Kirian y Benito: El rugir de los hermanos

Kirian y Benito, amigos desde hace muchos años en las categorías inferiores de la UD, brillan tras haber superado momentos difíciles

Celebración del gol de la UD.

Celebración del gol de la UD. / José Carlos Guerra

Hace mucho tiempo que Kirian y Benito son amigos y compañeros. En las horas previas al partido frente al Atlético de Madrid, en el hotel de concentración, ambos hablaron de lo genial que sería que los dos marcasen un gol. Dicho y hecho: el de Candelaria y el de La Aldea firmaron un triunfo histórico.

Pareció un premonición. «Hoy mismo –por el viernes– en la habitación lo estábamos hablando: ¡Qué bonito sería un partido en el que marcáramos los dos!». La frase la pronunció Kirian Rodríguez al término del encuentro frente al Atlético de Madrid en pleno éxtasis por el triunfo histórico, por ser la primera vez que la UD Las Palmas ganaba a un grande en el Estadio de Gran Canaria, que, además, presentó su mejor afluencia (30.080) en Primera División. Se refería también a Benito, su mejor amigo en la plantilla. Casualidades de la vida, su deseo se cumplió, porque ambos marcaron un gol cada uno y firmaron la gesta.

Fueron los tantos de los hermanos, el rugido de dos canteranos que lo han pasado mal en los últimos tiempos y que ahora viven un momento feliz. El tanto de Kirian significó el segundo suyo en la temporada, el segundo también desde fuera del área. Su golpeo desde lejos es desde hace mucho una de las mejores armas del equipo; el de Benito, por su parte, supuso la puntilla al cuadro colchonero, el ajusticiamiento a Jan Oblak con un disparo fortísimo al primer palo. El de Candelaria lo celebró con un grito desgarrador; el de La Aldea de San Nicolás, con mucho flow.

Siempre están juntos. El tinerfeño y el grancanario han compartido vestuario en muchos equipos de las categorías inferiores y han crecido juntos hasta asentarse en el primer equipo, algo que ya sucedió hace varios años, pero ahora lo hacen en la máxima categoría. El destino –y el trabajo– quiso que ambos fueran los héroes de un triunfo de los que quedan para el recuerdo y que agranda el aura de equipo de cantera de la UD Las Palmas.

El más vertical

La noche fue especialmente emotiva para Benito, lastrado por las lesiones en los últimos años y que por fin parece adquirir protagonismo en el equipo, al que aporta mucha verticalidad, cualidad necesaria en un grupo más tendente a la tranquilidad con el balón. Su perfil, de alguna manera, es necesario, y gracias a eso, pudo aprovechar su gran disparo con la zurda para marcar el segundo gol de Las Palmas.

Cabe recordar que en el mercado de invierno de la temporada pasada el de La Aldea cedió su ficha para que el club pudiera fichar a Loren Morón porque tenía que pasar por el quirófano para operarse la espalda. Lo hizo en febrero, y desde entonces comenzó un periodo de recuperación que le permitió llegar a toda a la pretemporada, sin embargo, comenzada la Liga, un lesión muscular le frenó hasta que pudo volver a una convocatoria tras el parón de octubre. Después de dos suplencias, ante el Rayo Vallecano y el Almería, jugó el partido completo en Manacor y el viernes volvió a participar en el campeonato liguero, con resultado sensacional para él y para el equipo.

El propio Kirian admitió al término del encuentro que Benito no lo estaba pasando del todo bien y que necesitaba ese gol; en cuanto a él, supuso la consagración del nuevo referente en ausencia de Jonathan Viera, del que pocos o nadie se acuerda ya.

El tinerfeño volvió a portar el brazalete y volvió a ser el mejor, no sólo por el golazo que abrió el marcador tras una buena jugada colectiva por la izquierda, con apertura de piernas magistral de Javi Muñoz incluida, sino también por su dominio del juego. Como interior, demuestra toda la clase que tiene y potencia sus prestaciones, minimizadas a ratos cuando actúa como pivote defensivo, si bien cada vez se siente mejor en esa posición.

Fue revelador que mantuvo el distintivo de capitán en el brazo aun cuando Benito, el cuarto después de Jonathan Viera, Mfulu y Fabio, entró al campo. No pasa nada, son amigos y quizá fue un despiste. O puede que sea un avance de lo que será el jefe del futuro a largo plazo. De hecho, ya dirige las charlas en los rondos en el césped y en el vestuario.

Los hermanos lo pasaron mal pero ahora están arriba. Kirian y Benito, Benito y Kirian, un binomio que rezuma UD.

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