Opinión | Tribuna abierta

Leticia Fuentes

Peligro o jugada maestra

Emmanuel Macron

Emmanuel Macron / Europa Press/Contacto/Matthieu Mirville

No puedo hacer como si no hubiese ocurrido nada», afirmó el domingo el presidente francés, Emmanuel Macron, después del batacazo en las elecciones europeas, para minutos después anunciar la que posiblemente fue la única sorpresa de la noche: la disolución de la Asamblea Nacional y convocatoria de elecciones legislativas anticipadas.

Es la sexta vez en la V República que se utiliza esta arma constitucional, y solo se ha recurrido a ella ocho veces en más de 100 años. Ante la aplastante victoria de la extrema derecha, Macron ha querido detener la maquinaria y tomar un importante riesgo que, si sale bien, será toda una jugada maestra: «O sale con mayoría parlamentaria y refuerza su Gobierno o no le queda otra que cohabitar con la ultraderecha», se escuchaba en la sede de Reagrupación Nacional (RN).

La popularidad del presidente galo se encuentra en los índices más bajos y estos comicios han supuesto un castigo de los franceses a su Gobierno, que ha batido récords en sacar adelante impopulares leyes a base de decretazos. Por lo que, según los expertos, en las legislativas, la mayoría presidencial difícilmente conseguiría la mayoría parlamentaria. Además, el joven ultraderechista Jordan Bardella, el gran vencedor de las europeas (ha ganado en el 94% de los departamentos franceses) y probablemente el cabeza de lista de RN en los comicios a la Asamblea Nacional, no solo supera en popularidad a Macron sino también en intención de voto.

Macron tenía dos opciones: sustituir a su delfín, el primer ministro, Gabriel Attal, tras los Juegos Olímpicos, o disolver la Asamblea Nacional para desbloquear el Parlamento y conseguir una mayoría que le permita sacar adelante leyes, como la reforma del paro o el proyecto de ley de la orientación agrícola. Ha preferido escoger la opción más arriesgada, dejando en manos de los ciudadanos la decisión sobre si realmente quieren un Gobierno de extrema derecha o simplemente fue un voto de castigo por sus políticas de austeridad.

«Es una irresponsabilidad histórica convocar elecciones en un momento en el que la extrema derecha está tan fuerte. Así, Macron parece que busca reforzar su imagen de única alternativa frente al RN, especialmente en un momento en el que la coalición de izquierda está más desunida que en 2022 y tendría mayor dificultad para llegar a la segunda vuelta en muchas circunscripciones sino se presenta bajo las mismas siglas», explica Arsenio Cuenca, doctor en Ciencia Política en la EPHE de París.