Los expertos advierten de los peligros que supone no desparasitar a las mascotas

Los veterinarios del Archipiélago aprecian una disminución de la aplicación de estos tratamientos en los perros y de la demanda de la profilaxis frente a la filaria

Una mujer pasea a sus perros por la Avenida Marítima de la capital grancanaria.

Una mujer pasea a sus perros por la Avenida Marítima de la capital grancanaria. / Andrés Cruz

Los perros y los gatos son portadores de una serie de parásitos que pueden afectar tanto a su bienestar como a la salud de las personas. De ahí la importancia de desparasitar a las mascotas. «Muchos propietarios se descuidan y no son conscientes de las enfermedades zoonóticas que se pueden propagar –aquellas que pasan de los animales a los humanos–», señala José Poveda, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que además informa de que los veterinarios de las Islas han apreciado una disminución de la desparasitación regular de perros y de la demanda de la profilaxis frente a la filaria, una afección que registra una alta prevalencia en el Archipiélago. 

Tal y como indica el experto, los perros y los gatos actúan como reservorios de nematodos y cestodos –parásitos internos–. Los más comunes en los primeros son el Toxocara canis, el Ancylostoma caninum, el Dipylidium caninum y el Echinococcus granulosus, mientras que en los segundos destacan el Toxocara cati y el Toxoplasma gondii. Según indica Poveda, es la población infantil la que tiene más riesgo de ser infestada.

«Hay que tener especial cuidado con el Echinococcus granulosus, un cestodo que es el responsable del quiste hidatídico en los humanos», advierte. La hidatidosis es una enfermedad que se contrae al estar en contacto con el material fecal de perros parasitados. Si no se ha llevado a cabo una buena limpieza, este puede encontrarse, incluso, en el pelaje de los canes y en el hocico.

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Gatos en una vivienda. / La Provincia

«Los huevos de este gusano se incuban en el intestino y liberan oncosferas –formas inmaduras del parásito–, que van migrando a través de la circulación. Aunque deben pasar varios años para que la enfermedad evolucione, el peligro radica en que puede afectar a órganos tan importantes como el hígado, los pulmones o el cerebro», alerta.

Por esta razón, el catedrático insiste en la importancia de acudir de forma regular a las consultas de los veterinarios para solicitar la desparasitación interna y externa de estos animales. «Hay que tener en cuenta que las pulgas actúan como hospedadores intermediarios de algunos parásitos como el Dipylidium caninum. Además, causan muchísimas molestias a los animales y a las personas que sufren la picadura», anota el catedrático de la citada institución educativa.

Una mascota en el veterinario.

Una mascota en el veterinario. / 123RF

Algo similar sucede con las garrapatas, pues pueden transmitir infecciones como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo o la fiebre por garrapatas de Colorado. «Esto sucede sobre todo en los medios rurales. Allí, los animales son parasitados y las garrapatas se pueden adherir a nuestra piel», comenta el especialista. No obstante, hay que señalar que las especies transmiten estas fiebres no están presentes en Canarias.

A juicio del doctor José Poveda, cada vez está cobrando más importancia el concepto One Healthuna sola salud–, que hace referencia a la interrelación que existe entre la salud humana, la animal y el medioambiente. «La pandemia de coronavirus evidenció la importancia que tiene que los farmacéuticos, los veterinarios y los médicos vayamos en la misma dirección. A raíz de la crisis, hemos percibido una mayor colaboración en los grupos de trabajo», valora.

Prevención

Con el fin de prevenir las enfermedades zoonóticas, los veterinarios hacen un importante esfuerzo en todos los ámbitos asistenciales en los que ejercen sus funciones. «Los veterinarios clínicos, por ejemplo, se preocupan por trasladar a los propietarios de las mascotas la necesidad de vacunar a los animales contra la rabia. Por suerte, en Canarias no hay casos, pero siempre es conveniente que los perros y los gatos estén protegidos por si se producen cuadros importados», asevera. 

Otro grupo de profesionales trabaja en primera línea identificando las zoonosis emergentes –aquellas que han registrado un aumento de su incidencia– para tratar de prevenirlas. «Tenemos que pensar en la salud como un todo. Las especies están conectadas y tenemos que proteger a los animales, a las personas y, por supuesto, al medioambiente», concluye el catedrático. 

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