Siete heridos en dos peleas en el centro de migrantes de Sardina del Sur

La primera llamada de alerta se produjo pasados pocos minutos de las doce de la mañana de este miércoles; la segunda, cinco horas más tarde, pero el motivo que activó a los cuerpos policiales en Santa Lucía de Tirajana fue el mismo: dos reyertas en el centro de acogida de menores migrantes de Sardina del Sur.

Los servicios de emergencia tuvieron que acudir, hasta en dos ocasiones, para apaciguar los ánimos e intervenir en la Cuadra La Rosa Amarilla, que así se llama el recurso habitacional, debido a las peleas que se desataron entre sus moradores y que dejaron siete heridos, de carácter leve, por los golpes recibidos.

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La primera intervención fue durante la mañana. Agentes de la Policía Local de Santa Lucía de Tirajana y hasta siete coches de la Guardia Civil se desplazaron al centro, sobre las 12 horas, después de recibir una llamada del interior que alertaba de una reyerta con más de media decena de implicados.

Al parecer, los gritos comenzaron durante uno de los rezos y, pese a los intentos del personal por calmar los ánimos, los menores comenzaron a golpearse a puñetazos. Seis de ellos –informan fuentes de la Delegación del Gobierno– resultaron heridos de carácter leve.

Cinco horas más tarde, los agentes tuvieron que regresar, esta vez, alertados por una pelea entre dos personas, aunque más agresiva que la primera. Investigan si estos dos contrincantes se zurraron en respuesta a lo que ocurrió por la mañana.

Sorprendidos por el despliegue

Uno de ellos, según ha podido saber este diario a través de otras fuentes consultadas, tuvo que ser trasladado al centro de salud de El Doctoral, a consecuencia de los guantadas recibidas, aunque su estado no reviste gravedad y se trataría, solamente, de alguna contusión leve.

Al contrario que sucede en otras zonas de Gran Canaria, los habitantes de Sardina del Sur se han mostrado sorprendidos ante el gran despliegue policial a consecuencia de lo ocurrido, ya que -afirman- los altercados en este centro no suelen ser habituales. «La convivencia con los menores del centro es buena desde que se abrió para acogerlos. Ellos entran y salen por el pueblo sin dar problemas, pensábamos que era algo grave», cuentan algunos de los residentes: «Hace unos meses hubo un problema con unos coches que se estaban quemando y ellos salieron a ayudar a apagar el fuego... Nunca habíamos visto eso». Los habitantes confían que se trate de un hecho puntual provocado por las rencillas de convivencia y que los problemas no se conviertan en algo generalizado.