Lugarejo pide una salida para la carretera «que evite males peores»

Los vecinos denuncian que el entorno «está en el abandono»

Sus quejas se extienden a la falta de limpieza y de una línea de guagua que entre al barrio

Un día después de que el barrio de Lugarejo quedara bloqueado casi durante más de 12 horas tras el derrame de aceite en el asfalto y por los accidentes ocasionados a raíz del suceso, muchos vecinos siguen molestos por lo que consideran un abandono de parte de las autoridades. 

Señalan que no es la primera vez que pasa «porque la entrada y salida de los coches se hace por la misma calle donde además se aparca, y el espacio que queda es reducido», comenta Armiche Ojeda, propietario de una barbería en la zona alta del barrio. «Si ayer alguien aquí se hubiese puesto malo no sé qué hubiese pasado». La solución para que esta situación no se vuelva a repetir, considera, sería construir una salida a esta carretera por una vía distinta. «Hay una pista de tierra que a veces la gente usa para ir caminando, esa es la que se podría asfaltar», detalla. 

Aún con el cubo y la fregona en la entrada de su negocio para limpiar los restos de la arena usada el pasado lunes en las labores de limpieza, no es el único vecino que continúa con los ánimos encendidos. «Esto es un barrio capitalino, pero aunque capitalino, nos tienen aislados totalmente», añade. 

Más abajo trabaja Román del Pino Medina en su taller mecánico. «Ayer [por el lunes] se vieron todas las miserias del barrio. Cuando vi que precintaron la calle diciendo que por causas de la climatología no lo solucionarían hasta el día siguiente, me hirvió la sangre, ¿qué somos, ganado? Aquí abajo vivimos casi 1.500 personas», añade. 

Pero es el problema de urbanismo el que trae de cabeza a los vecinos. «Cuando se asfaltó el barrio a nadie se le ocurrió dejar otra vía de circulación y la pista de tierra que hay más abajo le hubiera salvado la vida a muchos que tenían que ir a trabajar o citas médicas. Esa pista de tierra no supone más de 30 metros y con cualquiera de las calles Lugarejo, Chaparrón o Plácido Arbelo se podría tener la solución ante otra catástrofe». Señala que todas esas conectan al final con la calle Cándida Díaz Naranjo, «que sería la salida ideal», subraya.

«Una forma de que nos escuchen»

El presidente de la asociación de vecinos La Apolinaria del barrio de Lugarejo, Aridane Navarro, explica que ha contactado en diversas ocasiones con el Ayuntamiento capitalino, tanto con el actual concejal de Urbanismo, Mauricio Roque, como con el anterior, Javier Doreste, para detallar los problemas que sufren los vecinos con la vía de acceso y la salida. «Lo ideal», apunta, «sería hacer una carretera para salir de Lugarejo». Entre las propuestas presentadas por los vecinos para llevar a cabo esta nueva calzada está la posibilidad de desarrollarla a partir de la calle Lugarejo o calle Plácido Arbelo. La idea es conectar ambas con la calle Cándida Díaz Naranjo, principal vía para enlazar un barrio que se encuentra «marginado» del resto del núcleo capitalino. Esta solución, argumentan, evitaría realizar las expropiaciones de terrenos privados que han impedido ejecutar el nuevo acceso en el pasado. De acuerdo con Navarro, la Concejalía les ha asegurado que el coste de financiación de la obra que habría que ejecutar es elevado dado el número de habitantes que residen en el lugar, «pero también es necesario», tercia el presidente de La Apolinaria. Aunque el accidente sufrido el pasado lunes ha dejado sorprendidos a los vecinos, el representante vecinal asegura que al menos «es una forma de que nos hagan caso». | Elena Montesdeoca

Cuesta abajo sigue la hilera de casas terreras de un barrio que creció al cobijo de los padres paúles. Vecinos que llegaron hace más de 40 años desde zonas rurales como La Aldea, Valleseco o Fontanales cuando todavía era zona de tierra. 

 «Llegaron incluso con su ganado, se asentaron aquí porque era una forma de estar en la capital sin perder el arraigo con el campo», comenta Manuel Medina, quien vive y regenta un negocio en la parte más baja de Lugarejo. «Lo malo de aquí es la cuesta. Si ayer hubiese habido una desgracia mayor como que a alguien le hubiese dado un infarto o un ictus, no sé cómo hubiese salido de aquí, habrían tenido que traer un helicóptero», señala. 

Falta de voluntad política

También cree que la solución pasa por esa pista de arena de la que todos hablan, pero para él falta voluntad política: «No sé si la alcaldesa Carolina Darias esté por la labor de hacer esa carretera, porque seguramente implique un coste económico importante», y añadió de forma crítica que «tomar soluciones parece que depende de dónde vivas; si vives en Ciudad Jardín, hay soluciones rápidas; si vives en el Lomo Apolinario, parece que no tanto», denuncia. 

El sentimiento de abandono prevalece entre los vecinos, no solo por las carencias en carreteras, sino también por la falta de limpieza y mejoras urbanas: «Desde 2019 hemos denunciado la rotura de baldosas. Ya se han caído varias personas, pero ni caso, siguen sin arreglarlas», añade Román del Pino. Además, «eso hace que por ahí salgan un montón de cucas». Pero no solo eso, en las calles de Lugarejo se amontona la basura. Muebles y tresillos que no recogen al lado de los contenedores. «Hay gente que tiene esta zona como punto de vertido, y a no ser que llames al servicio de limpieza del Ayuntamiento como si tú lo hubieses dejado ahí, si entran y lo ven no se lo llevan, se puede tirar ahí hasta dos meses». De hecho, añade, «la dejadez es tal que los mismo precintos que pusieron para cerrar la calle, al abrirla, ahí los dejaron», subraya.

Pero no solo ese, otro de los problemas que denuncia es la falta de servicios públicos como una línea de guagua que entre al barrio. «Sobre todo por los mayores, que si no es con los coches de los vecinos que cuando les vemos caminando los subimos, o de sus familiares, no pueden salir de aquí. Hubo una guagua pequeña, pero la quitaron, no sé la razón».