenibilidad.

A día de hoy, la electricidad representa el 32% de la energía de la industria, de modo que es posible adoptar tecnologías innovadoras, aprovechando al máximo las oportunidades que se presentan. El nuevo sistema industrial permite a las empresas mejorar su competitividad, al mismo tiempo que se posicionan en el mercado global de forma provechosa.

Los sectores industriales que están apostando por nuevas energías

La industria no es ajena a la revolución que representa el empleo de la electricidad a la hora de desempeñar sus funciones, de ahí que un alto porcentaje del sector haya adoptado las nuevas formas industriales a la hora de desempeñar su actividad.

Las energías limpias han llegado para quedarse en industrias como la manufacturera, la metalúrgica, la mineral, la gestión de residuos, la alimentaria, la transformación de papel y madera o la química. Empresas que, desde sus respectivos puestos, se encuentran liderando la transformación hacia las energías renovables. Los recursos se utilizan de diversas formas, como en la generación de electricidad, la producción de calor, la climatización, el transporte y la agricultura.

Un ejemplo del empleo del nuevo tipo de energías podemos verlo en la fabricación de automóviles; en cuyo proceso se están incluyendo sistemas solares fotovoltaicos, que permiten reducir costes energéticos, al mismo tiempo que aumentan la autonomía de sus actividades respecto a la red eléctrica convencional.

Además del empleo de paneles solares, otras soluciones habituales son la utilización de la energía eólica, mediante turbinas, la energía hidráulica o la biomasa, con restos de madera o residuos agrícolas.

¿Qué es posible lograr gracias a la electrificación industrial?

Además de ser la gran aliada de la industria para alcanzar los objetivos medioambientales establecidos para el año 2050 y ayudar a lograr el Acuerdo de París, que consiste en limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 °C, respecto a los niveles preindustriales para finales de este siglo, el uso de la electricidad permite las siguientes soluciones:

  1. Motores y accionamientos eléctricos avanzados, que permiten obtener un control preciso de la velocidad, permitiendo reducir el consumo de energía y también mejorar la productividad.

  2. Sistemas de automatización y control, que permiten la integración de sistemas de control avanzados, gracias a los cuales es posible optimizar los procesos de producción, reducir los tiempos de inactividad y mejorar la calidad final del producto.

  3. Energía renovable integrada en los procesos de producción, como la solar o la eólica. De este modo, es posible reducir la dependencia respecto a los combustibles fósiles, disminuyendo los costes energéticos a largo plazo.

  4. Tecnologías de almacenamiento de energía. El empleo de sistemas como las baterías de ion litio, por ejemplo, permite conservar energía durante los períodos de bajo consumo, para utilizarla posteriormente cuando la demanda es alta. Así, se optimiza el uso del recurso, reduciendo los picos de demanda.

Mediante estas soluciones es posible llegar a efectos positivos como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la mejora de la calidad del aire, una mayor eficiencia energética, una diversificación en la matriz energética, oportunidad de inversión y creación de nuevos empleos, así como la promoción de la innovación y el desarrollo tecnológico.

La mejor herramienta para afrontar los retos del sector energético

Los procesos de electrificación son un claro ejemplo de los esfuerzos que está llevando a cabo el sector industrial para poder reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El sistema representa la manera más eficiente de alcanzar la descarbonización total y una excelente opción a la hora de lograr los objetivos medioambientales globales.

Es un proceso que requiere tiempo, para ser adoptado e implementado por la industria, pero se antoja necesario a la hora de ejercer una actividad industrial responsable con el medio ambiente, que permita combatir los efectos negativos del cambio climático.


Alberto Zamora
Alberto Zamora

Redactor en Prensa Ibérica.