Tribunales

El vecino de San Mateo acusado de quemar a su tío con desatascador asegura que fue un accidente

El encausado cuenta que la víctima llegó borracha a la vivienda familiar y se dio un golpe con la balda del baño en la que guardaban todos los productos de limpieza

Acusado de secuestrar y rociar con un bote de desatascador a su tío en San Mateo para robar en su vivienda

La Provincia

Benyara Machinea

Benyara Machinea

El vecino de San Mateo acusado de atar a su tío a una silla de la vivienda familiar y rociarle el cuerpo con un bote de desatascador ha atribuido las graves quemaduras que sufrió la víctima a un accidente doméstico. Andrés C. R. declaró este jueves en la segunda sesión del juicio que se sigue en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas que en la noche del cuatro de enero de 2020 su tío volvió visiblemente borracho a la casa en la que ambos convivían y se golpeó la cabeza contra la repisa del baño en la que guardaban todos los productos de limpieza, que le cayeron encima.

La fiscal no creyó su versión y pidió una pena de 15 años de prisión al atribuirle la autoría de cuatro delitos: lesiones, detención ilegal, robo y amenazas. En su escrito de acusación pedía cinco años más, pero al final de la vista oral optó por suprimir la pena que solicitaba por tentativa de homicidio, si bien incidió en que la víctima "era una persona débil, con una patología, que habría fallecido si no se le hubiera atendido" y, en ese caso, "estaríamos hablando de un homicidio por omisión de socorro".

El Ministerio Público mantiene que el encausado comenzó a discutir con el denunciante sobre las doce de la madrugada y le amenazó con expresiones como "eres un cabrón", "tú estás en contra de la droga, me miras por encima del hombro" o "de la cárcel se sale, pero del cementerio no". El escrito acusatorio alude a que cuando la víctima dijo que no quería tener trato con él, este lo golpeó, lo roció con un bote de desatascador y lo ató a una silla mientras le apuntaba con una pistola de fogueo. En el transcurso del forcejeo, la fiscal sostiene que le sustrajo tarjetas bancarias, las llaves de su vehículo, el móvil y una serie de obras de arte.

"No soy ninguna hermanita de la caridad, pero soy leal a mi familia", aseguró el acusado

El denunciante permaneció cinco días en la vivienda mientras sus lesiones empeoraban. La madre del acusado fue a ver a sus familiares el siete de enero, le hizo algunas curas y, como vio que no mejoraba, llamó a un médico que se personó en el domicilio y recomendó que lo llevaran al Hospital Doctor Negrín, donde ingresó finalmente el nueve de enero con graves quemaduras en el lado izquierdo del cuerpo y la cara.

El encausado, sin embargo, declaró que su tío había llegado esa noche "borracho como siempre" a la vivienda, les gritó a él y a su pareja que "no podían estar ahí" y empezó a romper vasos y platos en la cocina. "Le ha dado más de una vez por echar agua en los enchufes. Convivir con una persona así no es fácil, temía por mi hija de 16 meses", declaró al borde de las lágrimas.

Discusiones en la vivienda

Esa noche, según su versión, le dijo a su pareja que saliera de la casa con la niña y se quedó limpiando el patio trasero. "En el momento de la discusión no vi que tenía lesiones. Tuvo que hacérselas cuando estaba en el baño y le cayeron los botes encima, que estaban en una repisa, pero yo nunca le he puesto la mano encima y no hay ni golpes ni puñetazos", aseguró Andrés C. R.

La fiscalía pide 15 años de cárcel por delitos de secuestro, robo, lesiones y amenazas

El acusado insistió: "He sido malo, no soy ninguna hermanita de la caridad, pero soy leal a mi familia". Su teoría es que la denuncia de su tío es fruto de "una trama muy larga para quedarse con la casa" y vender la propiedad compartida, mientras que él quería mantener la vivienda para quedarse allí con su pareja y su hija. "Somos una familia humilde, yo no sé ni lo que es una obra de arte, pero allí no robé nada", enfatizó.

Andrés C. R. contó que el motivo por el que no lo llevó al médico cuando vio que las heridas empeoraban, hasta el punto de necrosarse, es que su tío "es terco como una mula y no quería ir al hospital". Explicó que él intentaba ayudarle dándole calmantes para el dolor y limpiándole las heridas con agua oxigenada y betadine. "Estoy mal de verdad porque lo que está en juego es mi oportunidad de ver crecer a mi hija, de enseñarle a defenderse. Soy un hombre consecuente con mis actos, pero no quiero pagar por una cosa que no he hecho", remarcó al tribunal. El juicio quedó visto para sentencia.