Tribunales

La Fiscalía pide 30 años de cárcel para el asesino confeso de Juan Betancor

El Ministerio Público sostiene que Antonio intentó quemar vivo al abogado y, cuando este se metió a un aljibe para apagar las llamas, le bloqueó la salida

Benyara Machinea

Benyara Machinea

El juicio a Antonio P. G., empleado del abogado Juan Betancor y autor confeso de su asesinato, arranca este viernes en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas con la constitución del Jurado popular y la declaración del acusado. La Fiscalía pide para él una pena de 30 años y seis meses de cárcel al imputarle tres delitos: asesinato, amenazas y detención ilegal. El encausado reconoció desde su detención que el 29 de mayo de 2022 intentó quemar vivo a su jefe en una finca del Camino del Gamonal, en Santa Brígida, ocasionándole unas lesiones tan graves que provocaron su muerte dos días después.

Antonio, natural de Cabo Verde, residía desde hace 16 años en la finca propiedad de Juan Betancor y su mujer. La propiedad tiene media hectárea de extensión y está conformada por una vivienda principal situada a la entrada, en la que se quedaba el matrimonio solo los fines de semana, y otras construcciones más pequeñas que utilizaban como apartamento, garaje, sala de máquinas y cuarto de aperos. La pareja habituó como vivienda una última construcción, en la que permitían que el acusado se quedara con la condición de que les cuidara la finca entre semana y realizara algunas tareas de mantenimiento.

La Fiscalía sostiene en su escrito de acusación que el día de los hechos, sobre las 10.15 horas, el encausado "movido por un sentimiento de odio y resentimiento hacia Juan Betancor acumulado desde años atrás", lo esperó en un pasillo estrecho de las zonas comunes de la propiedad con un gran bote de pintura que había llenado previamente con gasolina y gasoil y le arrojó el líquido por todo el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, prendiendo al mismo tiempo el acelerante con un encendedor.

El acusado cuidó la finca de la víctima y su mujer durante más de 16 años

"El acelerante se inflamó de modo inmediato, envolviendo en llamas a la víctima, quien lanzó gritos de dolor y pidió auxilio a su esposa", añade el Ministerio Público. Betancor actuó con rapidez dirigiéndose a un aljibe de 3,15 metros de profundidad que se encontraba a unos veinte metros del lugar, abrió la tapa que lo cubría y se metió dentro para apagar el fuego. Sin embargo, el acusado "decidido a asegurar la muerte de Betancor, cerró la tapa del aljibe dejando a su víctima en el interior y cubrió la tapa con un horno viejo y con la puerta de un coche para asegurarse de que no pudiese salir", según mantiene la Fiscalía.

Encerró a su mujer en la vivienda

La mujer de la víctima escuchó los gritos de ayuda desde la vivienda principal y corrió hacia el lugar de los hechos, pero allí se encontró de frente con Antonio, que conforme a la acusación sostenía un cuchillo de grandes dimensiones y la agarró del cuello para exigirle que le diese el teléfono móvil "o si no, la mataría".

El letrado quedó en estado crítico tras sufrir graves quemaduras en un 86% del cuerpo

La Fiscalía añade que la condujo hasta el salón de la vivienda principal y le puso el cuchillo en el cuello para lograr que le diera el dispositivo y, "con intención de impedir la libertad de movimiento de la mujer y que esta saliese de la finca, cerró con la llave que estaba puesta en la cerradura la puerta de entrada de la vivienda, dejándola encerrada, y se llevó consigo el juego de llaves que abría el portón de entrada al recinto".

La mujer logró salir por una ventana y escalar una pendiente para superar el vallado perimetral de la finca y huir. Caminó por la carretera y pidió ayuda a los vecinos de la vivienda más próxima, que llamaron a la policía. Juan Betancor fue encontrado con vida en el interior del aljibe y rápidamente lo evacuaron al Hospital Doctor Negrín, pero debido a su estado de quemado crítico, con el 86% del cuerpo afectado, fue trasladado el 30 de mayo al Hospital Universitario La Paz de Madrid, donde falleció al día siguiente de su llegada por las quemaduras sufridas.