Amoniaco y lejía: dos aliados para la limpieza, pero con grandes diferencias

El poder desinfectante de la lejía es muy superior al del amoniaco

Amoniaco y lejía: dos aliados para la limpieza, pero con grandes diferencias

Amoniaco y lejía: dos aliados para la limpieza, pero con grandes diferencias

En la limpieza del hogar, dos productos destacan por su poder desinfectante y su capacidad para eliminar manchas: el amoniaco y la lejía. Sin embargo, a pesar de su uso común, existe una gran confusión sobre sus diferencias, beneficios y cuándo utilizar cada uno. ¿En qué se diferencia el amoniaco de la lejía? El amoniaco y la lejía son dos productos totalmente distintos y, por tanto, no deben utilizarse para los mismos fines.

La primera diferencia es el color y también el olor. El amoniaco o hidróxido de amonio es un compuesto químico que carece de color, pero que tiene un fuerte olor. Por el contrario, la lejía o hipoclorito sódico tiene un color amarillo verdoso y huele al cloro de las piscinas.

Otra de las diferencias entre el amoniaco y la lejía es que el primero actúa como desengrasante, por lo que es perfecto para limpiar la cocina, los suelos y hasta los cristales. Además, el hecho de que el hidróxido de amonio no decolore, hace que sea una gran ayuda para eliminar las manchas incrustadas en la ropa. En cuanto a la lejía, esta destaca por su poder desinfectante y es un gran blanqueante, así que hay que tener cuidado cuando se aplique en la ropa de color.

También hay que tener en cuenta que si lo que se quiere es desinfectar una superficie o zona, lo mejor es recurrir a la lejía. Esto no significa que el amoniaco no sirva como desinfectante, pero sí que es cierto que la lejía es muy superior en este aspecto.

¿Cuáles son los mejores usos para el amoniaco?

El amoniaco es un producto versátil que puede utilizarse para diversas tareas de limpieza en el hogar. Entre sus mejores usos destacan:

  • Limpieza de superficies: es ideal para desinfectar baños, cocinas, suelos y otras superficies duras.
  • Eliminación de manchas: gracias a su poder desengrasante, es efectivo para eliminar manchas de grasa, aceite, tinta y otras sustancias difíciles de limpiar.
  • Abrillantamiento de cristales: deja un brillo impecable en ventanas, espejos y otras superficies de cristal.
  • Elimina los malos olores: elimina olores desagradables en baños, cocinas y otros espacios del hogar.
  • Económico: es un producto muy económico.

¿Cuáles son los mejores usos para la lejía?

La lejía es un producto desinfectante y blanqueador con propiedades muy específicas. Sus mejores usos son:

  • Desinfección de superficies: elimina una amplia gama de microorganismos, incluyendo bacterias, virus y hongos. Es ideal para desinfectar ropa blanca, utensilios de cocina y piscinas.
  • Blanqueamiento de la ropa: ayuda a mantener la ropa blanca impecable.
  • Mal olor: neutraliza olores desagradables, como el de la humedad o el de las mascotas.
  • Es un producto efectivo contra una amplia gama de bacterias, virus y hongos.

¿Cuándo no se debe utilizar amoniaco?

Es importante evitar el uso de amoniaco en las siguientes situaciones:

  • En superficies de madera, mármol o granito: puede dañar estas superficies delicadas.
  • En combinación con otros productos de limpieza: la mezcla de amoniaco con otros productos, como la lejía, puede generar gases tóxicos.
  • En presencia de niños o mascotas: el amoniaco es un producto irritante que debe mantenerse fuera del alcance de los niños y mascotas.
  • En áreas con mala ventilación: el amoniaco tiene un olor fuerte que puede ser molesto en espacios cerrados.

¿Cuándo no se debe usar la lejía?

Aunque la lejía es un producto eficaz, debe evitarse su uso en los siguientes casos:

  • En ropa de color: puede decolorar o dañar la ropa de color.
  • En superficies metálicas: puede corroer el metal y provocar su deterioro.
  • En combinación con otros productos de limpieza: la mezcla de lejía con otros productos, como el amoniaco, puede generar gases tóxicos.
  • En áreas con mala ventilación: el cloro de la lejía puede irritar las vías respiratorias.
  • En contacto directo con la piel o los ojos: la lejía es un producto corrosivo que puede causar quemaduras.

Productos alternativos

Existen alternativas naturales y menos agresivas que el amoniaco y la lejía para la limpieza del hogar. Algunas de las más comunes son:

  • Vinagre blanco: desinfecta, elimina manchas y malos olores. Ideal para limpiar superficies como suelos, azulejos y cristales.
  • Bicarbonato de sodio: absorbe olores y limpia superficies. Se puede utilizar para limpiar hornos, ollas y sartenes.
  • Limón: desinfecta, elimina manchas y malos olores. Es un buen sustituto de la lejía para blanquear la ropa blanca.
  • Peróxido de hidrógeno: desinfecta y blanquea. Se puede utilizar para limpiar heridas y desinfectar superficies.