La líder ultra María Cristina Seguí García, cofundadora de Vox en València y que se describe a sí misma como periodista, juzgada este miércoles por contribuir a revelar la identidad de la niña de 12 años que fue víctima de una violación grupal en Burjassot y atentar contra la integridad moral de la menor difundiendo un vídeo a partir de un directo de una de ellas en su cuenta privada de Instagram, no solo se ha negado a responder a nadie que no fuera su abogado, sino que ha tratado de sacar un conejo de la chistera para eludir la condena alegando que las niñas del vídeo que difundió y las que fueron víctimas de las agresiones sexuales "no son las mismas. Es imposible que lo sean". Pero no le ha funcionado.
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