Ahora que es inminente la reinauguración del Parador de la Cruz de Tejeda, nos ha parecido sugestivo recordar los orígenes de lo que en un principio fue ideado como Albergue y que con el paso del tiempo se convirtió en Parador por mor de su incorporación en la Red de Paradores Nacionales de Turismo de nuestro país y que como tal permaneció muchos años complementando la oferta alojativa de aquella zona cumbrera.

La idea de su construcción nació en 1932, (año en que se concluyó la carretera desde las Lagunetas a Tejeda), cuando el inolvidable Simón Benítez Padilla, a la sazón Director de Vías y Obras de la corporación, presentó un anteproyecto redactado por el arquitecto Eduardo Laforet (padre de Carmen, la novelista que ganó el Premio Nadal), que fue inicialmente aceptado por la Comisión Gestora, para construir un Albergue Turístico en terrenos de unos cinco mil metros propiedad de Diego Marrero al que se le pago unas diez mil pesetas y que tendría un presupuesto inicial de 110.000 pesetas según los datos que ha recopilado el arquitecto José Luis Gago.

El proyecto inicial tuvo vicisitudes pues el Cabildo barajó varias fuentes de financiación, de las que pareció en un principio como la mejor que fuera el Patronato Nacional de Turismo quien lo construyera, pero en 1934 desestima su inversión no obstante lo cual prometió una subvención de 50.000 pesetas de la época, anuncio que no convenció al Cabildo y el tema se dilató. En 1934, de nuevo el Cabildo decide construir el albergue y encarga un nuevo proyecto a Miguel Martín Fernández de la Torre firmado en 1935 con un presupuesto de unas 355.000 pesetas, año en el que se inician los trabajos y en las que aparece el propio arquitecto como contratista. En 1937 las obras "están muy avanzadas", a partir de cuyo momento se inicia la colaboración de su hermano el pintor Néstor que realiza imágenes, dibujos y pinturas para su decoración interior que complementan la idea arquitectónica del bello edificio.

En 1938 el Albergue está terminado y es bendecido por el obispo Pildain, a falta de obras complementarias que se alargarán en el tiempo dos años mas, pues en diciembre de 1940 el Cabildo lo recibe definitivamente. Será en 1942 cuando poco a poco va llegando el mobiliario, seguramente diseñado por Miguel, pues su hermano Néstor había fallecido en 1938. Y a propósito, nos cuesta creer el rumor que nos llega que este mobiliario original se encontraba hace algún tiempo abandonado y en estado de deterioro. ¿Se habrá recuperado o se ha dotado al peculiar edificio, que Gago califica de arquitectura neocanaria o regionalista, de otro mas moderno?...

La cruz da nombre a aquel paraje cumbrero tiene un origen común que, nos dicen, ya se registra en el s. XVII como "cruce de caminos" implantado por los franciscanos para orientación de los vecinos. Las dos primeras eran de madera y la actual se colocó por el Cabildo a principios de 1960 realizada con cantería de Arucas y según diseño del pintor Santiago Santana.

El Parador, luego de haber permanecido muchos años a la Red de Paradores Nacionales de Turismo fue recuperado por el Cabildo hace unas dos décadas y luego de someterlo a lo que se consideraba una necesaria modernización, suponemos que respetando su estilo arquitectónico interior pues el exterior parece que no ha sufrido reforma, se anuncia la próxima inauguración.