Los vecinos de Arenales exigen más presencia policial contra el trapicheo

Advierten que el incendio de un local el pasado domingo es uno más de los incidentes violentos que soporta el barrio por la droga

Molino de Viento incendio

Molino de Viento incendio / La Provincia

La calle Molino de Viento, en el barrio de Arenales de Las Palmas de Gran Canaria, recobró este lunes su trajín habitual, tras la alarma provocada por el incendio provocado en uno de los locales de la calle el pasado domingo, con mujeres prostituidas exponiendo en las puertas de los locales sus cuerpos como una mera mercancía para satisfacer los deseos de los puteros, esos hombres que compran sexo como quien adquiere una hamburguesa.

A pesar de que era poco más de la una de la tarde oteaban el género un par de hombres. En la acera, aprovechando la sombra, dormía una mujer prematuramente envejecida, con pinta de haber tocado fondo en su trato con la droga, en la que se inició no se sabe si para poder soportar la explotación de su cuerpo.

Explotación de mujeres y venta de drogas, dos negocios paralelos que en la mayoría de las ocasiones son dirigidos por proxenetas y que en el caso del trapicheo provoca una violencia y una inseguridad cada vez mayor que trae de cabeza a la gente de Arenales.

Por la noche, advierten, las calles se han vuelto un polvorín por la inseguridad que ha generado en la zona el aumento de los robos, escandaleras y peleas, violencia en definitiva, consecuencia principal del trapicheo de droga que les ha hecho alzar la voz desde hace más de un año. Domingo Santana, presidente de la asociación de Vecinos Arenales, reclama la presencia permanente de la policía en la zona y redadas constantes en los locales donde se vende y se consume droga.

«El incendio», explica, «es uno de tantos incidentes que ocurren en la zona, que necesita un plan de choque integral de seguridad y también de limpieza. Hay que concienciar a los vecinos para que no tiren basura y trastos en la calle», algo difícil cuando los que revuelven y tiran la basura son toxicómanos en busca de algo que vender.

«Soportamos la violencia, la vemos, la oímos. Todos esos escándalos, robos, peleas y reyertas están a la orden del día. El mal de fondo que produce esa inseguridad es el menudeo de droga, ese consumo de crack en pisos y fumaderos», que algunos llaman narcos casas. «Los únicos que no lo ven son las autoridades. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Son adictos que de día se ocultan donde pueden en pisos de okupas, en solares, entre cartones y por la noche salen», sostuvo Santana. A los vecinos no les preocupa la violencia de la que son víctimas las mujeres, «la prostitución ha existido toda la vida, contra eso no se puede luchar», sino la que genera la venta de droga.

La alcaldesa Carolina Darias, por su parte sostuvo que la Policía Local y la Policía Nacional están llevando a cabo una «actuación conjunta en la zona. Y vamos a seguir actuando. Hubo actuaciones este fin de semana y vamos a seguir de manera coordinada para dar a ese barrio la seguridad que precisa. No puedo dar a conocer la actuación, pero estamos actuando». Los vecinos, por su parte, ponen en duda que se esté haciendo algo.

Fuentes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, señalan que el local que se incendió en Molino de Viento número 46 estaba okupado por personas, según la información que aportó el dueño del inmueble, quien aseguró que había una orden de desahucio contra ellos. En el momento del incendio, cuando los bomberos llegaron, no se encontró a nadie en su interior. Las llamas afectaron a la madera acumulada y a una tubería de agua. El resto de inquilinos, ocho familias que residen en el edificio de cuatro plantas volvieron a sus viviendas después de que los bomberos controlaran el fuego en el local. Algunos vecinos aseguraron que el local incendiado era un fumadero, no un prostíbulo, mientras que otros afirmaron que era una mezcla de ambos.

Por su parte, el La portavoz del Partido Popular (PP), Jimena Delgado-Taramona, ha alertado de la degradación que está experimentando la seguridad en barrios como Arenales, Escaleritas o La Isleta.

  "El Partido Socialista no está sabiendo atajar ni desde el Ayuntamiento ni de la Delegación de Gobierno el problema creciente de seguridad que los vecinos de nuestro municipio están denunciando. Ni se ha actuado en Arenales como es preciso, y fruto de ello es la escalada de denuncias ciudadanas que vemos a diario en los medios, ni en La Isleta, donde los residentes no pueden más", explica la titular del grupo municipal Popular.

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