Antonio P. G., el presunto asesino del abogado Juan Betancor, ha reconocido este martes en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Las Palmas que roció gasolina a la víctima, pero más allá de eso mantiene que las graves quemaduras que sufrió y que le provocaron la muerte 48 horas después fueron fruto de un accidente originado por la chispa de un puro. El acusado se excusó en que estaba más alterado de lo normal en la mañana del 29 de mayo de 2022 porque había consumido cocaína, vino y cannabis -pese a que solo dio positivo en esta última sustancia- y empezó a discutir con el fallecido porque se había dejado encendidas las luces de la finca. "Él se buscó su muerte porque si no hubiera ido a mi casa por una maldita luz, nada habría pasado", afirmó en la vista oral.

Su declaración estuvo plagada de llamadas de atención. La magistrada que modera el juicio, Eugenia Cabello Díaz, tuvo que recordarle que "se está investigando el fallecimiento de una persona" y que podía acogerse a su derecho a no declarar, pero no debía responder con preguntas ni a la fiscal, Cristina Coterón, ni al abogado de la acusación particular e hijo del fallecido, Juan Jacob Betancor. Señaló en particular a este último y le dirigió expresiones como: "Juanito, sea humano, por favor", "usted es muy inteligente" o "tú comiste pescado mío, ¿no te acuerdas?".