La terapia CAR-T ofrece esperanza a un paciente canario con cáncer

Fran Barreto, aquejado de un linfoma, consigue recibir el tratamiento en Madrid

El afectado inició una campaña para pedir la subvención de este procedimiento

Fran Barreto, en la habitación en la que permanece ingresado en el Hospital 12 de Octubre.

Fran Barreto, en la habitación en la que permanece ingresado en el Hospital 12 de Octubre. / LP/DLP

Después de una intensa lucha y numerosas vicisitudes, Fran Barreto ha recuperado la esperanza de superar el cáncer. Y es que este paciente canario de 45 años recibió el pasado lunes la terapia CAR-T en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, un tratamiento personalizado que consiste en extraer linfocitos T –unas células del sistema inmunitario– y modificarlos genéticamente para que sean capaces de reconocer y destruir las células tumorales. Este recurso terapéutico tiene un coste que ronda los 300.000 euros. «Todavía no me lo creo. He tenido fiebre, pero ya han conseguido controlarla y me encuentro mejor de lo que esperaba», cuenta, desde la habitación en la que permanece ingresado. 

La infusión de estas células se prolongó unos 30 minutos. Además, de forma previa, el varón tuvo que tomar una medicación. «Me explicaron el proceso a la perfección. Comenzaron los preparativos y, cuando comprobaron que todo estaba en orden, descongelaron las células y me las empezaron a suministrar», detalla con emoción. A los pocos minutos, un sabor metálico invadió su boca. «Los sanitarios me decían que olía a gamba, pero yo no percibía ese aroma», confiesa. 

Barreto, que reside en Madrid desde hace más de una década, fue diagnosticado de un linfoma folicular de grado II y estadio IV en 2019, en el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla. «Debuté con unos síntomas muy similares a los de un resfriado. Recuerdo que llevaba más de seis meses y que cada vez me encontraba peor», relata. El paciente acudió en tres ocasiones a su médico de cabecera. Según afirma, en la última visita ya estaba agotado y no paraba de toser. 

Diagnóstico

Finalmente, fue derivado al citado centro sanitario para que los profesionales le practicaran un escáner. «Esa misma mañana me ingresaron. A los pocos días me informaron de que tenía encharcados los pulmones y de que había que drenarlos. Poco después, los médicos me dijeron que tenía cáncer», asegura.

Desde entonces, se ha sometido a diferentes tratamientos en distintos centros que terminaron fracasando: quimioterapia, radioterapia, un trasplante autólogo de médula ósea y una terapia dirigida con Epcoritamab. Esta última logró reducir la carga tumoral, pero no fue suficiente. «Me enviaron al Hospital 12 de octubre y conocí a los doctores Ana Jiménez y Joaquín Martínez. Como la terapia CAR-T aún no estaba financiada para mi caso, me ofrecieron como alternativa una terapia biespecífica», apostilla Fran Barreto. 

Sin embargo, esta opción hizo que empeorara. «Volvieron a recurrir a Epcoritamab e intenté acceder a un ensayo clínico con estas células, pero solo había una vacante en el hospital y fue imposible», lamenta. 

«Todavía no me lo creo, me encuentro mejor de lo que esperaba», confiesa el varón de 45 años

Ante este panorama, decidió iniciar una campaña para solicitar al Ministerio de Sanidad el sufragio de la terapia CAR-T para abordar su patología. Lo hizo el año pasado, de la mano de la Fundación CRIS contra el Cáncer, investigadores, oncólogos y otros pacientes. «Denme una segunda oportunidad. Si no aprueban ya la financiación para que la Sanidad pública pueda utilizar los tratamientos CAR-T en todos los pacientes que ahora mismo lo necesitamos, yo voy a morir», expresó entonces el afectado. 

El conflicto radicaba en que tanto en Europa como en España, la terapia se encontraba aprobada para manejar el linfoma de manto desde 2020, mientras que para tratar el linfoma difuso en casos de primera recaída, el linfoma folicular y la leucemia linfoblástica en adultos, el visto bueno llegó en 2022. «El problema es que nuestro país no financiaba las CAR-T para esto», aclara Fran Barreto. El siguiente paso fue alzar la voz en el Congreso de los Diputados, donde apelaron a la voluntad política.

Por fin, el pasado diciembre, la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos y Productos Sanitarios (CIPM) aprobó la subvención pública para tratar con CAR-T el tipo de linfoma que sufre Barreto y el mieloma múltiple –un cáncer de células plasmáticas–. Hay que señalar que esta terapia solo puede utilizarse en última línea, cuando otros recursos terapéuticos han fallado. 

Aún es pronto para valorar los resultados. De momento, el paciente debe permanecer ingresado unos diez días más. Además, cuando reciba el alta, la distancia que lo separe del hospital no deberá superar la media hora de trayecto. ¿El motivo? Llegar a tiempo si surge una complicación. «Si pasara algo, tendría que trasladarme al centro de forma urgente. Por suerte, vivo cerca de aquí», comenta. 

Existen otras medidas. De hecho, las primeras ocho semanas deberá extremar las precauciones para evitar contraer cualquier tipo de infección. Será el próximo mes cuando se someterá a un PET-TAC para evaluar los primeros resultados. 

Fran Barreto es natural de La Palma y se trasladó a la capital estatal por circunstancias laborales. Allí, ejerce de encargado de una tienda de alimentación. Ahora, solo sueña con recuperar su vida. «Este tratamiento abre una ventana esperanzadora. Me siento muy afortunado, y solo tengo palabras de agradecimiento para la Fundación Cris Contra el Cáncer y los doctores que han luchado para que esto sea posible», concluye el paciente. 

Un impulso a la investigación

La Fundación CRIS contra el Cáncer nació hace 14 años, cuando su presidenta, Lola Manterola, fue diagnosticada de un mieloma múltiple. En ese momento, tenía 37 años. La paciente fue tratada con terapias convencionales y se sometió a dos trasplantes de médula. Sin embargo, su cáncer remitió gracias a la oportunidad que le brindó un ensayo clínico. «Este colectivo significa mucho para mí. Siempre me he sentido apoyado y, además, pone en valor la importancia de la investigación», manifiesta Fran Barreto. «La asociación ha desempeñado un papel fundamental a la hora de ayudarme a conseguir mi objetivo. Estaré eternamente agradecido», agrega. | Y. M. 

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