¡Alerta alimentaria!: detectan una peligrosa bacteria en setas que se venden en Canarias

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) obliga a retirar el producto y prohíbe su consumo por contener toxina botulínica, que en alguna ocasión puede provocar la muerte

Cesta de setas variadas.

Cesta de setas variadas. / Shutterstock

Las setas son un alimento que contiene mucha agua y poca grasa y su contenido en proteínas e hidratos de carbono también es muy bajo, por lo que tienen muy pocas calorías y son de gran interés para las dietas de adelgazamiento.

Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con lo que se consume. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) emitió el pasado jueves, 27 de junio, una alerta de seguridad alimentaria, motivada por la posible presencia de toxina botulínica en una conserva de setas en salmuera de origen ruso.

El producto afectado

La alerta se centra en las setas en salmuera de la marca Tpyzah, específicamente en las Rúsulas blancas comunes (Russula delica) cortadas, envasadas en tarro de cristal con número de código de barras 4250370532731, fecha de consumo preferente el 20/05/2025 y peso de unidad de 500 gramos. El aviso ha salido trasladado a AESAN por parte de las autoridades sanitarias de Alemania.

La distribución inicial se ha realizado en comunidades autónomas como Andalucía, Cataluña y Canarias, aunque no se descarta su presencia en otras regiones debido a posibles redistribuciones.

Recomendaciones y acciones a tomar

La AESAN aconseja a los consumidores que hayan adquirido este producto abstenerse de consumirlo y, en caso de haberlo hecho y experimentar síntomas compatibles con el botulismo, acudir de inmediato a un centro de salud.

La retirada de las conservas afectadas de los canales de distribución está en proceso, coordinado por las autoridades competentes.

Setas Rúsula blanca común (Russula delica) cortada, en salmuera, retirada del mercado por contener toxina botulínica

Setas Rúsula blanca común (Russula delica) cortada, en salmuera, retirada del mercado por contener toxina botulínica / AESAN

Ante cualquier sospecha o síntoma alarmante, la prudencia y la atención médica inmediata son fundamentales para prevenir complicaciones y proteger la salud de la población.

¿Qué es el botulismo?

El botulismo es una enfermedad grave que en determinadas ocasiones puede llegar a ser mortal, aunque este caso es relativamente inusual, aclara la AESAN. Es una intoxicación causada generalmente por la ingesta alimentos contaminados con neurotoxinas muy potentes. El botulismo no se transmite de persona a persona.

Está producido por Clostridium botulinum, microorganismo que produce esporas termorresistentes, ampliamente difundidas en el medio ambiente, que en ausencia de oxígeno germinan, crecen y excretan toxinas.

Principal vía de intoxicación del botulismo

La vía de intoxicación más común es la alimentaria. La toxina se adquiere por ingestión de alimentos contaminados con Clostridium botulinum, mal preparados o conservados de manera inapropiada.

También existen otras formas de adquirir la enfermedad, por ejemplo a través de heridas abiertas, inhalación o como efecto colateral del uso deliberado de la toxina en el tratamiento de enfermedades neuromusculares o en cosmética.

Sopa de setas shitake.

Sopa de setas shitake. / Shutterstock

Síntomas del botulismo

Las toxinas botulínicas, explican la AESAN, son neurotóxicas, por lo que afectan al sistema nervioso. El botulismo de transmisión alimentaria se caracteriza por una parálisis flácida descendente que puede producir insuficiencia respiratoria.

Los síntomas iniciales incluyen fatiga intensa, debilidad y vértigo, seguidos generalmente por visión borrosa, sequedad de boca y dificultad para tragar y hablar. También pueden concurrir vómitos, diarrea, estreñimiento e inflamación abdominal. La enfermedad puede dar lugar a debilidad en el cuello y los brazos, y afectar posteriormente los músculos respiratorios y los músculos de la parte inferior del cuerpo.

Los síntomas no son provocados por la bacteria, sino por la toxina que ella produce. Por lo general se manifiestan entre 12 y 36 horas después de la ingesta (con un plazo mínimo de cuatro horas y un máximo de ocho días).

La incidencia del botulismo es baja, pero la tasa de mortalidad es alta si no se realiza un diagnóstico precoz y se dispensa sin dilación el tratamiento adecuado. La enfermedad puede ser mortal en el 5 a 10% de los casos.