Opinión | Aula sin muros

Paco Javier Pérez Montes de Oca

Santiguadoras y medicinas alternativas

Taichi, aromaterapia, luminoterpia… ¿Pseudoterapias o tienen algún beneficio para la salud?

Taichi, aromaterapia, luminoterpia… ¿Pseudoterapias o tienen algún beneficio para la salud? / Unsplash

Nunca es tarde si la dicha es buena. Por fin el Ministerio de Sanidad ha emitido un informe sobre el peligro para la salud de las pseudociencias y pseudoterapias que proliferan como remedios para vivir sanos y tratamiento de ciertas enfermedades. Entre ellas señala la aromaterapia, ilumina terapia, el Taichi, el Reiki o el plasma líquido que, parece, ha utilizado con éxito uno de los gurús de la televisión con gran audiencia en la programación nocturna. Se publicitan centros y gabinetes con la vitola y señuelo de ser medicinas alternativas que, en un totum revolutum, ofrecen tratamientos pseudocientíficos contra la artrosis, las anemias, la impotencia en los varones, la frigidez en las mujeres, el estrés, la ansiedad o la depresión. Y hasta contra el cáncer que ha provocado más de una muerte por imprudencia temeraria y, obvio, la ignorancia o credulidad del sufridor. Y que asociaciones médicas informan que aumenta en un 470% la posibilidad de morir si se abandona el tratamiento médico. Cúmulo de pseudoterapias con sus correspondientes «profesionales» entre los que no faltan graduados en medicinas holísticas, alternativas, naturópatas, iridólogos, especialistas en Taichi y de masajes con nombres raros, acupuntores egresados de centros de medicina oriental y hasta algún astrólogo o vidente. Una de las pseudociencias en las que sustentan sus supuestas curaciones la encontramos, entre otras, en la Antroposofía fundada por el austríaco Rudolf Steiner, filósofo y ocultista de la ancestral escuela de la Teosofía. Sostiene que las plantas reciben, directamente, la influencia de los astros por lo que crea una nueva patraña llamada Biodinámica, presente por cierto en las huertas del jerarca nazi Himmler que, entre otras prácticas, defendía la de enterrar cuernos de vacas rellenos de estiércol con los que se preparan recetas homeopáticas. Ya la Homeopatía no aparece rotulada en farmacias una vez que ha sido ampliamente cuestionada por la Ciencia médica. Mejor que este conjunto de tratamientos, a veces, semejantes al puro esoterismo y superchería la antigua botica de la abuela, los esteleros que hacen crujir los huesos y curan espaldas abiertas o contracturas y las mujeres que arreglaban las madres, estómagos desarretados en habla canaria. Las madres llevaban a los niños a que las santiguadaras les quitaran el llanto inconsolable de noches y días. A lo mejor no bastaba con las cintas rojas que se amarraban a las barandas de las cunas o se pegaban con imperdibles a las ropitas, al poco de nacer, para que personas aviesas o «con fuerza de vista» no les hicieran maldiojo. No sabían, las angustiadas madres, de cólicos ventrales, de alergia a la lactosa del calostro y, a veces, «milagro» la visita a la señora surtía efecto. Bien sea porque el masaje acompañado de tisanas de manzanilla o hinojo quitaba tensión al pequeño vientre, la visita, de la confiada y crédula madre surtía el beneficioso efecto placebo o simplemente el organismo reaccionaba después de muchos días de perreta. Y la criatura reaccionaba con el cambio de ambiente y el contacto con otros brazos, Sin embargo, la creencia animista o sortilegio de lo oculto y desconocido continua y hay gente que acude a estos centros de sanación a los que, según encuestas, acude un 10% de la población, un 19% cree que cura enfermedades y dolencias que no resuelve la medicina tradicional y un 40% les concede cierta confianza o no las rechaza del todo. La encuesta no delimita a la población por sectores y excluye el porcentaje de los que se curan, incluidos los mismos que creen en esa clase de prácticas, a través de la práctica médica de sanatorios y hospitales. Conocí a algunos con títulos y despachos en esta imaginería sanadora que, ante la erupción de la piel de sus hijos solicitaban turno en Pediatría del centro de salud. El furor por la pseudo-psicología llega al extremo de ciertos gabinetes de estética, peluquerías, de poner precio especial a un lavado integral, emocional del cabello. Para poner los pelos de punta. Abunda la falsa información de una pléyade de nuevas y viejas medicinas alternativas que curan problemas de comportamiento o ánimo deprimido. Tanto disparatado cajón de sastre ha alarmado a autoridades, colegios profesionales de Medicina y Psicología que alertan a la población general ante los posibles engaños y efectos nocivos de creer y ser tratados por gente que no estén debidamente cualificados. El observatorio de la OMC contra las Pseudociencias y Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas sanitarias define una Pseudoterapia como «una propuesta de cura de enfermedades, alivio de síntomas o mejora de la salud basada en criterios sin el respaldo de la evidencia disponible». Avisa y advierte en que se le elija como la única o primera solución a cualquier problema de salud.

El Gobierno de Canarias no respalda ni aprueba la realización de actividades que no estén basadas en la evidencia científica”. Y ahora lo hace, a nivel oficial, el Ministerio de Sanidad, advirtiendo a la población general contra esta clase de prácticas. Tratamientos sobre problemas de salud mental en manos vendedores de pócimas como los que vendían crecedores de pelo en las ferias de las películas del Oeste. Consejos y pseudotratamientios que hacen mella en incautos y crédulos de la parafernalia que adorna a tanto mercachifle inepto y desconsiderado.