Las Palmas de Gran Canaria encuentra el antídoto para el sedentarismo

Más de 4.000 jóvenes de Las Palmas de Gran Canaria disfrutan del campus deportivo de verano

Hacer nuevos amigos es el principal objetivo de los pequeños 

Carolina Darias visita los campus deportivos organizados por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria

José Carlos Guerra

Elena Montesdeoca Herrera

«Vengo para no estar todo el día viendo la tele en casa», explica Pablo Seoane, uno de los niños que muestra especial ilusión y alegría por el comienzo del campus deportivo de verano de Las Palmas de Gran Canaria. «Lo importante», añade, «es pasarlo bien y hacer nuevos amigos». Como él, 4.000 niños y niñas podrán disfrutar de actividades deportivas durante los meses de verano en la capital. 

Seis localizaciones diferentes, repartidas por los cinco distritos de la capital, dan lugar a un amplio abanico de posibilidades a la hora de escoger el campus más cercano al lugar de residencia. García San Román, Jardín de Infancia, Las Alcaravaneras, López Socas, Leoncio Castellano Arencibia y El Batán son los campos y pabellones habilitados para realizar las actividades en las próximas semanas. 

La alcaldesa del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, explica que «es una forma de que nuestros chicos hagan actividades al aire libre y practiquen ejercicio físico». Esta iniciativa, argumenta, facilita a su vez la conciliación familiar. «Mantenemos el mismo precio, 26 euros a la semana, sin comedor», agrega. La concejala de Deportes, Juventud y Participación Ciudadana, Carla Campoamor, reitera que «es una comodidad poder elegir el campus que mejor te venga». 

Repiten la experiencia

Gabriel Gómez, entusiasmado por volver a compartir momentos con sus compañeros, relata que «es la segunda vez» que acude a estas actividades estivales. En este campus, explica, practica deporte a la misma vez que hace amigos nuevos. El punto clave de esta iniciativa municipal es la realización de actividades lúdicas y deportivas, a la vez que se fomenta el ejercicio y el diálogo en una generación marcada por la era digital y la tecnología. 

«A mi siempre me ha dado bastante vergüenza hacer amigos», comenta Gabriel Monzón rodeado de nuevos compañeros, «pero aquí es muy fácil, ya que con los juegos que nos manda el monitor hablamos todos con todos». Varios de ellos han comenzado a frecuentar los campamentos de verano por «obligación», pues los padres trabajan o tienen otras responsabilidades, pero han logrado trabar amistades inesperadas. Víctor López, con una sonrisa de picardía, es de los que ha descubierto una nueva forma de socializar: «Es cierto que empecé a venir porque mi madre me lo decía, pero ahora me gusta mucho estar aquí», reconoce.

«El deporte no es lo único en lo que se centra este campamento», subraya el monitor Adrián Santana, responsable de realizar los entrenamientos y posteriores juegos: «Tiene una gran importancia fortalecer la unión y la colaboración entre los participantes de un equipo». Santana conciencia a los pequeños del significado del díalogo y el compañerismo, un atractivo que pierde influencia desde hace años. «Por ello», recalca, «tanto mis compañeros como yo les proponemos la realización de juegos motrices o manualidades, para intentar mejorar la amistad y solidaridad». 

Igualdad en las actividades

«Intento», argumenta, «buscar un equilibrio entre los chicos y las chicas para que ambos realicen desde un partido de fútbol hasta una coreografía de baile». «Yo les propongo ciertas actividades, pero estoy abierto a nuevas peticiones que me puedan hacer», prosigue. «Es importante que ambos se mezclen entre ellos, sin importar la actividad que se vaya a realizar ese día o en ese momento», resalta. En el campus de verano no hay distinción de género, «todos pueden jugar a todo, y es algo que deberían aprender desde esta edad temprana», subraya. «Hay algunos que se ponen algo remolones cuando les toca dar la sesión de baile, pero al final siempre acaban pasándoselo en grande», precisa. 

Adriana Ramirez, alegre por ser la primera vez que frecuenta unas actividades extraescolares en la época de vacaciones, expresa que le gusta «mucho» bailar: «Siempre ha sido mi deporte preferido, pero aquí he empezado a jugar al fútbol y al baloncesto». «La acogida», continúa «ha sido buena». «Mis amigos me han hecho hueco en sus equipos y han contado conmigo para cada uno de los partidos», señala. 

La diversión y el entretenimiento son dos de los propósitos que se avecinan en las próximas semanas. «Mi intención», interviene Santana, es al final que pasen un buen rato con nosotros este verano, que se diviertan, que disfruten, que hagan amigos, que mantengan un buen recuerdo de un verano diferente, y que aprendan cosas nuevas», concluye el entrenador. Del mando de la televisión, no hay rastro. 

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