Comercios históricos de Las Palmas de Gran Canaria

Padrón, la tienda del perpetuo verano en Las Palmas de Gran Canaria

El negocio en sus inicios estuvo centrado en ropa de cama, toallas o corsetería, pero desde hace unos cuatro años han diversificado a una línea de ropa más estival 

Manuel Padrón Falcón ayudó desde pequeño en el negocio familiar. Padrón es uno de los cuatro hijos del fundador del restaurante Samoa, que actualmente gestiona una de las herederas, Carmen Padrón. Cuando era nada más que un niño escogió el nombre del restaurante mientras veía un mapamundi. Poco se imaginaría ese jovencito que al crecer visitaría gran parte del globo, aunque siempre tuvo esa intención de volar alto, tanto, que se convirtió en auxiliar de vuelo en la compañía Iberia. Por ello, durante unos años se desligó del negocio familiar, pero como todos los caminos llevan a Alcaravaneras, unos años más tarde no solo volvió al Samoa, sino que incluso inauguró un negocio propio, la tienda Padrón, abierta en 1986 y que después de renovarse en muchas ocasiones se ha focalizado en ropa y trajes de baño veraniegos que casan con el clima canario.

En 1976 cuando su padre, Manuel Padrón, agotó sus fuerzas después de toda una vida de trabajo, su hijo le sucedió en el puesto como gerente del restaurante. Diseñó la reforma del local, que actualmente luce de la misma manera. Tras dejar todo organizado, cuatro años después volvió a Iberia y continuó con su trayectoria. 

Apertura del negocio

Sin embargo, Padrón tenía otros proyectos y quería tener un negocio por su cuenta. Cuando el local de la calle Pi y Margal, 35 quedó vacío supo que era su oportunidad. El local era de su padre y lo usaba un cuñado suyo para guardar el material. Hace 38 años abrió la tienda Padrón, aunque lo compaginó con su trabajo como auxiliar de vuelo. Solo tenía que decidir a qué sector quería orientar el negocio, su primer pensamiento fue una cafetería pero no quería competir con su padre, por lo que montó una tienda de corsetería, pijamas y ropa de cama. 

En 1990 dejó finalmente la aviación para dedicarse al completo en la tienda. Aunque nunca dejó de viajar, ya que visitaba un gran número de ferias internacionales para ofrecer la mejor mercancía a las clientas. En ese mismo año reformó el local, ya que tuvo la oportunidad de ampliarlo al tomar el espacio de una de las casa contiguas.

Después de unos años dejó de vender artículos del hogar como la ropa de cama y las toallas para dedicarse plenamente a la ropa interior, ropa y trajes de baño. Un poco antes de la llegada de la pandemia comenzaron a diversificar su mercancía, ya que las ventas de ropa interior se han reducido. «Ahora somos más tienda multimarca y empezamos a meter blusas de vestir, trajes para ir a la playa, complementos de los bañadores, ropa de caballero, pantalones cortos, siempre más bien cosas veraniegas», enumera.

Menos ropa de invierno

La tienda se ha especializado en ropa para verano, ya que Padrón asegura que la ropa invernal se vende cada vez menos a causa de la subida de las temperaturas. «Más bien cosas orientadas a nuestro clima y además con esto del cambio climático cada vez las prendas de frío se venden menos», asegura.

Otro sector en el que se han introducido es en la artesanía. Durante sus viajes, Padrón selecciona piezas artesanas de los países que visita para luego venderlas en su tienda. «Hemos metido unas cajas lacadas de Vietnam, que son muy bonitas, cajas de madera hechas en Puerto Rico y Marruecos, además de bisutería de cuernos de búfalos que la hacen en Vietnam, después hay otra bisutería que es de Ecuador que es una semilla de tagua, que la llaman el ‘marfil natural’ porque es una semilla de un fruto de un árbol que luego colorean», explica.

«Hemos ido diversificando y eso es lo que nos mantiene», afirma. Aunque han diversificado, uno de los productos que más venden son los pijamas y camisones, al igual que hace años. «La gente que busca el algodón, que busca una calidad viene aquí», apunta.

El prestigio Padrón

Padrón comenta que algunos clientes piensan que los precios son muy elevados, pero él asegura que la calidad lo merece. «Somos un sitio de prestigio, si es Padrón es bueno», destaca.

Para comprar la ropa, Padrón sigue visitando ferias, asiste dos veces al año a Francia y Madrid y a veces alterna con Italia. «Los italianos o los franceses van por delante en la moda, entonces yo compro cosas y las traigo para aquí y ese primer año no se vende, pero luego cuando El Corte Inglés y otra gente las copia ya se empiezan a vender al segundo o tercer año», refleja.

La calidad de los productos es lo que ha permitido que tengan una clientela asidua, que los ha acompañado durante años, a pesar de no estar ubicados en una calle principal. «En mi familia yo siempre digo que nos ha tocado estar en la calle de atrás», bromea.