Día de Canarias

Con toda el ‘Alma’

La ‘suite’ en cuatro movimientos de Julio Tejera emociona y hace transitar el acto institucional del Día de Canarias por el lado amable

La Orquesta Filarmónica de Gran Canaria ataca la interpretación de ‘Alma’, con un telón translúcido delante de los músicos en el que se proyectaron imágenes creadas mediante inteligencia artificial.

La Orquesta Filarmónica de Gran Canaria ataca la interpretación de ‘Alma’, con un telón translúcido delante de los músicos en el que se proyectaron imágenes creadas mediante inteligencia artificial. / Juan Carlos Castro

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

Estaba anunciado un espectáculo audiovisual y lo fue la parte del audio. La pieza compuesta por el músico Julio Tejera repartió folclore, clasicismo, modernidad y, sobre todo, mucha emoción. Una sensación que ganó intensidad con los gestos, contenidos y sinceros, de los galardonados.

El acto institucional por el Día de Canarias se recordará por el ejercicio de orden al que contribuyeron todos los participantes, manifestantes incluidos –confluyeron dos protestas a las puertas del Teatro Pérez Galdós–, y, sobre todo, por el Alma que puso Julio Tejera en la punta de los dedos de los músicos de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y que estos llevaron con acierto hasta la piel de los asistentes al acto.

Entre estos, el presidente del Senado, Pedro Rollán, o el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, entre otros muchos. Pero sobre todo y sobre todos, tres nuevos premios y trece medallas canarias que, cada uno en su estilo, ayudaron a mantener la emoción que la «suite en cuatro movimientos» con la que se abrió la ceremonia repartió por platea, palcos, antepalcos y anfiteatro del templo teatral de la capital grancanaria.

Empezando por el principio de antes del principio, desde horas antes de comenzar el evento –fijado para las 20.30 horas–, se desplegó la Policía Nacional se desplegó por las cercanías del edificio. Para cuando llegaron los primeros manifestantes, ya estaban construidos dos cubículos diferentes, ambos en el costado desde el que el Pérez Galdós mira al mar.

En uno de ellos, quienes clamaban –medio centenar aproximadamente– contra la destrucción y muerte que Israel reparte por Palestina y contra los palestinos se situaban mirando hacia el mercado de Vegueta. «Justicia ya, para Palestina» o «el sionismo sí que es terrorismo», entonaban. Girando el cuello a la derecha tenían una visión no absoluta pero sí abundante de la entrada principal.

Protestas en favor de Palestina y contra la masificación turística en la entrada del Teatro Pérez Galdós

Julio Gutiérrez

A su espalda tenían a los ciudadanos que volvieron a expresar su malestar por el impacto que la actividad turística tiene en las Islas. Eran más, pasaban de los 200, y estaban lejos del lugar por el que tenían que acceder el presidente de Canarias, Fernando Clavijo. «¿Dónde están no se ven, nuestras casas de alquiler?», coreaban con la vista puesta en la entrada lateral del teatro, por la que acceden el personal técnico, los músicos y, ayer al menos, los medios de comunicación. Los abucheos que tenían por destinatarios al Gobierno y buen parte de la clase política fueron contra cualquier uniformado –de gala– que, despistado, se encaminaba a esa puerta, que no era la que le tocaba.

Luego, ya dentro, a donde no llegaban las consignas ni el ruido de las sirenas manejadas en el exterior, ocurrió algo grande. Al vídeo explicativo en el que Julio Tejera anticipaba lo que venía, siguió un rayo de emoción. Chácaras, muy presentes, y timple, para arrancar el segundo movimiento, perfectamente integrados en una sinfonía que, entre lo clásico y lo cinematográfico, no cesaba de hacer guiños al folclore isleño.

Asistieron el presidente del Senado, Pedro Rollán, el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, y un sinfín de autoridades de las Islas

Si el vello se erizó fue por los estímulos auditivos. Los visuales, inteligencia artificial mediante, se quedaron en amago. La apuesta, de agradecer por el riesgo asumido, vino a demostrar que aún queda mucha inteligencia que incorporar y otro tanto de artificialidad a evitar para que la cosa no mute en una sucesión de salvapantallas que acercan al público al ataque epiléptico. El aviso de la posibilidad de generar malestar en personas fotofóbicas, tan exagerado en muchas ocasione, faltó esta vez.

Premiadas y premiados

Sea porque el acto venía del subidón musical o porque la ocasión lo merecía, las galardonadas y galardonados estuvieron muy por encima de lo que se espera en estos casos. La contención de sus gestos ayudó a entender con más claridad su emoción. Amid Achí, cerró la caja con la medalla y la colocó en el corazón para compartirla desde ahí con todo el Archipiélago; Goya Alonso disfrutó del reconocimiento con una sonrisa de las que no caben en el rostro.

La sencillez de Goya Alonso y Juan Francisco Mendoza, la pasión de Basilio Valladares y la elegancia de Valeria Castro elevaron el sentido del acto

Lo de la Asociación de Protección Civil Valle de El Golfo (El Hierro) venía regalado desde el vídeo explicativo que precedía a cada premiado o grupo de ellos. Ver a Juan Francisco Mendoza y su equipazo volcados en ayudar a los nuevos vecinos que llegan tras largas travesías en cayucos traía de vuelta la fe en el género humano, contemplarlo recogiendo la medalla colocaba las lágrimas en los vértices internos de los ojos.

A Valeria Castro no le tocaba cantar, pero es artista. Es la única de las personas que ayer se subieron a las tablas del Pérez Galdós que tiene el escenario por hábitat natural. Y se notó en el riesgo asumido –vestidazo– en verde y negro. Pretendido o no, los estilismos se leían en bonito. Basilio Valladares, con corbata y pañuelo rojos, el color de la pasión que pone en cada proyecto; el juez Tomás Martín cambió el rojo por el verde, color de la esperanza que trae la gestión de su juzgado, especializado en la violencia contra los menores. Imposible no mirar en positivo cuando de entrada te regalan el Alma.

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