Opinión | Mirando despacio

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Lamine Yamal y Nico Williams celebran el gol del segundo ante Inglaterra.

Lamine Yamal y Nico Williams celebran el gol del segundo ante Inglaterra. / / EFE

Ondea la bandera española en lo más alto, destellos rojos y amarillos iluminan nuestro fútbol. La victoria del pasado domingo nos convierte en campeones de Europa y se celebra el triunfo en todos los rincones del país. Un sentimiento de pertenencia paralizó el domingo por la noche a la mayoría de los españoles y millones de personas vibraron al son de los goles de Nico Williams y Oyarzabal. Los aficionados aplaudían sus triunfos como éxitos propios y los jugadores parecían saltar de la pantalla en cada jugada, en cada aproximación a la portería inglesa, en cada oportunidad de gol.

No soy futbolera pero este domingo me sumé la fiesta. Después del partido me lancé a la calle; la marea roja y amarilla ocupaba la ciudad, las calles rezumaban pasión, la alegría estaba servida. Escuché en boca de alguno de los forofos la siempre cuestionada expresión: »el fútbol es un arte» y con ese mantra volví a casa. A las doce de la noche me observé buscando definiciones de arte en mi móvil…

«El arte es el medio a través del cual el alma se expresa» (Vincent Van Gogh)

Quizá encaje esta definición del célebre pintor, quizá el fútbol sea un arte. Desde luego todos presenciamos como veintidós chicos corrían y se dejaban el alma durante los noventa minutos del encuentro. Si entendemos el alma como la esencia del individuo, es posible que la esencia de estos chicos tenga forma de balón. Sin duda, los jugadores respiran, vibran y sueñan todos sus días con el deporte rey.

Me voy a la RAE: «el arte es la actividad humana que tiene como objetivo la creación de cosas bellas». Ahora entraremos en un concepto tan subjetivo como es el de la belleza. Por regla general decimos que la naturaleza transpira belleza, la sonrisa de un bebé es bella en sí misma, pero…¿un gol puede ser bello? Sin hacer la encuesta, me aventuro a decir que para la inmensa mayoría de la población la respuesta sería afirmativa.

«El arte es de todas las mentiras la que engaña menos» (Gustave Flaubert)

Me encanta Flaubert y me encanta esta concepción del arte. No es un secreto que vivimos engañados por el sistema consumista, por el acoso de la tecnología, por unos horarios que controlan nuestra vida… Cuando nos sumergimos en el arte, estas grandes mentiras suelen difuminarse. Ante una pintura, una melodía, una novela…interpretamos la obra del autor y la hacemos nuestra. Nos creemos su mentira porque conectamos con ella, porque nos hace vibrar. En el caso del fútbol, es cierto que muchos conectan y vibran con el deporte, pero tengo sospechas de que esta disciplina se encuentre dentro del saco de las grandes mentiras por su carácter tremendamente adictivo e incluso embaucador. Es una pena que no podamos pedir opinión a Flaubert sobre el asunto que nos ocupa.

Ante tal cuestión se decanta también el Tribunal Supremo que dicta sentencia expresando que «el fútbol no es un arte, es simplemente un espectáculo deportivo». Según esto, dentro del arte se encontrarían la gimnasia rítmica, la natación sincronizada o el patinaje artístico puesto que integran la música y la danza en el deporte. Expresiones artísticas todas ellas que requieren de muchas horas de entrenamiento y que, por supuesto, mueven muchos menos ceros y mucho menos público que nuestro deporte rey.

Salto del Tribunal Supremo a la calle y observo que el vocablo «arte» se populariza incluso entre los más jóvenes. «Mi abuela es una artista cocinando», «este influencer tiene mucho arte», incluso se utiliza «¡qué arte tienes!» para referirnos a aquella persona que es capaz de engañar sin ser sorprendida…

Aún no me queda del todo claro si el fútbol entraría en la categoría de arte, sin embargo reconozco que es todo un arte agitar a millones de españoles y que se movilicen juntos a favor de una causa. Ojalá esta pasión que distinguí en las pupilas de mis compañeros de marea el pasado domingo, se hiciera visible también en la entrega de los premios a los mejores científicos españoles, ojalá podamos vitorear juntos a todos esos artistas nóveles que crean sus obras con mucho esfuerzo e ilusión y ojalá nuestra bandera siga ondeando con fuerza al compás del arte español.