Las técnicas poco invasivas frenan la mortalidad de los pacientes cardíacos

Los nuevos procedimientos son eficaces para tratar la insuficiencia de la válvula tricúspide, un problema que pone en peligro el buen funcionamiento del corazón 

Las nuevas técnicas destinadas a tratar la insuficiencia de la válvula tricúspide –situada en el lado derecho del corazón– han conseguido mejorar la supervivencia de los pacientes. Así lo puso de manifiesto este jueves el doctor Ignacio Amat, director de Cardiología Intervencionista en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, en el marco de la celebración de la reunión anual de la Asociación de Cardiología Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología (ACI-SEC), una cita que acoge desde el pasado miércoles el Palacio de Congresos de Canarias y que se prolongará hasta este viernes. 

La válvula tricúspide controla el flujo sanguíneo entre la aurícula derecha y el ventrículo derecho. Si esta puerta tiene fugas, la sangre puede circular hacia atrás y el corazón debe realizar un mayor esfuerzo para bombear. Con el paso del tiempo, el órgano tiene serias dificultades para funcionar. «El 1% de la población sufre fallos en la válvula tricúspide, y la cirugía para repararla, en general, da malos resultados», afirmó el especialista. 

Por suerte, en los últimos años se han desarrollado varios procedimientos para tratar el problema sin tener que abrir el tórax. Uno de ellos consiste en la aplicación de unos clips por medio de un tubo –catéter–, que mejoran el grado de disfunción. «También estamos colocando prótesis a través de un catéter, que van plegadas en el interior del mismo y que se expanden en la válvula con una nueva compuerta», informó el doctor Amat.

Al listado se suman un conjunto de dispositivos que se implantan en las venas cavas, que evitan los síntomas que provoca la fuga de sangre hacia atrás cuando no funciona bien esta válvula. «Todas estas terapias de catéter están cambiando la vida de muchos pacientes. Se pueden emplear con anestesia local y las intervenciones requieren ingreso de 24 horas», anotó el profesional. 

Candidatos

Pero, ¿quiénes son los principales candidatos a someterse a estas prácticas? Sobre todo, las personas afectadas por varias patologías de base que se han sometido de forma previa a una cirugía cardíaca invasiva para tratar alguna válvula del lado izquierdo del corazón. «A lo largo de los años, eso supone una carga para el lado derecho y se va dilatando, lo que provoca problemas en la válvula tricúspide. Esto sucede, aproximadamente, entre los cinco y diez años después de la primera intervención», comentó el experto, que además indicó que el perfil mayoritario de pacientes lo conforman las mujeres de 60 años de media

Hay que señalar que la duración de estos procesos depende en gran medida de la complejidad de cada caso. No obstante, si no se obtienen los resultados esperados, es posible recurrir a otra técnica mínimamente invasiva. Antes de la irrupción de estos procedimientos, los aquejados tenían la opción de recibir tratamiento farmacológico para aliviar la sintomatología. Sin embargo, este recurso no cambiaba el pronóstico, por lo que la dolencia registraba una alta tasa de mortalidad. «El número de terapias y alternativas está aumentando poco a poco. Son técnicas complejas y la formación es difícil, pero en este tipo de reuniones podemos extender el conocimiento necesario para aplicarlas y potenciar su uso en todo el país», aseveró el facultativo.

Gran Canaria acoge la reunión anual de la Sociedad Española de Cardiología Intervencionista

A juicio del doctor, el mayor reto de la cardiología intervencionista es lograr ofrecer estas terapias novedosas a unos costes más reducidos, pues los dispositivos tiene un precio elevado. Ahora bien, ¿en qué consiste esta rama de la Cardiología? Según aclaró la doctora Belén Cid, presidenta de la ACI-SEC, se trata de una subespecialidad que se dedica al diagnóstico y tratamiento de las patologías de las arterias y las válvulas cardíacas. «Esto se hace de una forma mínimamente invasiva, a través de unos catéteres que introducimos por las arterias y las venas periféricas. De este modo, la recuperación de los pacientes es más rápida», apuntó. 

Tal y como aseguró la doctora Cid, la Cardiología Intervencionista ha experimentado una mejora muy notable con el paso de los años, tanto en materia de implantes de stents como en el tratamiento de la estructura del corazón. «Los resultados que estamos obteniendo a través de los estudios de investigación están siendo muy positivos», garantizó la presidenta de la citada agrupación. 

La reunión de expertos que se celebra en el Palacio de Congresos de Canarias aúna a más de 800 profesionales de todo el país. La jornada de clausura contará con la participación de diferentes ponentes y permitirá también realizar conexiones con los dos grandes hospitales de la Isla –Negrín e Insular-Materno– para mostrar casos prácticos en vivo. 

Un código que salva vidas

El Código Infarto permite que un paciente que sufre un infarto de miocardio pueda ser trasladado de forma inmediata a una sala de Hemodinámica, independientemente de dónde se encuentre. «Esta medida se fue implantando de forma paulatina en el país y es una de las acciones que más vidas ha salvado en el ámbito de la cardiopatía isquémica, que es la primera causa de fallecimiento en mujeres y la segunda en varones», valoró este jueves la doctora Belén Cid, presidenta de la Asociación de Cardiología Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología (ACI-SEC). Según informó la facultativa, en los últimos años se han agregado otros códigos como el de Tromboembolismo Pulmonar o Shock Cardiogénico, pues son patologías que precisan atención inmediata. | Y. M. 

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