Entrevista

Xuan Lan: "El yoga es una filosofía y una disciplina holística, pero no un estilo de vida"

Xuan Lan (Francia, 1974), con más de dos millones de seguidores en redes sociales, presenta su tercer libro, «La buena hija vietnamita» (Grijalbo, 2024), donde habla de cómo cambiar el sector de la banca por el yoga. Recientemente ha estado en el Centro de Arte Hortensia Herrero.

Xuan Lan, en el Centro de Arte Hortensia Herrero, donde presentó el libro y grabó contenido para su canal.

Xuan Lan, en el Centro de Arte Hortensia Herrero, donde presentó el libro y grabó contenido para su canal. / / ADOLFO BENETÓ

Miriam Bouiali

¿En qué momento le llega la llamada del yoga y decide que esa debe ser su forma de vivir y ganarse la vida?

No fue una llamada, fue progresivo, muy orgánico y bastante lento; ni una revelación, ni de un día a otro. Descubrí el yoga en Nueva York en el 2000, como una actividad paralela al gimnasio y al trabajo. Luego llegué a España, e hice más clases con distintas técnicas. Me iba bien porque trabajaba en banca y me daba un cierto equilibrio entre lo personal, lo emocional y lo profesional. Tardé casi diez años en formarme como profesora, pero no para serlo, sino para profundizar... hasta que un coach me dijo que hablaba mucho de yoga y que si no me lo había planteado. La respuesta fue contundente: «no». Pero esa semilla fue creciendo y empecé a dar clases los fines de semana y me sentía más feliz. Le pregunté a mi marido qué le parecía, porque dejar un trabajo estable fue una decisión de pareja. Luego, me cansaba bastante y pensé en desarrollarlo de otra manera para no correr de una casa, escuela o estudio a otro, y surgieron los eventos, el blog y el digital.

Es un gran cambio estar en una oficina y pasar a un trabajo que requiere el físico y el cuerpo...

Sí, pero más que físico, yo diría que es energético, porque como enseñante debes dar instrucciones a un grupo, y al final de semana ya no tienes energía: unos tenían mis buenas clases del lunes y otros mi cansancio del viernes; por eso también el digital, porque me permite hacerlo de manera mucho más amplia en digital. 

Ya hace más de 10 años de ese cambio. ¿Se han cumplido sus expectativas? Cuando vuelve atrás, ¿qué piensa? 

Era una decisión arriesgada y con la escritura de este libro, he hecho un trabajo de autoterapia y análisis. El yoga hace 12 años no era un sector muy organizado, no pertenecía ni a deporte, ni a bienestar, ni a salud mental, ni estaba en gimnasios, centros cívicos o escuelas. He puesto mucha dedicación, trabajo y pasión para que las cosas funcionen. También tengo un background, una carrera y diez años de trabajo corporativo que me ayudaron a organizarme y montarlo todo. No ha sido el azar, es fruto de mucho trabajo.

Quizás hay gente sin rumbo y que sigue su día a día, trabajo o rutina por inercia, por el qué dirán, o por miedo. ¿Qué les diría?

Justamente, ese es el propósito de este libro. No podemos revolucionar de un día para otro nuestra vida, ni dejar un trabajo por una pasión. Es demasiado arriesgado, sobre todo con responsabilidades familiares. Recomiendo hacer un trabajo de autoconocimiento, hacerse las buenas preguntas, y pensar cómo pueden mejorar su vida actual, pero no a nivel material sino su mundo interior, para sentirse más llenos, completos y felices. 

"Debe haber una ‘higiene mental’ diaria y regular, no solo los fines de semana"

En España se debate la semana laboral de cuatro días. ¿Esto facilitaría dedicar mayor tiempo al bienestar personal y al autocuidado? 

No es un tema de horas de trabajo. Yo trabajo siete días a la semana, pero me organizo y tengo tiempo para mi práctica de yoga y mis lecturas, también porque soy autónoma y empresaria, no empleada. Pero esto no es solo de fines de semana, es regular, del día a día, como una higiene mental o una higiene física, hacer deporte. No depende solo de las horas de trabajo, porque el trabajo no tendría que ser algo negativo. Deseo que mucha gente encuentre una forma de disfrutar su trabajo, de aprender y crecer como profesionales y personas. Y en eso hay una parte de responsabilidad del empleador y la empresa, de ayudar a sus empleados a sentirse mejor.

Se habla del síndrome del ‘burnout’ (trabajador quemado) y, en Estados Unidos, de la ‘gran renuncia’, porque miles de trabajadores dejaron sus empleos. ¿Falta la filosofía que comenta en las empresas, o los empleados no saben gestionar bien sus responsabilidades?

En mi libro hablo de esto, de una jefa en la empresa en la que trabajaba que tenía mala actitud. Esto es culpa de los managers, que no están bien formados; porque una cosa es ser buen profesional y otra, buen manager. Pero el empleado también se tiene que cuidar, no solo trabajar, sino tener momentos de ocio, de deporte, de autocuidado... La responsabilidad es compartida. El burnout ya llega cuando hay un largo recorrido de estrés acumulado crónico. Cada uno se tiene que conocer para adaptar el trabajo también a lo que lo que puede física, mental e intelectualmente.

Hizo el cambio a los 35 años. ¿Es una buena edad?

No hay edad, pero a los 35 años tienes una experiencia de vida y unos años laborales; a los 25, todavía no sabes lo que quieres hacer y ahí hay que vivir la vida. Pero hay gente que cambia a los 45, o a los 50... el momento es en el que empiezas a hacerte las buenas preguntas. Si no te haces ninguna, como decías, seguirás con la inercia. Pienso que hay un momento de madurez personal, y también cuenta la experiencia vital.

"El momento del cambio es cuando empiezas a hacerte las buenas preguntas"

¿Y qué le aporta ayudar a otras personas a sentirse y conocerse mejor?

Mucha satisfacción. Es increíble la cantidad de personas que me dan las gracias por haberles descubierto el yoga y el contenido que creo cada semana en mi plataforma, XLY Studio. Me parece un regalo de la vida. Es gasolina, lo que me motiva a seguir. Mi propósito es llegar a más gente para que más se sientan bien, que estén más felices y con una vida más completa. 

¿Y el yoga cuánto tiene de actitud, de filosofía, de religión y de ejercicio?

Tiene orígenes en común con el hinduismo, pero de religión no tiene. De filosofía tiene mucho, porque hay muchas escrituras y libros que explican las distintas ramas del yoga. El que practicamos en Occidente pasa por el cuerpo para llevar a calmar la mente; la meditación es el objetivo. Para mí, el yoga es una disciplina holística, de salud integral, que nos permite realmente trabajarlo todo. Lo que no es, es un estilo de vida, es una filosofía de vida. Puedes vivir en el campo, en la ciudad o salir de noche, pero debe haber respeto por la naturaleza y los animales, y una apertura emocional y mental. También aceptar que todos estamos interrelacionados, y no hay fronteras ni el otro».

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