Opinión | Reflexión

Ángel Martínez

La mala suerte del soldado Otero

Noya. Llegada de un fallecido en Francia. En una ambulancia del Servicio de la Cruz Roja Internacional llegaron a nuestra villa los restos mortales del joven Manuel Otero, muerto al servicio del ejército norteamericano en el desembarco de Normandía».

Este es el arranque de una noticia publicada en el Diario de Noia en 1948. Narra el traslado del cuerpo de Manuel Otero Martínez a su pueblo natal, Serra de Outes (A Coruña), y supone una de las pistas clave en la investigación que sacó a la luz la triste historia del único español que combatió –y cayó– en el Día D, la operación que marcó el principio del fin de la Segunda Guerra Mundial. Un periplo que comienza en la batalla de Brunete y que le lleva de una cárcel franquista a emigrar a EEUU, donde Otero se alistará en el Ejército para conseguir la nacionalidad estadounidense. Tres días después, Japón atacó Pearl Harbor y su país de acogida entró en guerra. Era el año 1941.

Ahora, ocho décadas después, en el centro de la playa de Omaha, justo al lado de un búnker alemán, un monolito rinde honores a los caídos de la Primera División de Infantería de EEUU, la famosa Big Red One, la unidad en la que combatió Otero, que fue diezmada durante el desembarco. Entre los más de 3.000 nombres de quienes murieron en aquella playa de Francia figura el del joven gallego. Manuel fue de los primeros en embarcar, sobre las 6 de la mañana, el 6 de junio de 1944. Llegó a Omaha en una barcaza y logró rebasar la primera línea de defensa alemana tras recorrer unos cien metros, pero cayó poco después cuando atravesaba un campo minado entre el arenal y una posición enemiga.

Su historia, marcada por la mala fortuna y el sacrificio, es tan extraordinaria como el relato de cómo Otero fue rescatado del olvido por una asociación cultural coruñesa, The Royal Green Jackets. Cuando tenía solo 20 años, el estallido de la Guerra Civil le sorprendió en Santander, donde trabajaba como mecánico de la marina mercante. Combatió, por tanto, en el bando republicano y fue gravemente herido en un pulmón durante la batalla de Brunete. Cayó prisionero de las tropas franquistas y fue encarcelado en Barcelona pero su familia, que permaneció en la zona nacional, consiguió sacarle de prisión. Luego viajó a EEUU.