Un estudio de la ULPGC detecta un aumento de antibióticos en la fauna marina
Científicos del Instituto de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria del centro lideran una investigación nacional de los cetáceos como bioindicadores marinos
Un estudio de la ULPGC detecta un aumento de antibióticos en la fauna marina. Investigadores del Instituto de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) lideran desde hace dos años uno de los proyectos nacionales más punteros en la evaluación del estado del ecosistema marino canario. El denominado proyecto Globican ha usado a los calderones tropicales canarios como bioindicadores para realizar dicha la situación de la fauna marina y del ecosistema que rodea al Archipiélago.
«Al ser mamíferos, con una larga esperanza de vida y que están en la cúspide de la cadena alimenticia, sirven muy bien como especies para valorar el resto del ecosistema», explica Jesús De la Fuente, investigador del IUSA y perteneciente al grupo de científicos que lidera el catedrático de la ULPGC, Antonio Fernández.
Recopilación
Este estudio, que se ha llevado a cabo a lo largo de los dos últimos años, ha analizado distintos contaminantes de procedencia urbana, turística y sanitaria en calderones tropicales asociados a diferentes zonas marinas de Especial Conservación (ZEC) del Archipiélago. Se ha recopilado diversa información ecológica y sanitaria, junto con muestras de piel procedentes de biopsias y necropsias realizadas a calderones tropicales canarios entre 1997 y 2021, y posteriormente se han realizado distintos análisis genéticos, microbiológicos, bioquímicos y toxicológicos. En el transcurso de este estudio se ha detectado como la acción del ser humano está afectando de forma directa al ecosistema y a las especies marinas.
«Hemos visto como a lo largo de los años han ido aumentando los niveles de algunos contaminantes como filtros solares, fármacos o plastificantes en el medio. Además, hemos detectado la aparición de antibióticos en la cadena trófica que hay alrededor, es de los resultados que nos han impactado más», adelanta.
Esta presencia de antibióticos no se ciñe solo a las aguas. «Hay antibióticos que cruzan toda la cadena trófica hasta llegar a la cúspide que serían estos calderones tropicales canarios», subraya.
Cadena trófica
Es decir, estas cantidades de fármacos son ingeridas por peces pequeños y se van progresivamente acumulando y biomagnificando hasta llegar a los predadores que están encima de la cadena trófica. «Tenemos un problema que no es tanto la concentración de antibióticos, que sea mayor o menor, sino que con pequeñas cantidades podría producirse antibioresistencia si esos restos, al final, entran en contacto con bacterias que son patógenas para el ser humano y para los animales domésticos», alerta. Una manera de intentar frenar esta presencia de antibióticos y otros contaminantes, como puede ser los de procedencia agrícola, está en una mejora del tratamiento de las aguas residuales para evitar, en la medida de lo posible, que terminen llegando al océano. «Hay sistema de bioremediación que ya se han utilizado en otros lugares, en los que se tratan esas aguas con hongos o con algas específicas y pueden extraer todos esos antibióticos de esas aguas antes de que llegue al mar», expone.
La elección de los calderones tropicales canarios se fundamenta en que son una población residente en las Islas. Todos los resultados obtenidos en la investigación son extrapolables a otros cetáceos en los lugares donde sean residentes.
«La biodiversidad que tenemos en las Islas es brutal. Somos como pequeños oasis en el océano donde las especies vienen a comer o son residentes. Estamos en un equilibrio donde cuidando la salud del entorno y de los animales ese entorno cuida de la salud humana y de los animales domésticos. Al final está todo relacionado», añade De la Fuente
Perfil analítico
El siguiente paso a investigar, tras la conclusión del proyecto Globican, será el de desarrollar un perfil analítico más amplio donde entren otros parámetros más complejos para poder evaluar de una mejor manera la salud de los animales y la fauna marina y seguir mirando otro tipo de contaminantes relacionándolos con la actividad humana.
«Viendo contaminantes específicos que podamos relacionar con la actividad que lo genera a nivel local y regional. Por ejemplo, si estamos hablando de filtros solares o antibióticos poder relacionarlo con el número de habitantes de la zona o si son contaminantes agrícolas con los platicidas que se utilizan. Esto no solo a nivel canario sino para toda la Macaronesia para poder comparar unas áreas marinas con otras y evaluar si unas están mejores que otras y en función de qué», sentencia.
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