El presidente del Consejo General de Médicos: "La progresiva deriva del paciente hacia la sanidad privada no responde a una libre elección"

El presidente del Consejo General de Médicos, Tomás Cobo reflexiona sobre los tres problemas del sistema sanitario: la desafección de los médicos, la migración hacia la sanidad privada y una Atención Primaria poco resolutiva

Tomás Cobo, presidente del Consejo General de Médicos, en el Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife.

Tomás Cobo, presidente del Consejo General de Médicos, en el Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife. / Cedida

Verónica Pavés

Verónica Pavés

¿Cuáles cree que son los retos a los que se enfrenta la medicina en España?

El reto más importante que nos toca vivir ahora es el sostenimiento de nuestro modelo sanitario universal, público y gratuito, que es el mejor regalo que nos hemos dado los españoles a nosotros mismos en los últimos 100 años. Para sostener ese modelo tenemos que mejorar nuestro sistema. Ycomo en España tenemos la circunstancia de que el modelo se hace de manera divergente en 17 comunidades autónomas, pues debemos ser capaces de generar una armonización junto al Ministerio de Sanidad para sostener ese modelo, que es el pilar de la justicia social. 

¿Podría detallar cuáles son los problemas principales del sistema sanitario actual?

 El sistema tiene tres grandes problemas. El primer problema que tiene es la desafección de los profesionales por la falta de estabilidad laboral, los menores sueldos y la poca formación continuada. La segunda grieta que tenemos es la de esa migración lenta pero progresiva de ciudadanos hacia el entorno de la sanidad privada que, en un futuro, nos puede llevar a una sanidad pública pobre para pobres. Y la tercera pata que tenemos de problema es la Atención Primaria, porque no estamos siendo capaces de captar nuevo talento y ocupar las plazas libres.

Desgranemos esos puntos. Con respecto a la desafección de los profesionales, las nuevas generaciones aluden más a la conciliación a la hora de elegir una especialidad u otra, ¿es un patrón que se repite?

Los tiempos cambian, las generaciones que vienen y es plena lógica, lo que quieren es conciliar más su vida profesional con su vida personal. Sin duda y en esa línea debemos de trabajar, pero siempre y cuando la seguridad clínica de los pacientes esté atendida. Ser médico exige un compromiso de deontológico que se alinea con los principios universales: la justicia social, la autonomía del paciente y hacer el bien. Los médicos somos los herederos de una milenaria tradición que se dedica a vivir en la orilla de los más frágiles, que somos enfermos. Teniendo en cuenta eso y dejando claro cuál es la vocación de ser médico, obviamente que tenemos que trabajar por la conciliación. 

La figura del médico aislado trabajando solo en un entorno rural va a ir desapareciendo

En un modelo que es público, universal y gratuito, ¿la sanidad privada es una amenaza?

 No. La sanidad privada juega una parte importante dentro de ese sistema para sostener al modelo. Hay ámbitos que dependen casi exclusivamente de la sanidad privada, como por ejemplo la salud mental. Pero es cierto que esa colaboración público-privada debe estar bien gestionada para no desperdiciar recursos públicos en generar negocio. Lo que hay que buscar es crear sinergías, que llevan funcionando desde hace años, y no entrar en mensajes fáciles.

En los últimos años ha habido un incremento en la contratación de seguros privados.

 Sí, existe es una progresiva deriva de ciudadanos que tienen capacidad económica hacia el entorno de la privada con polizas asequibles. Pero esa progresiva deriva a la ciudad privada no responde realmente a una libre elección; sino que muchas veces responde a que el Sistema Nacional de Salud (SNS) no es capaz de responder a las peticiones de los ciudadanos. Pero también se está generando ahí un globo de ciudadanos que, llamados a la adquisición de una poliza, ven que una vez que están allí ese seguro no es lo que ellos esperaban. Con lo cual hay una vuelta otra vez al circuito de la pública.

Como ha comentado la atención primaria necesita un cambio urgente, pero ¿ve que realmente se estén dando pasos para hacer ese cambio tan perentorio?

Progresivamente. De ahí la importancia a esa cogobernanza del Sistema Nacional de Salud, que se realiza a través del Consejo Interterritorial y es liderado por el Ministerio de Sanidad. Ha sido la primera vez que se ha hecho un monográfico sobre Atención Primaria para atender exclusivamente ese problema con el propósito de que no se den ciertas circunstancias que han demostrado ser negativas para el modelo, como que una comunidad compita con otra a la hora de captar profesionales porque les ofrece mejor retribuciones económicas a unos que a otros. Eso es lo que tenemos que ordenar. Además, tenemos que ir pensando en que la figura romántica del médico rural. Porque aunque la vocación no cambie, sí que lo ha hecho el diagnóstico de los pacientes. Ya no vale que el médico tenga una bata, un fonendo, la silla y la mesa. Ahora uno necesita para hacer un diagnóstico de precisión una serie de herramientas y una serie de procedimientos diagnósticos que ya no les pueden recibir solo en un consultorio chiquitito.

¿Cree entonces que el principal escollo ahora mismo para la Atención Primaria es esa falta de capacidad diagnóstica?

No, no es el principal. El principal es demográfico. Pero poniendo las luces de cruce a mucha altura, es importante que vayamos concentrando los recursos en entornos, centros de salud más grandes en los que haya una atención multidisciplinar y que la figura del médico aislado trabajando solo en un entorno rural va a ir desapareciendo.

¿Les preocupa el aumento de agresiones a sanitarios que ha habido en los últimos años?

Sí. Nos preocupa y nos preocupa mucho. De hecho, ahí hemos avanzado bastante en cuanto es la protección y, de alguna forma, la educación a los sanitarios y a la población. De respetar a los que estamos ahí exclusivamente para ayudar. De todas formas, se están tratando de generar entornos mucho más seguros para los profesionales.

¿Cómo afrontan el auge de ciertas prácticas reconocidas como pseudoterapias?

No hay algo más trágico que aprovecharse de la desesperanza de las personas. Es una maldad. Y hay gente que lo hace, algunos intencionadamente, con el único beneficio de sacar dinero. Los 52 Colegios de Médicos de España están muy alerta de que en sus entornos se desarrollen actividades que sean relacionadas con las pseudociencias o las pseudoterapias para denunciarlas, bien por la vía judicial o bien por la vía pública. Somos firmes, y me consta que el Ministerio de Sanidad también. 

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