El clima canario se tropicaliza: un tercio de las noches isleñas sobrepasan ya los 20 grados

Los días en los que las temperaturas nocturnas son más elevadas de lo habitual se han duplicado desde la década de los 70

Investigadores de la ULL proponen estudiar las noches de más de 30 grados para medir el impacto del cambio climático

Un hombre se refresca en una fuente durante una de las olas de calor que sufrió Canarias en 2023.

Un hombre se refresca en una fuente durante una de las olas de calor que sufrió Canarias en 2023. / María Pisaca

Verónica Pavés

Verónica Pavés

El cambio climático ya ha tropicalizado el clima canario. Desde 2020, cada año los isleños han sufrido al menos un tercio de las noches con temperaturas por encima de los 20 grados. Lo que en la jerga científica se conoce como noche tropical. Y pese a ser un fenómeno con el que los canarios siempre han estado familiarizados, estas olas de calor nocturnas son cada vez más recurrentes, se prolongan durante más tiempo y son más intensas, convirtiendo así a las noches tropicales en nueva característica del clima canario.

Así lo concluye la Cátedra de Riesgos de Desastres y Ciudades Resilientes de la Universidad de La Laguna (ULL) que, en un artículo publicado en la revista International Journal of Climatology, realiza un análisis de las noches tropicales en toda España, el primero realizado hasta la fecha. Así, con los datos obtenidos de 75 estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) – 63 en la Península, 12 en Canarias y Baleares– han podido concluir que la idiosincrasia climática de Canarias requiere de establecer un indicador más extremo para medir de ahora en adelante el impacto del cambio climático en las Islas, tales como las noches tórridas (más de 25 grados) o las noches infernales (más de 30 grados).

Los canarios que vivieron en la década de 1970 sufrían cada año prácticamente la mitad de las noches tropicales que sufren ahora los isleños. Por aquel entonces, cada año se podían contabilizar 67 noches tropicales. Pero esas noches bochornosas se han ido incrementando con el tiempo de manera progresiva: los años de la década de los 2000 acumulaban una media de 108 noches tropicales, en la de 2010 fueron 126 y en lo que llevamos de este 2020 ya asciende a 126. En otras palabras, desde la década de los 70, las noches tropicales han aumentado un 88%.

Noches infernales

En paralelo, el fenómeno se han hecho más intenso. "En los últimos años, hemos identificado espacios en los que las temperaturas nocturnas ya no solo superan los 20 grados, sino que se mantienen por encima de 30 e incluso de 35 grados", revela el geógrafo de la ULL y primer autor de este estudio, Jordan Correa.

Ejemplo de ello es el municipio de San Bartolomé de Tirajana, en Gran Canaria, que ha llegado a registrar hasta cinco noches tórridas en un mismo año. En algunos casos puntuales, las temperaturas nocturnas han rebasado los 35 grados, un fenómeno que aún no ha sido siquiera bautizado por la ciencia.

En este sentido, las noches tropicales empiezan a convertirse en fenómenos más habituales también en las cumbres de Canarias que, además, están sufriendo un aumento mayor de las temperaturas mínimas que el que registra el conjunto del Archipiélago. En el Parque Nacional del Teide, por ejemplo, lo que entre 1970 y 1990 apenas había ocurrido en apenas tres ocasiones, entre los años 2000 y 2020 se ha producido hasta 11 veces.

Las noches tropicales en Canarias también se alargan mucho más en el tiempo que en otros lugares de la Península. "El Archipiélago puede registrar este tipo de temperaturas nocturnas desde mediados de abril hasta mediados de octubre", insiste Correa, que destaca que en zonas como el Mediterráneo, las temperaturas nocturnas tan solo se disparan durante los meses de verano.

Pero si algo ha llamado la atención de los científicos son los largos periodos en los que las temperaturas nocturnas se mantienen por encima de los 20 grados. "Los canarios pasan de media 100 días consecutivos durmiendo con estas temperaturas, lo que corresponde a cuatro meses", indica el investigador.

En el año 2023, que se ha ganado la consideración del año más cálido de la historia, Canarias vivió casi 200 noches tropicales. Y muchas de ellas se vivieron en ciudades donde, además del calor acumulado durante la jornada, se experimenta un aumento de temperatura por una combinación de factores tales como las edificaciones, la falta de espacios verdes o los gases contaminantes que emite en mayor medida el tráfico.

"Es el efecto isla de calor", destaca Correa, que advierte que la tendencia de mayor calor en las urbes es perceptible por toda España. "Una estación en el centro de Albacete registra 11 noches tropicales, mientras que otra a tan solo 10 kilómetros registra 4", revela el geógrafo. Canarias no es ajena a este fenómeno. En Santa Cruz de Tenerife se registran cada año una media de 182 noches tropicales frente a las 89 del aeropuerto del Sur de Tenerife o las 7,5 del aeropuerto del Norte, en La Laguna.

Efectos en la salud

Un último estudio realizado por el climatólogo Dominic Royé, ya alerta de que la mortalidad aumenta un 16% cuando el inclemente calor no cesa ni siquiera de noche. Esto es así porque el calor nocturno provocar alteraciones y privación del sueño debido a los procesos necesarios de termorregulación. Cabe recordar que, para entrar en la fase de sueño profundo, el cuerpo necesita bajar el pulso, pero no puede hacerlo porque está tratando de reducir la temperatura corporal.

No ha hecho falta demasiados cambios para que el clima de Canarias empiece a mostrar signos de tropicalización. De hecho, en las Islas las mínimas no han crecido tanto como en la Península (0,21 grados por década, frente a los 0,35 grados de muchos puntos de la España continental), pero el Archipiélago parte "de una temperatura basal mayor". "Es normal entonces que un pequeño aumento de temperaturas sea suficiente como para incrementar notablemente las noches tropicales", insiste Correa.

La situación ha llamado la atención de los científicos canarios, que ya están trabajando en realizar un estudio enfocado únicamente en Canarias para evaluar la aparición de estos fenómenos nocturnos mucho más extremos. "Para medir el cambio climático necesitamos un fenómeno sea excepcional, y si un tercio de las noches son ya tropicales es que forman parte del clima de Canarias, por tanto, necesitamos trabajar con otro indicador", insiste Correa. Pero incluso con este hándicap, los investigadores no tienen duda: los cambios que han sufrido las noches canarias se deben al cambio climático.