Los tiburones, animales de compañía de buceadores y científicos marinos en Gran Canaria

El investigador José Juan Castro y el fotógrafo de Ernesto Collado aseguran que los escualos forman parte de la biodiversidad marina más rica de Europa 

Vídeo: Este es uno de los tiburones que obligó al cierre de playas en Gran Canaria | Foto: Una buceadora nada junto a un angelote en una de las playas de Telde

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El avistamiento de tres tiburones el pasado fin de semana en las playas de Telde y otro en San Agustín, en San Bartolomé de Tirajana, ha puesto la mirada en los fondos y la fauna marina, entre la que se encuentra más de medio centenar de especies de escualos que, en ocasiones, son la compañía inofensiva de investigadores y buceadores, tal como ratifica uno de los fotógrafos submarinos de Telde, Ernesto Collado, que habitualmente se encuentra con ejemplares de estos peces. 

La costa canaria «tiene la mayor diversidad marina de Europa y con diferencia», afirma el director del departamento de Biología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), José Juan Castro, licenciado y doctorado en Ciencias Marina, e investigador del Instituto Universitario de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos, Ecoaqua.

Sin embargo, precisa, en los últimos 50 años se ha acabado con el 90% de la población de peces y en las dos últimas décadas, con el 90% de las macroalgas, una situación que, a su juicio, podría revertirse con la adopción de medidas de protección. 

La riqueza de la biodiversidad marina constituye uno de los atractivos de las islas y, según Castro, son muchos los turistas que llegan a Canarias para disfrutar de las especies que habitan o pasan por este litoral y son miles.

Así, en Gran Canaria, por ejemplo, hay lugares «muy llamativos y emblemáticos» para la práctica del buceo, como son las playas de El Cabrón o Sardina del Norte, aunque también se puede encontrar una gran variedad de peces interesantes en Las Canteras o en Tufia. «Y sobre todo, en ciertos meses, entre julio y septiembre, con una amplia presencia de mantelinas y angelotes», agrega el experto universitario. Aquí encuentras más información sobre los avistamientos de tiburones en Gran Canaria.

Interés pesquero e interés general

En Canarias «hay más de cien especies con interés pesquero, pero si hablamos de interés general, hay más de 600 descritas, entre peces óseos y cartilaginosos», concreta Castro. 

Pero la riqueza de la biodiversidad marina de las islas va más allá, porque incluye numerosos tipos de algas, invertebrados, crustáceos, moluscos, cefalópodos y otras muchas familias que suman «miles» de especies conocidas, aunque hay otras que aún no se conocen porque viven en zonas oceánicas a mucha profundidad.

En ese sentido, apunta el director del departamento de Biología de la ULPGC, Canarias cuenta con una ventaja para quienes quieren observar la vida marina, puesto que se alcanza mucha profundidad a poca distancia de la costa, lo que permitió que el fin de semana se vieran tiburones azules (tintoreras) en Melenara, «una playa que tiene mucha pendiente y facilita el paso de aguas oceánicas a costeras» con facilidad.

Cierran la playa de Melenara por la presencia de un tiburón

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Esta peculiaridad hace que haya lugares en Canarias «donde cogemos aproximadamente 1.000 metros de profundidad a muy pocas millas de la costa», lo que hace que sea «fácil ver, por ejemplo, en El Hierro, mantas, o peces luna en El Cabrón, que son especies oceánicas». 

Pesca masiva y urbanización

No obstante, la pesca masiva, la excesiva urbanización de la costa y los vertidos, entre otros factores, están poniendo en riesgo esta diversidad, aunque la situación es mucho mejor que en otros sitios como el Mediterráneo o el Cantábrico español, apunta José Juan Castro. 

Los vertidos, la pesca excesiva y las playas artificiales ponen en peligro la vida marina

Al ser un territorio tan pequeño, «tenemos el problema de que se nos va la mano rápidamente con la pesca recreativa y profesional que se está sobredimensionando y esquilmando los recursos» y la ley española «está pensada para otro tipo de ecosistemas que no son los nuestros», afirma Castro, que reclama una legislación más adecuada para la realidad canaria.

A ello suma «un montón de vertidos sin control de aguas residuales, plásticos y demás, que en un ecosistema muy pequeño el impacto se multiplica», además del ruido «que genera un impacto muy fuerte a los animales marinos y muchos se alejan de la costa», la construcción excesiva de puertos y de playas artificiales, entre otras acciones. Por ello, las islas tienen «una biodiversidad rica, pero muy amenazada». Por otro lado, reclama más inversión en investigación para estudiar especies como los caballitos de mar, que están en peligro de extinción. 

Varias especies tropicales, como el cangrejo azul o la fula de colores están colonizando la costa

La fauna marina es compartida con Madeira, Azores y la costa africana, como la fula negra o los cabosos. Esto ocurre porque ponen los huevos en el agua y las corrientes los llevan de un lado a otro. Y a la diversidad propia de esta zona del planeta se suma ahora la llegada de especies que llegan bajo objetos flotantes, como los sargazos (algas flotantes) que han llegado con invertebrados y cangrejos, colonizando nuestras costas. Uno de ellos, el azul, es bastante depredador y pone en riesgo las especies propias de las Islas.

Daño reversible

Además, en el agua de lastre de los barcos y las plataformas petrolíferas que llegan a los puertos de las Islas traen «un montón de animales, peces, invertebrados y demás que llegan de Brasil o de otras zonas del mundo» que se adaptan y se reproducen «colonizando la isla».

Efectivos de Cruz Roja alertan a los bañistas de San Agustín para que salgan del agua ante la presencia de un tiburón

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Castro apunta a que de esa manera han llegado corales, anémonas o una fula de colores que ha conseguido aclimatarse y que antes no se encontraba en las aguas canarias. Otras, sin embargo, no logran asentarse. 

«El problema no está solamente en los peces, que al final se pueden pescar, sino que la cantidad de microalgas que están llegando y algunas de ellas son bastante peligrosas, bastante tóxicas», apostilla Castro, «y están generando verdaderas invasiones en la costa canaria y pueden llegar a generar problemas importantes, incluso para la salud pública». 

El lado positivo, matiza Castro, es que se está tiempo de revertir el daño ocasionado, eliminando o reduciendo los vertidos, regulando la pesca y aplicando medidas más protectoras para evitar la degradación de los fondos marinos (que a causa de los residuos pierde oxígeno y acaba con la vida marina) y la costa. «Lo que no podemos hacer es seguir haciendo las cosas de la misma manera y esperar que la situación cambie», apunta este experto.